Mosqueteros de Yehovah

Hechos de los Apóstoles Capítulo 11

Versos del 1 al 18

Informe de Pedro en Jerusalén. La iniciativa de Pedro de bautizar al pagano Cornelio alarma a un grupo influyente de la comunidad de Jerusalén.

Cuando éste regresó, le exigieron una explicación de lo que había hecho, Pedro había comprometido su autoridad en una iniciativa peligrosa de posible largo alcance.

Estos cristianos, fieles a la circuncisión y a las leyes de separación, viven encerrados en mezquinas cuestiones de convivencia.

Pedro, que se mueve ya en otro horizonte, responde, no apelando a su autoridad, sino a la de YEHOVAH.

Su detallado informe termina con la pregunta: “Si YEHOVAH Dios les concedió el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Yeshúa, ¿quién era yo para estorbar a YEHOVAH?” (vs 17).

Aquí terminó todo, de momento se calmaron los ánimos de los conservadores y que dieron gloria a YEHOVAH. Probablemente, la sesión fue mucho más agitada de lo que nos cuenta.

Hay que recordar, sin embargo, que la intención de Lucas no es relatarnos las diversas etapas del conflicto, sino las soluciones progresivas a que llegaron aquellos cristianos y cristianas sin que se rompiera la unidad.

El problema, no obstante, no quedó resuelto del todo, como se verá en el Concilio de Jerusalén. Allí, el Espíritu tendrá que emplearse a fondo.

Versos del 19 al 30

La Iglesia de Antioquía. La conversión del eunuco y de Cornelio son hechos individuales, aunque significativos.

Sin embargo, la fundación y consolidación de la Iglesia de Antioquía significa una apertura e irradiación institucional de enorme importancia.

Antioquía, la tercera ciudad más importante del imperio Romano después de Roma y Alejandría, era con más de medio millón de habitantes una encrucijada de razas y culturas diferentes.

Aquí llegaron los helenistas huidos y comenzaron a dar testimonio de Yeshúa.

Lucas presenta dos fases de la predicación: la primera, a los judíos residentes en la ciudad, sin éxito aparente.

La segunda, más audaz, se dirige a los paganos, griegos, con gran número de conversiones, el éxito se debe al poder de YEHOVAH Dios.

En Antioquía comienza, a surgir una numerosa comunidad cristiana sin vínculos precedentes con el judaísmo.

Aquí se presenta Bernabé y Pablo.

Bernabé es un helenista originario de Chipre, aunque no pertenece al grupo de Esteban y que ya colaboró con los apóstoles.

Recuérdese que fue uno de los protagonistas de la experiencia de la comunidad de bienes (Hechos 4, 36-37).

Cuando la Iglesia de Jerusalén, que conserva la alta dirección y la responsabilidad última, se entera de la nueva situación en Antioquía, se informa y actúa enviando a Bernabé como representante y enlace.

Éste piensa inmediatamente en rodearse de colaboradores y se fija en Pablo, cuyas dotes parece conocer o intuir.

Pablo permanecerá un año entero instruyendo a la numerosa comunidad de nuevos convertidos.

La plataforma de lanzamiento hacia el gran mundo pagano del Imperio está ya constituida.

El Ruaj Hakodesh es el verdadero protagonista del avance del Evangelio, garantizando la unidad de los misioneros en medio de la diversidad.

Como signo de solidaridad y vínculo de unión, Lucas menciona una colecta promovida por Bernabé para ayudar a los pobres de Judea.

En Antioquía, el grupo de creyentes recibe, por primera vez, un nombre que es todo un símbolo: “cristianos”.

La palabra hebrea “Mesías”, ungido, se traduce en griego por “Christos” y la lengua latina la pone en forma de adjetivo “christianos” cristianos, que significa los “pequeños cristo”.

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