Versos del 1 al 4
El hijo de Isaías. De nuevo una señal profética unida a un nombre simbólico. Esta vez se trata del segundo hijo de Isaías.
Ya no está presente el acento mesiánico del Emmanuel, sino el anuncio de la destrucción de Damasco y Samaría a manos de los asirios.
El nombre del niño “Maher-Salal, Jas-Baz”, significa “pronto al saqueo, rápido al botín” (vs 3). La historia confirma que, en efecto, un poco más tarde, Damasco y Samaría fueron arrasadas.
Versos del 5 al 8
Invasión. A través de las imágenes contrapuestas de Siloé y del Éufrates, el profeta denuncia la falta de confianza en YEHOVAH DIOS.
Del lado norte de la ciudad bajaba un canal que alimentaba el gran estanque de Siloé, el cual servía a toda la ciudad.
Las aguas mansas y tranquilas de este canal simbolizan la tranquilidad y bienestar de parte de YEHOVAH DIOS que el rey Ajaz rechazó cuando decidió aliarse con Asiria.
Asiria, procedente del Éufrates, se ha levantado como río embravecido y arrasará con todo lo que encuentre a su paso.
El verso 8 evoca el nombre profético de Emmanuel (Isaías 7, 14) para anunciar el cumplimiento de las promesas después de los castigos anunciados.
Versos del 9 al 10
Liberación. La certeza de la compañía del Emmanuel no tiene por qué hacer vacilar al pueblo de YEHOVAH DIOS.
Es un mensaje de esperanza en un contexto de guerra y de alianzas estructuras.
Versos del 11 al 15
El Señor, piedra de tropiezo. El profeta ha sido contrario a la política de Ajaz de aliarse con el rey de Asiria (2 Reyes 16).
Aliarse con cualquier otro rey era desconfiar del Señor.
Pero lo más peligroso en la mentalidad del profeta era el riesgo de contaminar el culto israelita con prácticas idolátricas, como en efecto nos confirma 2 Reyes 16, 10-18.
Ante el dilema de ofrecer sacrificios al Señor y a otro Dios extranjero, el profeta anuncia que YEHOVAH Dios de Israel se convierte en piedra de tropiezo para ambos reinos, es decir, sus mandatos y normas serán el rasero para acusarlos y castigarlos.
Versos del 16 al 20
Dios esconde su rostro. Estos versos anuncian públicamente la retirada del profeta de su ministerio, pero dejando constancia, que seguirá firme en YEHOVAH DIOS.
Con todo, por las circunstancias que se están viviendo, Isaías prevé que necesitarán consultar a los brujos y adivinos, a quienes el profeta ironiza llamándolos charlatanes porque sólo dicen tonterías.
Versos del 21 al 23
Días oscuros. Descripción de las penurias y calamidades que ya ha padecido el reino del Norte bajo el poder asirio y que el profeta anuncia ahora para Judá.
El verso 23b menciona al país de Zabulón y de Neftalí, dos territorios ubicados al norte del país, que fueron los primeros en soportar los desastres de la invasión asiria (2 Reyes 15, 29).
La humillación a la que han sido sometidos atrae la actitud benevolente y liberadora de Dios.
Siglos más tarde, la aparición del Mesías en Galilea confirmará plenamente el cumplimiento de esta profecía, así lo demuestra Mateo 4, 13-16.