Demuestra como Yehovah ha determinado que seamos fructíferos a su tiempo y esto requiere un trabajo cíclico de preparación de la tierra, para plantar la semilla, regar la tierra, suministrarle probióticos y fertilizantes, con una adecuada exposición al sol, permitiendo la ejecución de la fotosíntesis, que eclosione la semilla, fomentando la aparición de las raíces, que a su vez, forman el tallo y con esto sale la planta de la tierra, produciendo las hojas, las espigas y los frutos.