CONOCE NUESTRA IDENTIDAD
Somos Mosqueteros
Identifica formación de tropas de soldados de Yeshúa Ha Mashiaj para el establecimiento del Reino de los Cielos en la tierra, teniendo como arma de última generación la poderosa espada de la Palabra de Yehovah. Actuando bajo las órdenes del Rey de reyes tenemos la gran comisión de hacer discípulos, convirtiéndolos en reyes y sacerdotes santos capacitados para vivir el Reino Milenial, por medio de la adopción de la Cultura del Reino.
De Yehovah
Yehovah es el Nombre del Padre Creador, escondido por los rabinos fariseos y que se ha dado a conocer en pergaminos del original hebreo de los rollos clasificados como descubrimientos del Mar Muerto. Yo Soy el que Soy es su transliteración al castellano, Padre de Nuestro Señor Yeshúa a quien le rendimos Culto de Adoración.
INSIGNIA MOSQUETERA
La Espada
Representa al verbo encarnado Yeshúa Ha Mashiaj, este símbolo expresa el origen de todo cuanto existe, ya que por la Palabra de Yehovah fueron hechas todas las cosas. Posee doble filo porque está diseñada para penetrar y desgarrar todo lo que no ha sido plantado por el Padre Celestial en el corazón del hombre.
Las 4 Espadas
La Cruz
La empuñadura posee una cruz que es símbolo distintivo de consagración, ejecutando una entrega voluntaria sacrificial a los propósitos de Yehovah, para que su Palabra logre el objetivo fundamental que todos se salven, pero esto, requiere la muerte voluntaria a los propósitos individuales, porque el que empuña la espada no puede ser vacilante, no debe mirar hacia atrás, sino que al tener los ojos puestos en Yeshúa Ha Mashiaj el autor y consumador de la vida, seguimos sus pasos para materializar la voluntad del Padre Eterno.
El Rayo
Muestra la presencia de Yehovah revelandose en toda su majestad toda la humanidad desde el Monte Sinai, manifestando sus leyes y preceptos que pasan a ser el fundamento que guían la toma de decisión en la existencia del consagrado. Se manifiesta como una luz que permite ver la ciencia del Altísimo para ponerla por obra y obtener con ello la fructificación en vida y paz.
El Aro Interno
Demuestra como Yehovah ha determinado que seamos fructíferos a su tiempo y esto requiere un trabajo cíclico de preparación de la tierra, para plantar la semilla, regar la tierra, suministrarle probióticos y fertilizantes, con una adecuada exposición al sol, permitiendo la ejecución de la fotosíntesis, que eclosione la semilla, fomentando la aparición de las raíces, que a su vez, forman el tallo y con esto sale la planta de la tierra, produciendo las hojas, las espigas y los frutos.
El Aro Externo
Lo constituye la función del cuido, Yehovah nos enseña a ser celoso como Él lo es, estableciendo un cerco de protección que hace separación entre lo profano hacia fuera y lo santo hacia dentro. El cuido se ejecuta mediante la labor de la vigilancia, para interceptar toda estrategia del enemigo, que disimuladamente quiere penetrar en los dominios de la santidad, para robar, matar y destruir. La labor del cuido se centra en neutralizar toda ave de rapiña, toda serpiente venenosa, todo intruso que sin cumplir los requisitos legales, quiere acceder al jardín para sembrar su semilla de maldición, al mismo tiempo que roba y daña el fruto.