Isaías hijo de Amós, significa “Yehovah es Salvación”, ministró desde aproximadamente el 740 al 680 a.C, Dios levantó a Amós y Oseas como profetas para predicar en el Reino de Israel y a Isaías y Miqueas para el Reino de Judá.
Habló acerca de la visión de Judá y Jerusalén en los reinados de Ozías, Yotam, Ajaz y Ezequías. Isaías 1,1
Ozías en 2 Crónicas 26, 22, Isaías escribió el resto de los hechos de Ozías. Isaías vio al Señor sentado en su trono elevado y alto (Isaías 6, 1).
Ajaz (736-716 a.C.). Rasín rey de Aram y Pecaj rey de Israel subieron a Jerusalén para apoderarse de ella. Judá buscaba alianza con el rey de Asur Teglat-Falazar, acción que Isaías intentaba impedir, CONFIAR EN YEHOVAH DIOS.
Isaías 7, 4 “quédate tranquilo, no tengas miedo, y que tu corazón no te falle al ver ese par de tizones humeantes”.
Ezequías (711-687 a.C.). Capítulo 36-39. Invasión de Senaquerib rey de Asur. Rey arrepentido y en ayuno, Isaías recibió la revelación.
Respuesta 37, 33-36, el Ángel de YEHOVAH hirió a muerte a 185mil hombre del campamento Asirio.
Pecaj y Oseas eran los Reyes de Israel del Norte durante el tiempo profético de Isaías, presenciando el fin del Reino de Israel del Norte por Salmanazar rey de Asur.
Desaparece de la vida política, según la tradición vivió bajo el reinado del impío Manasés, el cual lo habría matado haciéndole cortar por el medio con una sierra de madera.
El inicio del ministerio de Isaías muestra la crisis nacional en la nación del norte de Israel, la súper potencia de Asiria estaba a punto de engullirla.
Durante el lapso de su ministerio como profeta, la nación del sur de Judá fue enfrentada con repetidas amenazas de las grandes naciones vecinas.
Isaías vivió en Jerusalén durante la segunda Mitad del periodo del Reino de Israel, habló en nombre de YEHOVAH DIOS a los líderes de Jerusalén y Judá.
Su mensaje era sobre el juicio de YEHOVAH DIOS, advertencia a los líderes corruptos que su rebelión contra el pacto de Dios tendría un gran costo, Dios traería a los grandes imperios (Asiria- Babilonia) para establecer el juicio contra Jerusalén si persistían en la idolatría.
Este anuncio es combinado con un mensaje de esperanza, Isaías creía que Dios cumpliría algún día todas sus promesas del Pacto, enviaría un Rey del linaje de David para restablecer Su Reino (2 Samuel 7).
Guiaría a todo Israel a obedecer los mandamientos dados en el Pacto en el Monte Sinaí, así la bendición de Dios correría a todas las naciones.
Tres grandes sesiones que muestran advertencia de juicio de Dios a Israel, caída de Jerusalén y Exilio del pueblo a Babilonia, también hay un mensaje de esperanza, después del exilio todas las promesas del Pacto de Dios se cumplirían.
CAPÍTULOS 1-39. CASTIGO Y PURIFICACIÓN DEL PECADO
Capítulos 1-12 Visión de juicio y esperanza para Jerusalén.
Acusando a los líderes de la ciudad de rebeldía contra el pacto, idolatría e injusticia. Dios enviará un fuego purificador que acabará con todo lo indigno para crear una nueva Jerusalén, poblada por un remanente arrepentido y regresando a Dios, produciendo un tiempo de paz universal y armonía.
Isaías tuvo la revelación de Dios sentado en su trono con las criaturas que dicen SANTO, SANTO, SANTO, reconociendo lo corrupto que es él y su pueblo.
El carbón de la santidad de Dios no lo quema, lo purifica de su pecado, para que siga anunciando el juicio venidero.
Israel será cortado y quemado como un árbol por Asiria y Babilonia, pero quedará una semilla que dará frutos.
Rey venidero EMMANUEL “Dios con nosotros”, vástago del tronco de la familia de David, empoderado por el Espíritu de Dios.
Los capítulos 13-27 son una colección de poemas que exploran el Juicio y Esperanza para las Naciones.
Dios promete hacer caer al más grande, Babilonia y a todos los vecinos de Israel. Asiria sería destruida y reemplazada por el Imperio de Babilonia.
Una nación mas destructiva y arrogante, sus reyes se creían aun mas grande que todos los otros dioses y Dios promete hacer caer a Babilonia y otros vecinos de Israel, Moab, Damasco, Etiopía, Egipto y Tiro.
La ciudad enaltecida será destinada a la ruina y será reemplazada por la Nueva Jerusalén, donde Dios reina sobre una humanidad redimida, proveniente de todas las naciones, donde no hay más muerte o sufrimiento.
Estos capítulos son el clímax de esta sesión, donde muestra como el mensaje de Isaías apunta mucho más que su tiempo.
Es un mensaje para todos los que están esperando que Dios traiga justicia sobre los reinos violentos y opresores, y establezca su reino de justica, paz y amor sanador.
Capítulos 28-39: Ascenso y descenso de Jerusalén.
Conjunto de Poemas donde Isaías acusa a los líderes de Jerusalén de volverse a Egipto, para tener protección militar contra Asiria, lo cual es un error.
Solo confiar en Dios y el arrepentimiento puede salvarlos ahora.
CAPÍTULOS 40 – 55 CONSOLACIÓN Y ARREPENTIMIENTO
La esperanza más grande de Isaías es una nueva y purificada Jerusalén, donde el Reino de Dios sería restaurado a través del Rey Mesiánico venidero y todas las naciones serían unidas en paz.
Capítulos 40-48: Esperanza y consuelo a Jerusalén. Anuncio del Rey de Persia, Ciro. Liberación del pueblo de Israel y terminó el exilio de Babilonia en el tiempo de Esdras y Nehemías.
Capítulos 49-55: El siervo cumple la misión de Dios. Liberación en los tiempos venideros, Jesús muere en la cruz y por su resurrección nos ha dado salvación.
CAPÍTULOS 56 – 66 REINO MESIÁNICO O MILENIAL
Los siervos son los humildes que se arrepienten y reconocen a Yeshúa, así que heredan el Reino de Dios.
Poemas como el siervo empoderado por el espíritu anuncia la Buena Nueva del Reino de Dios a los pobres.
Reafirmando las promesas de Esperanzas de la Nueva Jerusalén, lugar desde donde la justicia, la misericordia y la bendición de Dios fluirán hacia todas las naciones del mundo.
Mostrando un contraste entre el destino de los impíos y los siervos. Dios trae justicio contra los impíos que contaminan el mundo con la maldad, egoísmo e idolatría, se enfrentarán a la Justicia de Dios, siendo excluidos de su ciudad para siempre.
Mientras que los siervos humildes ante Dios se arrepienten reconociendo la maldad, serán perdonados y heredaran la Nueva Jerusalén, donde la muerte y el sufrimiento se han ido para siempre.
Capítulo 1
Verso 1
Visión de Isaías. Encabezamientos de este tipo son comunes en la literatura profética.
Normalmente designa la naturaleza del libro, el nombre del autor y, en algunos casos, alude al tipo de audiencia y al período histórico en el que se desenvuelve.
Visión: es el término que describe a los 66 capítulos de esta obra. El profeta de los tiempos antiguos predecía el porvenir basándose en visiones y sueños.
Más tarde lo consideraron como un portavoz de YEHOVAH DIOS. Una pequeña observación de 1 Samuel 9, 9 precisa que “antes se llamaba vidente al que hoy llamamos profeta”.
Isaías no es como esos antiguos profetas visionarios. Aquí, como en Abdías 1 y Habacuc 2, 2, la palabra “visión” designa el conjunto de la profecía.
“El profeta es aquél a quien YEHOVAH DIOS descubre lo que no puede ver el común de los mortales”.
En todos los países de Medio Oriente habían profetas y adivinos. Adivinos a los que pequeños y grandes acudían para saber si sus empresas serían bendecidas.
Profetas para transmitir a los reyes la voluntad divina y las bendiciones que les afectaban, los profetas estaban ligados a la institución real y la apoyaban, la voluntad divina que portaban estaba en línea con la voluntad del monarca de turno y tenía que ver siempre con el orden del culto.
En Israel, sin embargo, durante todo el período de los reyes, fueron apareciendo profetas de un nuevo estilo, a partir de los cuales se fue formando un perfil propio.
Hombres y quizás mujeres que hablaban exclusivamente en Nombre de YEHOVAH DIOS el Dios de la justicia y de la opción radical por el pobre y oprimido, hombres libres e independientes del poder y hombres de una profunda y gran experiencia de YEHOVAH DIOS.
En la práctica, éstos son los signos más claros para establecer la verdadera y la falsa profecía, el verdadero y el falso profeta aún en nuestro tiempo.
Versos del 2 al 9
Requisitoria de YEHOVAH DIOS y confesión del pueblo. YEHOVAH DIOS invoca a los cielos y a la tierra como testigos de un pleito que tiene con su pueblo (Deuteronomio 4, 26; 32, 1).
En los casos en que se invoca esta clase de “testigos”, las relaciones de YEHOVAH DIOS con su pueblo y con todos los pueblos, tienen siempre repercusiones cósmicas (Isaías 44, 23; Jeremías 4, 28).
Con esta primera requisitoria, el profeta describe la situación en la que están las relaciones del pueblo con YEHOVAH DIOS: el pueblo parece ignorar que todos sus dolores y fracasos son fruto del alejamiento de Su Dios.
Al menos un asno o cualquier animal reconoce su pesebrera o los predios de su amo (vs 3), pero Israel, ni siquiera eso, sus faltas le hacen cada vez más ignorantes y propensos a la devastación.
El verso 9 es una tímida confesión de Fe y de Esperanza: a pesar de todo, YEHOVAH DIOS siempre se fija en el “pequeño resto”, la pequeña semilla que está llamada a germinar, crecer y dar fruto abundante.
Versos del 10 al 20
Segunda requisitoria. El profeta llama Sodoma y Gomorra a los dirigentes y habitantes de Jerusalén (vs 10).
Sus actitudes apenas son comparables con las de aquellas dos ciudades que, según Génesis 19, estaban ubicadas cerca del Mar Muerto.
Ambas fueron destruidas por sus abominaciones, la comparación debió ser muy dolorosa para un pueblo que creía ser muy diferente gracias a su culto y a sus tradiciones religiosas, pero ahí radica precisamente la crítica: un culto y una religión que no se basan en la justicia y el derecho.
Hay una alusión a las antiguas Fiestas de Israel (vs 13-14), cuyas connotaciones son como las paganas.
Cualquier rito o práctica religiosa que no se haga con las manos limpias, es decir, libres de injusticia, es igual que mezclar la sangre de los inocentes con la de las víctimas sacrificadas.
En el fondo, YEHOVAH DIOS no exige nada para sí, su exigencia real es respetar la justicia y el derecho de los más pobres.
Porque dependen completamente de YEHOVAH, viuda, huérfano y extranjeros son esa clase de pobres que “tendrán siempre entre ustedes” (Marcos 14, 7), pero cuya pobreza no puede volverse permanente (Deuteronomio 15, 11).
El tono del oráculo nos hace pensar en una tremenda condena, en realidad lo que YEHOVAH DIOS ofrece es la posibilidad del perdón, pero como fruto de una sincera conversión basada en la obediencia a Su Palabra (vs 18-20).
Versos del 21 al 28
La ciudad infiel. Esta lamentación donde Jerusalén es vista como una prostituta nos recuerda la predicación de Oseas.
La decadencia que subraya aquí el profeta contrasta con la fidelidad primera a la cual debe volver una vez que haya sido purificada (vs 26-27).
En la Biblia, el cambio de nombre (vs 26b) indica nuevo propósito, rumbo, nuevo destino (Génesis 17, 5; 32, 29).
La Jerusalén futura recibirá otros nombres por parte de los profetas (Isaías 60, 14; 62, 4.12; Ezequiel 48, 35).
Versos del 29 al 31
Contra los cultos idolátricos. Los israelitas aprendieron de los cananeos a realizar ciertos ritos y prácticas religiosas debajo de algunos árboles, lo cual nunca fue bien visto para YEHOVAH DIOS (Deuteronomio 12, 2-3).
Esos cultos idolátricos serán la vergüenza para Israel (vs 29) y su perdición (vs 30-31).