Mosqueteros de Yehovah

2 Macabeos Capítulo 15

Versos del 1 al 36

La elocuencia al narrar la grandiosa batalla entre Judas y Nicanor nos indica que estamos cerca del final del libro.

Nicanor no sólo se enfrenta a Judas, también decide enfrentarse a la Ley del Shabbat (vs 1-4) y al mismo Dios (vs 5), es un hombre con complejo de dios que confía plenamente en su victoria.

Judas en cambio, sigue poniendo toda su confianza en Dios (vs 7), en la oración que recuerda las intervenciones de Dios en la historia, en las Escrituras: la Ley y los Profetas (vs 9) y en los justos, que aunque muertos, oran e interceden por los vivos (vs 22-24).

Mientras Nicanor avanza al son de trompetas y cantos de guerra (vs 25), Judas avanza al son de oraciones y cantos de alabanza (vs 26).

El terrible final del cuerpo de Nicanor, sólo es comprensible en el contexto de la ley del Talión (vs 33).

Fueron cortados, la cabeza que se erguía orgullosa (vs 6), el brazo que se levantaba contra el Templo (vs 32) y la lengua que profería blasfemias (vs 5. 32).

Cortar la cabeza era una acción con tradición en Israel, así lo hizo Judit con Holofernes (Judit 13,15; 14,1), David con Goliat (1 Samuel 17,51.54), Gedeón con Oreb y Zeb (Jueces 7,25).

Muy sutilmente el autor deja ver el contraste entre Nicanor, que esperaba levantar un monumento con las cosas que le iba a quitar a las tropas judías (vs 6) y Judas que termina exponiendo como trofeo los pedazos del cuerpo de Nicanor (vs 35).

No podía faltar en el último capítulo una alusión al amado Templo, donde se deja constancia que nuevamente ha sido salvado, que Dios lo guarda sin mancha (vs 34), que es más importante que la propia familia (vs 18) y que ha sido liberado gracias a Judas Macabeo.

Si el libro comenzó invitando a la celebración de la Fiesta de la Purificación y Dedicación del Templo, termina invitando a celebrar y consagrar una Fiesta en honor a la victoria de Judas.

Versos del 37 al 39

Epílogo. El autor añade un epílogo, satisfecho de su trabajo y de su resultado, no podemos negar que a los lectores de la época les agradó esta composición.

Nosotros, sobreponiéndonos con esfuerzo al estilo y a sus muchas ideas, lo respetamos y acogemos como testimonio de Fe y esperanza en momentos críticos de la historia de un pueblo.

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