Mosqueteros de Yehovah

Sirácides Capítulo 1

Introducción

El título del libro y la firma del autor se encuentran en la parte final de la obra (50, 27-28), como en el Eclesiastés. Bajo el título encontramos reunidos varios términos sapienciales: enseñanza, consejo, prudencia y sabiduría.

El autor es “Simón, hijo de Jesús, hijo de Eleazar, hijo de Sirá” (50, 27), hombre culto y experimentado, conocedor, por sus viajes, de diversos pueblos y culturas.

El libro fue compuesto en hebreo hacia el año 197 a.C. para reafirmar a los judíos de la Diáspora en la fidelidad a la ley y a la tradición de sus mayores, frente a la influencia generalizada de la cultura helenista.

El texto hebreo desapareció pronto, quizás por no ser considerado como canónico por una parte de la tradición judía.

Desde finales del s. XIX hasta la fecha, sin embargo, han ido apareciendo en diversos lugares fragmentos sueltos del original hebreo, que equivalen a dos tercios de la obra completa.

La traducción griega, hacia el año 132 a.C., se debió al nieto de Ben Sirá. El abuelo había escrito en una lengua hebrea, más bien académica, según los módulos formales hebreos. El nieto traduce al griego, lengua culta de estructura y estilo bien diversos.

Cuenta con el antecedente de otros libros traducidos al griego. Su aclaración parece tener un tono apologético frente a los clásicos de la literatura griega, quiere salvar el prestigio del abuelo y de la literatura de su pueblo.

La “Sabiduría de Ben Sirá”, uno de los libros más extensos del Antiguo Testamento, fue aceptado como canónico por la tradición cristiana y llegó a ser tan leído en la Iglesia antigua que recibió el título de “Eclesiásticos” o Sirácides.

Prólogo del autor en Griego.

I Parte: 1, 1 – 23, 27.

Naturaleza y beneficios de la sabiduría. El temor de Dios y a sabiduría, confianza en Dios, Piedad filial, humildad, deberes para con los pobres, ventajas de la sabiduría, pudor y respeto humano, riqueza y presunción, moderación, la verdadera amistad, exhortación a la sabiduría, sentencias varias, la vida familiar.

Honor al sacerdote, obras de misericordia, normas de prudencia en las relaciones sociales, el trato con las mujeres, el trato con los hombres, los gobernantes, el orgullo, la gloria verdadera, la humildad, la confianza está en manos de Dios.

Hospitalidad, favores y dones, verdaderos y falsos amigos, juntarse con tus iguales, uso de la riqueza, la verdadera felicidad, exhortación a la sabiduría, la libertad y el pecado, la justicia de Dios, Dios creador, el perdón de Dios, grandeza de Dios y pequeñez del hombre.

Beneficencia cordial, prudencia, templanza, autodominio, buena y falsa sabiduría, discernimiento (uso sensato de la lengua), la huida del pecado, sabiduría y necedad, del proceder con los necios, la amistad, oración, sobre los juramentos y malas palabras, sobre la fidelidad conyugal.

II Parte: 24, 1 – 42, 14.

Elogio de la sabiduría, la sabiduría es la ley, proverbios numéricos, los ancianos, proverbios, sobre las mujeres, cosas que entristecen, peligro en los negocios, discreción en el hablar, sobre el engaño, sobre el rencor, guardar la lengua, la misericordia, la fianza, la hospitalidad.

Sobre la educación, sobre la salud, la riqueza, los banquetes, el temor de Dios, la desigualdad de condiciones, independencia en la vida, sobre los siervos, sobre los sueños, la experiencia, confianza en Dios, el culto grato a Dios, la justicia divina.

Oración por la salvación de Israel, sobre el discernimiento, elección de la mujer, sobre los amigos, buenos y malos consejeros, sobre la templanza, medicina y enfermedad, el culto de los muertos, sobre los oficios manuales.

El sabio, el valor de la creación, miseria de la vida humana, la muerte, los malvados, sobre la fama, verdadera y falsa vergüenza, cuidar a las hijas

III Parte La Gloria de Dios 42, 15 al 50, 28.

a) En la creación, el sol, la luna y las estrellas, fenómenos meteorológicos.

b) En la historia, patriarcas, Moisés, Aarón, Finees, Josué y Caleb, Jueces, David, Salomón, Profetas (Eliseo, Ezequías), Reyes (Josías, Jeremías, Ezequiel), Recapitulación, Simón, Proverbios numéricos, Conclusión.

Apéndices: 51, 1 – 30: Oración de Jesús, hijo de Sira.

Himno, La búsqueda de la Sabiduría.

CAPITULO 1

Versos del 1 al 21

Sabiduría y temor de YEHOVAH Dios. Comienza el libro estableciendo el origen de la sabiduría y definiendo quién es el único sabio y el grado de sabiduría que puede alcanzar un ser humano.

Observando todo cuanto hay en derredor, arriba en el cielo y abajo en la tierra y el conjunto armonioso de todo cuanto existe, el autor concluye que sólo YEHOVAH Dios es sabio (vs 8).

Bien, por encima de todo, como primera criatura que es derramada sobre todas las demás criaturas, está la sabiduría, creada antes de los siglos (vs 4).

Los comentaristas relacionan este primer poema con Juan 1, 1-18, pero aclarando que en Juan, Jesús sobrepasa con mucho la dignidad de la sabiduría por cuanto el Verbo Eterno que estaba con YEHOVAH Dios, es el mismo Dios.

Los versos del 11 al 21 desarrollan el tema del “camino” hacia la sabiduría, el respeto al Señor o el temor de YEHOVAH Dios, idea que se repite en forma de estribillo a lo largo del poema.

Si la verdadera sabiduría es el temor de YEHOVAH (adoración, obediencia y servicio), este temor o respeto no es otra cosa que el reconocimiento humilde y consciente de que somos criaturas y que el único sabio y omnipotente es Dios.

Por tanto, el proyecto humano no debe pretender igualarse a YEHOVAH Dios, “autodivinizarse”, porque ello sería el camino a la deshumanización, del cual está lleno la historia de todos los tiempos hasta nuestros días.

Se desprende, entonces, que el verdadero sabio o, mejor, el camino a la sabiduría, es todo lo que conduzca a la autenticidad de reconocerse hijo de YEHOVAH Dios, para reflejar su imagen en la tierra.

YEHOVAH Dios necesita hombres y mujeres muy consientes y libres que sean capaces de instaurar el proyecto de su Reino en el mundo, manteniendo el papel que a cada uno le corresponde, de acuerdo al rol que nos asignó, eso es respeto o temor de YEHOVAH.

Versos del 22 al 27

Sabiduría y paciencia. El temple de los impulsos es una de las preocupaciones de quien quiere ser sabio y prudente, por la experiencia práctica de cada día, sabemos que las reacciones impulsivas no tienen buen fin.

El autor, combina el llamamiento a la paciencia, saber esperar con certeza en las Promesas de YEHOVAH DIOS y la intervención en el momento oportuno con el cumplimiento de los mandatos del Señor.

Para Ben Sirá la verdadera sabiduría consiste precisamente en conocer la Ley del Señor y cumplirla.

Versos del 28 al 30

Sinceridad, en toda relación lo primero y más importante es la integridad. Una auténtica relación con el prójimo nos capacita para una verdadera relación con YEHOVAH DIOS.

El autor está convencido de que Dios mismo, avergonzará públicamente a quien se acerque a ÉL con dobles intenciones.

Ahora, ¿Cuál puede ser en la práctica del doble corazón de la que nos habla Ben Sirá?.

Acercarnos a Dios con un corazón lleno de odio, de resentimientos, de egoísmo y de falta de compromiso con ÉL y con nuestros semejantes porque nos manda es a “Amar a YEHOVAH sobre todas las cosas y al Prójimo como a nosotros mismos”.

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