Mosqueteros de Yehovah

Proverbios Capítulo 1

Introducción

Proverbio del hebreo “Mashal”, significa oráculos o refranes, dichos cortos llenos de sabiduría.

Un proverbio de contenido sapiencial se llama “Mashal” en hebreo, palabra emparentada con una raíz que, junto a otros significados, incluye el de “dominar” o “regir”.

En ocasiones “Mashal” significa también parábola, alegoría, fábula e incluso acertijo.

Los autores de Proverbios, en el 1, 1 se acredita a Salomón el haber escrito un gran número de los proverbios, razón por la cual la obra completa se ha atribuido a menudo a este monarca, célebre por su sabiduría y autor de tres mil proverbios y mil cinco cantares (1 Reyes 5, 9-12).

Los capítulos 30 y 31 son las palabras de Agur y Lamuel.

Propósito: Dar instrucción moral, especialmente a los jóvenes, el proverbio se centra en decirte que hay siembra y cosecha.

Pertenece al grupo de los denominados genéricamente “poéticos y sapienciales”.

La sabiduría de Proverbios se centra sobre todo en los ámbitos de la vida no regulados por ordenanzas culturales ni mandamientos expresos del Señor.

Por esta razón, la mayor parte del libro no se refiere a temas propiamente religiosos, sino más bien, a los que son específicos de la existencia humana, en el ámbito individual, familiar, relaciones entre padres e hijos, honradez en los negocios, relación entre autoridades y pueblo, adulterio y en otros se proponen reglas de urbanidad y conducta social.

En todos estos casos, lo evidente es que Proverbios considera la sabiduría como un principio esencialmente práctico, fundamentado en la observación, la experiencia y el sentido común, orientado hacia los múltiples aspectos de la actividad humana.

Tema fundamental, está específico en Proverbios 1, 7 “El Temor de YEHOVAH, es el principio de la Sabiduría”. El Temor al Señor, mencionado 13 veces.

Lo cual significa que la única verdadera sabiduría es la que radica en una forma de vida basada en la obediencia a Dios y manifestada en el amor a la bondad y a la justicia.

Colecciones:

Primera colección: “Poemas” (1, 1–9, 18).

Segunda colección: “Proverbios de Salomón” (10, 1–22, 16).

Tercera colección: “Palabras de los sabios” (22, 17– 24, 22).

Cuarta colección: “Dichos de los sabios” (24, 23–34).

Quinta colección: “Proverbios de Salomón” (25, 1– 29, 27).

Sexta colección: “Palabras de Agur” (30, 1–33).

Séptima colección: “Consejos a Lemuel” (31, 1–31).

Primera colección: “Poemas” (1, 1 al 9, 18).

Estos primeros nueve capítulos conforman una especie de introducción a todo el libro, atribuido al redactor final de la obra.

Versos del 1 al 7

Finalidad de los Proverbios. Tal como es presentado en los primeros 7 versos, todos los seres humanos sin excepción deben buscar la sabiduría como algo imprescindible para sus vidas.

Entendida como un valor máximo, es algo así como una revelación divina que se pone al servicio del ser humano para adquirir vida.

El ser humano abandonado a su destino, necesita una luz que lo guíe y para eso viene en su ayuda La Sabiduría.

Versos del 8 al 19

Consejos a los jóvenes. Como quien instruye a un hijo, el maestro de sabiduría nos pone en guardia contra quienes intentan introducir a nuevos miembros en las “organizaciones” del mal con artimañas y malos consejos.

Versos del 20 al 33

Invitación a la Sabiduría. Con rasgos de profeta, la sensatez personificada llama en la plaza pública a los insensatos, a los necios e inexpertos, a los imprudentes e insolentes, a centrar su vida en función de una sola cosa, el “Temor al Señor” (vs 29).

Del discurso de la sensatez se desprende que la verdadera sabiduría está en el Temor o respeto al Señor, dicho respeto no es otra cosa que “cumplir sus leyes y mandatos”, única alternativa posible que evita la desgracia.

La “tormenta” y el “huracán”(vs 27) son símbolos de una vida que se vive sin perspectivas de plenitud.

Saber vivir bien trae como consecuencia la serenidad, la tranquilidad y la seguridad ante los grandes males.

El tono de este pregón está muy emparentado con el de Jeremías y en menor medida con el de Isaías.

El objetivo no es tanto condenar, sino llamar al recto juicio, a la sana vivencia y a la rectificación antes de que sea demasiado tarde (vs 28).

La idea general del presente capítulo lo constituye la “Obediencia” a la Instrucción de la Fuente Legal, debido a que para alcanzar la sabiduría es requerido el hábito del “Shemá” que refiere a “oír para hacer”.

Antiguamente se presentaba la escases de maestros que tuviesen el suficiente conocimiento para instruir al pueblo, por ello, los escribas abrían sus casas para instruir a los hijos de las familias pobres en Shabbat, esto contrasta con la actualidad, donde el conocimiento es accesible a todos.

Sin embargo, las personas han desarrollado como cultura común, el “oír” sin “hacer”, de nada sirve la instrucción que no es llevada a la práctica.

Es así, como la sociedad contemporánea posee la instrucción que anhelaban las comunidades antiguas pero carece de los modales y de la sabiduría de otras épocas.

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