Mosqueteros de Yehovah

Salmos Capítulo 88

Este Salmo tiene por título, “Cántico. Salmo para los hijos de Coré. Al músico principal, para cantar sobre Mahalat. Masquil de Hemán ezraíta”.

Este Salmo es un Cántico, pero un cántico muy triste y a menudo es tenido como el Salmo más triste de toda la colección.

Mahalat parece referirse al “instrumento musical” sobre el cual el cántico fue compuesto, el Salmo 53 también menciona el Mahalat.

También es uno de los trece Salmos llamados Masquil “contemplación”, el cual, pudiera entenderse mejor como una “instrucción”.

En cuanto al autor y el cantor del Salmo, Hemán el ezraíta, hay muchas menciones de un Hemán en los días de David y Salomón, asumiendo que todos ellos se refieren al mismo hombre, quien fue notable por:

Su gran sabiduría (1 Reyes 5, 11), Coreita de entre los hijos de Coré (1 Crónicas 6, 18), habilidad y servicio musical (1 Crónicas 6, 33; 15, 17-19; 16, 41-42; 25, 1; 2 Crónicas 5, 12; 35, 15), varios hijos excepcionales (1 Crónicas 25, 5) y servicio hacia el rey (1 Crónicas 25, 6).

La identidad del cantor de este oscuro cántico nos ayuda a entenderlo.

Una canción triste, comenzando y terminando con quejas y por lo tanto, cantado en los tiempos primitivos, entre otros salmos penitentes, como la confesión pública de personas excomulgadas.

En este Salmo Hemán hace un mapa de la historia de su vida, muestra todos los lugares oscuros por los cuales ha viajado, menciona sus pecados, tristezas, esperanzas, aflicciones, temores y mucho más, ahora, eso es una verdadera oración, poniendo su caso delante del Señor.

Versos del 2 al 3

Pidiéndole a YEHOVAH DIOS que escuche la oración en la aflicción.

El verso de apertura nos conduciría a esperar un Salmo más optimista cuando el Salmista comienza exaltando a YEHOVAH como el DIOS de mi Salvación, esperamos que experimente dicho rescate, dicha liberación en el momento.

Este título era para traer a memoria el pasado y el aferrarse hacia la esperanza futura, es uno de los pequeños destellos de luz en un salmo que de otra manera parece oscuro.

La oración hecha con pasión “te clamo” y constante “día y noche”, el Salmista estaba desesperado que YEHOVAH DIOS se inclinara para escuchar y contestar su oración.

Versos del 4 al 6

La profundidad de la aflicción, la agonía no era superficial, fue a lo profundo, estaba en el interior del alma y en lo exterior, amenazando su vida física “mi vida está al borde del abismo”.

Otros esperaban que el Salmista muriera “me cuentan entre los que bajan a la fosa”.

El Salmista estaba tan débil y afligido que sentía que otros ya le tenían como prácticamente muerto, la muerte parecía jalarle mientras que era pasivamente abandonado como los muertos.

El cantor temía a la muerte, pensando que sería echado no solamente de las relaciones terrenales, sino también de la relación con YEHOVAH DIOS.

Así como con el Salmo 6 y otros pasajes, está mal el tomar dichas palabras agonizantes como una evidencia de que no hay vida más allá de esta vida.

El Antiguo Testamento tenía un entendimiento turbio del mundo del más allá.

En ocasiones muestra una confianza segura (Job 19, 25) y en ocasiones tiene la falta de certeza como la que se muestra aquí.

2 Timoteo 2, 10 dice que Jesús trajo vida e inmortalidad hacia la luz, a través del evangelio.

El entendimiento de la vida por venir estaba nublado en lo mejor de los casos en el Antiguo Testamento, pero Yeshúa nos hace conocer más sobre el cielo y el infierno que cualquier otro lo haya hecho.

Él tenía un conocimiento de primera mano del mundo del más allá.

El Salmo y el Antiguo Testamento en general no presentan una teología comprehensiva del mundo del más allá, expresa la agonía, el temor y la falta de certeza durante el umbral de la muerte.

Los cantores en los Salmos a menudo saben que ellos pueden recordar a YEHOVAH DIOS y darle a ÉL las gracias ahora, pero no tienen la misma certeza sobre el mundo del más allá.

Versos del 7 al 8

Tú, YEHOVAH DIOS, me has humillado.

Audazmente el Salmista le dice a YEHOVAH DIOS lo que siente y experimenta, que el Altísimo mismo ha causado su caída, colocándolo en tinieblas, en lugares profundos.

Al parecer la fuente de esta aflicción era la ira justa del Juez Supremo, el Salmista tenía su propia pecaminosidad, hundiéndose bajo todas tus olas, no protestó ante el Creador.

Versos del 9 al 10

Tú, YEHOVAH DIOS, me has hecho estar solo.

En su aflicción, sus amigos no querían nada con él, también fue visto como la obra de YEHOVAH DIOS.

La vida estaba siendo drenada y si YEHOVAH DIOS no respondía, parecería que no había ningún remedio.

Versos del 11 al 13

Yo necesito Tu ayuda en la tierra de los vivientes.

El Salmista le recordó a YEHOVAH DIOS de su oración constante, hecha en la postura familiar Hebrea de extender sus manos hacia el Creador.

Ya que el Salmista no tenía la certeza del mundo en el más allá, diligentemente buscó a YEHOVAH DIOS para que contestara su oración y satisficiera su necesidad pronto, cuando supiera que recibiría de las maravillas del cielo hablaría de la misericordia y verdad del Todopoderoso.

La manera en la que estos versos hablan del mundo del más allá es una buena ilustración de la incertidumbre que el Antiguo Testamento presentaba con respecto a los muertos, sepulcro, abadón (el lugar de destrucción), tinieblas y la tierra del olvido.

Un cristiano, sobre el lecho de la enfermedad, pudiera sin duda rogar a DIOS de esta manera, por una continuidad larga de la vida, para glorificarle a ÉL aquí en la tierra.

Versos del 14 al 16

Yo necesito que Tú rompas el silencio.

Después de un corto enfoque en el terror e incertidumbre del sepulcro, el Salmista de nuevo pone su enfoque en el Señor.

Como otros en los Salmos, buscó a YEHOVAH DIOS por la mañana (Salmo 5, 3; 55, 17; 59, 16).

La triste idea que anteriormente se menciona en el Salmo es repetida, la peor de las aflicciones del Salmista era el sentido de que YEHOVAH DIOS de alguna manera le había abandonado, que su alma fue desechada.

Versos del 17 al 19

Necesito que me rescates de Tu ira.

Continuando con el pensamiento de las líneas anteriores, el Salmista entendió, que alguna manera YEHOVAH DIOS era la fuente de su presente aflicción.

“Afligido y solitario, alejado de amigos y compañeros”, el Salmista se sintió abrumado, como si estuviera a punto de ahogarse en su miseria.

El Salmista aquí termina sin tener una respuesta y con un continuo clamor hacia YEHOVAH DIOS, quien le puede rescatar de tal angustia y desesperación.

Cuando recordamos que Hemán escribió este Salmo, quien fue a vivir una vida de bendición en muchas maneras, nos damos cuenta que YEHOVAH DIOS utiliza aun esta temporada dolorosa para bien.

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