Mosqueteros de Yehovah

Lucas Capítulo 21

Versos del 1 al 4

La ofrenda de la viuda. La escena de las ofrendas que echaban los ricos, en contraste con lo que ha depositado la viuda, que era lo único que tenía, sirve también a Yeshúa para ilustrar otro aspecto más de las relaciones, que tienen que surgir en la nueva sociedad inaugurada por el Reino.

Ya no es lo valioso, lo aparentemente grande ni lo poderoso la medida para juzgar a la nueva sociedad, sino el desprendimiento, la generosidad y, sobre todo, la Fe y convicción de que entregándolo todo por el Reino. Es decir, por un modo de vida solidario, fraterno e igualitario, nadie quedará en realidad desposeído ni desprotegido.

Versos del 5 al 19

Sobre la destrucción del templo. La predicción de la ruina del Templo suscita una pregunta.

“¿Cuándo sucederá eso y cuál es la señal de que está para suceder?”.

La respuesta de Yeshúa es lo que constituye en Lucas el “discurso escatológico” que combina al menos tres motivos específicos:

1. La destrucción del Templo y de Jerusalén.

2. La venida del Hijo del Hombre.

3. El fin del mundo.

Pero es importante aclarar que, según la orientación que le da Lucas a este discurso, la destrucción de Jerusalén no es exactamente un signo del final de los tiempos.

Lo importante es que los discípulos se preparen, primero para no dar crédito fácilmente a las falsas alarmas de charlatanes o falsos mesías.

Segundo, para soportar la violencia y la persecución por parte de los enemigos del Evangelio del Reino y para que hagan de estas acciones una oportunidad magnífica de dar testimonio.

Versos del 20 al 24

La gran tribulación. El asedio y la destrucción de Jerusalén no se confunden con el final del mundo o de la historia.

El plan de YEHOVAH Dios sigue adelante y, precisamente, la ciudad y el Templo en ruinas será la ocasión para que las naciones extranjeras que no conocían a YEHOVAH, lo conozcan y se sometan a Él.

Versos del 25 al 33

La parusía. Los eventos cósmicos con que Lucas describe este pasaje sobre la venida del Hijo del Hombre, no hay que tomarlos en sentido literal.

Evocan una manera de pensar típica de la literatura apocalíptica (Daniel 7,13-14) y sirven para establecer la diferencia entre esta primera manifestación o encarnación de Yeshúa.

Sometido a la naturaleza y limitación humana y su segunda venida en todo poder y gloria como Amo y Señor del tiempo, de la historia y del mundo.

A los discípulos les toca estar muy atentos a los signos de los tiempos (vs 29-31).

Lo importante es saber descubrir esos signos y pensar que la venida de Yeshúa tiene como finalidad específica la liberación de toda la creación.

Ésta es la esencia de la esperanza escatológica de la primitiva comunidad y es también nuestra esperanza.

Versos del 34 al 38

Vigilancia y oración. Es un ánimo en las tareas de evangelización y de las prácticas evangélicas porque el tiempo pasaba y la parusía no llegaba.

Esta invitación puesta en labios de Yeshúa previene para no caer en la apatía y en la desesperanza.

La misma situación se percibe en las comunidades de los otros evangelistas (Mateo 24, 43-51; Marcos 13, 33-36).

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