Mosqueteros de Yehovah

Tobías Capítulo 7

Versos del 1 al 7

Tobías en casa de Ragüel, cuando entraron los recibió con alegría.

Y mientras Ragüel hablaba muy bueno de Tobías, el ángel dijo a Ragüel: “Ese Tobías, por quien preguntas, es el padre de éste.”

Entonces Ragüel se echó sobre él, le besó con lágrimas y sollozando sobre su cuello, dijo: “Bendito seas tú, hijo mío, porque eres hijo de un varón bueno, muy bueno”. Lloraron también Ana, su mujer, y Sara, hija de ambos.

Los hijos son benditos a causa de sus padres por vivir en el Temor de YEHOVAH DIOS, es lo que debe ser de estímulo para un clan.

Versos del 8 al 12

Tobías toma a Sara por esposa, así se casan los hijos de YEHOVAH DIOS.

Prepararon comida y dijo Tobías: “Yo no comeré ni beberé hoy aquí, si antes no me otorgas mi petición y prometes darme a Sara, tu hija” en el Verso 9.

Al oír estas palabras, se pasmó Ragüel, sabiendo lo que había sucedido a los siete maridos que se habían casado con ella y comenzó a temer que también a éste le sucediera lo mismo. Estando perplejo y sin dar respuesta al que preguntaba,

Y Dijo el ángel a Ragüel: “No temas dársela; porque a éste que teme a YEHOVAH DIOS debe darse tu hija por mujer, por eso ningún otro ha podido poseerla”

A veces se considera como gran desgracia el no poder realizar una unión muy deseada.

El tiempo no tarda en mostrar que no eran aquéllas las personas convenientes y que por eso YEHOVAH DIOS las apartó con su poderosa misericordia.

Versos del 13 al 17

Celebraron el matrimonio, tomando la mano derecha de su hija, la puso en la derecha de Tobías, y dijo: “El YEHOVAH DIOS de Abrahán, el YEHOVAH DIOS de Isaac y el YEHOVAH DIOS de Jacob sea con ustedes y les de su bendición”

Este simple rito parece haber sido usado para los matrimonios israelitas, si bien la Palabra de YEHOVAH DIOS lo menciona sólo aquí.

La misma ceremonia de juntar las manos de los novios y bendecirlos se observa en el Ritual Romano en la celebración del matrimonio cristiano.

Por este gesto exterior de adhesión y amistad, los jóvenes esposos se dan un mutuo testimonio de unión y cariño, confirman con las manos lo que ambos acaban de prometerse con los labios, palabra salida de su boca.

Luego, tomando papel, hicieron la escritura matrimonial, mediante un contrato (Ketubá) en el Verso 14 al 17, celebraron bendiciendo a YEHOVAH DIOS.

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