Verso 1
En este capítulo vemos la conclusión, un punto de decisión.
Israel necesitaba llegar hasta este lugar, donde sabiendo quién es YEHOVAH DIOS y quiénes eran ellos, hacen un Pacto con el Todopoderoso, incluso lo escriben, para comprometerse a sus caminos.
La cuarta señal segura de avivamiento, después del quebrantamiento de corazón, después de la reflexión sobre la bondad de YEHOVAH DIOS, después del reconocimiento de la pecaminosidad, es una renovación de nuestra obediencia.
Llegamos a un lugar de decisión, por lo que esta obra de YEHOVAH DIOS no es solamente una experiencia, sino algo que moldea nuestro futuro.
Versos del 2 al 9
La lista de los que firmaron el pacto. Al final de Nehemías capítulo 9, el pueblo había llegado a un punto de decisión, y ahora, colectivamente, la nación iba a hacer algo al respecto entrando a un pacto.
Fue maravilloso que la nación como un todo sintiera que algo tenía que hacerse sobre el problema del pecado que había entre ellos.
Pero no tenía valor a menos de que los individuos se acercaran y dijeran “nosotros haremos algo al respecto”.
Aquí están los líderes, 84 en total, dispuestos a poner sus nombres en la línea para el pacto delante de YEHOVAH DIOS.
Estas personas en el tiempo de Nehemías sabían de qué se trataban los Pactos y lo importantes que eran para YEHOVAH DIOS.
Ellos recordaban que YEHOVAH DIOS hizo un Pacto con Abraham, prometiendo que tanto la nación como el Mesías descenderían de YEHOVAH DIOS quien hizo Pacto con Moisés y la nación de Israel cuando les dio la Ley en el Monte Sinaí.
YEHOVAH DIOS hizo Pacto con el Rey David, prometiéndole que el Mesías vendría de su familia. Pero el acto más grande, el Nuevo Pacto instituido por Yeshúa Ha Mashiaj, aún estaba por venir.
Versos del 10 al 14
En estos versos se nos presenta en este libro, los Levitas que firmaron el Pacto.
Versos del 15 al 28
Aquí nos presentan los líderes cívicos o jefes del pueblo que firmaron el Pacto.
Versos del 29 al 30
Se presenta el resto del pueblo, que se comprometieron para obedecer a la Ley de YEHOVAH DIOS en la realización del Pacto con YEHOVAH DIOS.
Los 84 mencionados anteriormente sellaron el Pacto, por el resto del pueblo, esto es, todo el que tenía comprensión y discernimiento, también hizo el Pacto con YEHOVAH DIOS.
Al hacer el Pacto, aceptaron una maldición de YEHOVAH DIOS sino obedecían su Ley. Ellos aceptaron la maldición como una forma de su corrección, para traerlos de regreso a la obediencia.
Ellos hicieron este Pacto públicamente, aunque su significado más importante estaba entre el individuo y YEHOVAH DIOS, también era importante que otras personas fueran testigos del Pacto, un Pacto público significa rendición de cuentas.
Verso 31
“Su primera área de decisión”, “seremos fieles a YEHOVAH DIOS en lo que se refiere a nuestras relaciones románticas”.
Esta promesa estaba dirigida a los padres, porque los padres toman las decisiones de matrimonio, no las personas que se casan.
Esto preservaba el importante principio de que un seguidor de YEHOVAH DIOS solo debe casarse con otro seguidor de YEHOVAH DIOS igual de comprometido.
Es evidente, por experiencia y observación que es importante escoger al cónyuge cuidadosamente y en oración.
Verso 32
“La segunda área de decisión”, “seremos fieles a YEHOVAH DIOS, en lo que respecta a guardar el Shabbat y todos los días festivos”.
Bajo la Ley del Antiguo Testamento, YEHOVAH DIOS dijo que nadie podía comprar o vender nada durante el día de reposo.
Estos ciudadanos de Jerusalén habían estado quebrantando esta Ley y ahora hacían pacto con YEHOVAH DIOS de cumplirla.
El motivo de romper esta Ley era claro, podían hacer más dinero vendiendo en siete días que en seis.
Este era un Pacto de solo hacer dinero de maneras que fueran obedientes y glorificaran a YEHOVAH DIOS.
Versos del 33 al 40
“La tercera área de decisión”, “seremos fieles a YEHOVAH DIOS en lo que respecta a apoyar la obra de YEHOVAH DIOS”.
Ellos entregaron un impuesto anual para apoyar las obras del Templo. Necesitaban personas para traer la madera del templo de forma rotativa.
Se comprometieron a obedecer el mandamiento de los primogénitos, las primicias y el diezmo, diez por ciento de lo producido por sus tierras, para la casa de YEHOVAH DIOS.
Ellos simplemente hicieron dos cosas. Primero, acordaron dar como YEHOVAH DIOS se los había ordenado, el primogénito, las primicias y el diezmo.
Segundo, acordaron dar conforme la necesidad especial lo requería, el impuesto de un tercio de un siclo y la madera.
Si antes pactaron hacer dinero solo de maneras que glorificaran a YEHOVAH DIOS, aquí pactaron gastar su dinero en formas que glorifiquen a YEHOVAH DIOS y empezando todo dando al Altísimo.
Dicho de forma sencilla, la Biblia dice que tenemos que ser dadores, no tanto por el bien de aquellos a los que damos, sino porque dar rectifica nuestro corazón respecto a las cosas materiales. YEHOVAH DIOS mismo es el dador más grande.
Si usted se aferra al dinero tan fuerte que no va a ser un donador, entonces usted ha revelado dónde está su corazón en lo que respecta al dinero.
El Nuevo Testamento habla con gran claridad sobre el principio de dar que el dar debe ser algo constante, planeado, proporcional y privado (1 de Corintios 16,1-4), también que debe ser generoso, dado con libertad y con alegría (2 de Corintios 9).
Si usted es reacio a ser un dador como la Biblia dice que lo sea, simplemente hable con aquellos que lo son.
Pregúnteles si ha sido una bendición o una maldición en sus vidas el dar como YEHOVAH DIOS les dice que lo hagan.
YEHOVAH DIOS promete que nunca les retendrá nada y no podemos dar más que YEHOVAH DIOS, aunque el regreso es a menudo mucho mejor que dólares y centavos.