Mosqueteros de Yehovah

2 Samuel Capítulo 7

Versos del 1 al 3

Esto nos lleva a creer, que los eventos de 2 de Samuel 7 suceden después, de las guerras de conquista descritas en 2 de Samuel 8.

Esta sección es colocada antes de los reportes de guerra en el texto, para mostrar que es más importante.

La madera de cedro era especialmente valiosa. Esto significa que David vivía en una casa lujosa y hermosa.

Cuando recordó que el Arca de YEHOVAH DIOS está entre cortinas, el contraste lo molestó. David estaba afligido ante la idea de que él vivía en una mejor casa, que el Arca del Pacto.

Natán le dijo esto a David porque parecía bueno y razonable. ¿Qué podía estar mal con que David construyera un templo?.

Todo lo que está en tu corazón muestra que el corazón de David rebosaba con esta pregunta: “¿Qué puedo hacer para YEHOVAH DIOS?”.

También estaba tan lleno de gratitud y preocupación por la Gloria de YEHOVAH DIOS, que quería hacer algo especial para Él.

Versos del 4 al 7

La respuesta de Natán para David fue presuntuosa. Había respondido según criterio humano y sentido común, pero antes escuchó la Palabra de YEHOVAH DIOS.

YEHOVAH DIOS parece “honrado y sorprendido”, que David se ofreciera a construirle una casa.

Fue como si YEHOVAH DIOS le dijera a David “¿Quieres construirme una casa?, nadie me había ofrecido eso antes y nunca le pedí a nadie que lo hiciera”.

David quería hacer más de lo que YEHOVAH DIOS pedía. Esta es una hermosa posición, en la cual debería estar nuestra relación con YEHOVAH DIOS.

La mayoría de nosotros aún estamos atascados en la idea “¿Qué tan poco puedo hacer y seguir agradando a YEHOVAH DIOS?”, nunca queremos hacer más de lo que YEHOVAH DIOS ordena.

David se entera de que YEHOVAH DIOS no quiere que le construya un templo, pero él no respondió no haciendo nada. Según 1 de Crónicas 29, 2-9, David reunió todos los materiales para construir el templo, que Salomón pudiera construir una Gloriosa Casa para YEHOVAH DIOS.

Versos del 8 al 9

“Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo”, YEHOVAH DIOS tomó a David de los pastos al trono.

“Y he estado contigo en todo cuanto has andado”, YEHOVAH DIOS protegió a David de todos sus enemigos.

“Te he dado un gran nombre grande”, YEHOVAH DIOS engrandeció el nombre de David en la tierra.

Versos del 10 al 11

YEHOVAH DIOS le prometió a David que, bajo su reinado establecería a un Israel permanente y seguro.

YEHOVAH DIOS prometió esto primero, porque sabía que David al ser un pastor consagrado, estaba preocupado principalmente por el bienestar de su pueblo.

YEHOVAH DIOS le prometió a David que le edificaría una casa, en el sentido de establecer una dinastía para la casa de David. Este era un legado perdurable para David, mucho después de su muerte.

Versos del 12 al 17

En esto, YEHOVAH DIOS prometió específicamente una monarquía hereditaria para la casa de David.

Era importante para YEHOVAH DIOS repetir esta promesa específicamente, porque aún no había habido ningún rey, que hubiera sido sucedido por su hijo en Israel.

La familia de Saúl se extinguió completamente, la familia de David permaneció hasta la encarnación.

Aunque David no construiría un templo para YEHOVAH DIOS, el descendiente de David lo haría.

La familia de David reinó sobre Israel por más de cuatro siglos, pero fue finalmente removida debido a maldad añadida sobre maldad. Sin embargo, de la “simiente” de Jesé, YEHOVAH DIOS levantó una nueva rama que reinará por siempre (Isaías 11, 1-2).

Este descendiente de David, disfrutaría de una relación especial con YEHOVAH DIOS. Si él peca, YEHOVAH DIOS no lo rechazará, más bien YEHOVAH DIOS lo castigará sin rechazarlo.

YEHOVAH DIOS le promete a David, que el reinado de su dinastía duraría por toda la eternidad.

Cada una de estas grandes promesas, fueron parcialmente cumplidas en Salomón, el hijo de David y el sucesor a su trono.

· Salomón gobernó en el trono de David.

· Las misericordias de YEHOVAH DIOS, nunca se apartaron de Salomón, a pesar de que pecó.

· Salomón le edificó a YEHOVAH DIOS una magnífica casa.

Pero los profetas previnieron un cumplimiento aún mayor de estas promesas.

Así dice YEHOVAH DIOS en Jeremías 23, 5-6 “Llegarán los días en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: YEHOVAH DIOS es nuestra justicia”.

“Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; ÉL lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo de YEHOVAH DIOS de los ejércitos hará todo esto. YEHOVAH DIOS ha enviado una palabra a Jacob. Ella caerá sobre Israel” (Isaías 9, 6-7).

“Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. (Lucas 1, 31-33)

Yeshúa está construyéndole al Padre una magnífica casa (Hebreos 3, 3-6) en el sentido de que nosotros somos su templo (1 de Pedro 2,5) y la Ekklesía es la nueva casa de YEHOVAH DIOS.

Versos del 18 al 24

Cuando David recibió este espectacular regalo, no pensó que lo hizo a él más grande. A los ojos de David, esto hizo a YEHOVAH DIOS más grande.

La humilde manera en que David recibió este regalo, es demostrada con la repetición de la frase Tu siervo “Doulos”, diez veces en esta oración.

Versos del 25 al 29

La oración de David osadamente le pide a YEHOVAH DIOS que haga lo que prometió.

Esta no era una oración pasiva que decía “Bueno YEHOVAH DIOS, haz lo que quieras, no me importa si es de una u otra manera”.

Tampoco una oración arrogante que decía “Bueno YEHOVAH DIOS, déjame decirte que hacer”.

Era una oración osada que decía “YEHOVAH DIOS, aquí está tu Promesa, ahora confío en que la cumplirás grandemente y que serás fiel a Tu Palabra”.

· Podemos apropiarnos de Su Promesa de perdón, “Si confesamos nuestros pecados, ÉL es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 de Juan 1, 9).

· Podemos apropiarnos de Su Promesa de Paz, “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no se la doy como el mundo la da. No se turbe su corazón, ni tengan miedo” (Juan 14, 27).

· Podemos apropiarnos de su Promesa de guía, “Yo te instruiré, te enseñaré el camino que debes seguir; con los ojos puestos en ti, seré tu consejero.” (Salmos 32, 8)

· Podemos apropiarnos de su promesa de crecimiento, “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1, 6)

· Podemos apropiarnos de su promesa de ayuda, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4,16)

Noten que David oró de corazón. Algunas personas oran de un libro, otras oran de su cabeza. El lugar correcto del cual orar, es del corazón.

Este era el fundamento de la Fe de David. Él sabía que YEHOVAH era DIOS, cada una de Sus Palabras son Verdad y son de absoluta fidelidad a sus promesas.

El gran pecado de no creer en el Señor Yeshúa Ha Mashiaj, a menudo es tratado muy a la ligera y en un espíritu muy trivial, como si apenas y fuera pecado.

Pecar después de conocer la Palabra de vida, es el mayor signo de incredulidad en la existencia de YEHOVAH DIOS.

Difunde la Palabra de Yehovah No Contaminada

1 comentario en «2 Samuel Capítulo 7»

  1. Gloria a YEHOVAH! En este capítulo vemos el carácter de David al creer auténticamente en las promesas que el Padre le había dado. Y el fruto de esa fe es la oración osada de: Padre, tu Palabra dice. Padre, tu me prometiste. No te pido algo que tu no me hayas prometido dar antes. Pues estaba plenamente convencido de que la promesa era seguramente el cheque a su Nombre que lo cobraba si permanecía perseverando y aguardando en la plenitud de su tiempo.

    Así, nuestra oración no debe ser pasiva sino activa para perseverar recordándole con toda seguridad al Padre que permanecemos totalmente convencidos de que Él traerá su manifestación física

    Responder

Deja un comentario