Mosqueteros de Yehovah

Hechos de los Apóstoles Capítulo 10

Versos del 1 al 33

Pedro y Cornelio. Si hemos de juzgar por el espacio empleado, este relato que solemos llamar la conversión del Cornelio es uno de los más importantes del libro.

¿Conversión de Cornelio? Mejor sería llamarlo conversión de Pedro. Cornelio está abierto al Evangelio y no se resiste.

El Evangelio está llegando a los paganos y Pedro duda y se resiste a abrirles la puerta.

Mientras oraban: el pagano Cornelio, ciudadano romano, capitán del batallón destacado en Cesarea, hombre de oración y muy caritativo con los pobres.

Por otra parte, Pedro orando en casa de un tal Simón el curtidor y cavilando

A la misma hora, las dos de la tarde, estando Pedro y Cornelio en oración, dos intervenciones simultáneas y decisivas de YEHOVAH acercan el uno al otro.

La visión libera a Pedro de prejuicios, tabúes y discriminaciones. Más grave que la distinción de alimentos en comestibles e impuros es la distinción de las personas entre judíos y paganos.

El apóstol ya no puede llamar “impura” a ninguna persona, ahora empieza realmente su conversión.

Cornelio, por su parte, ve que las barreras caen y es animado a encontrarse con Pedro.
Este acudió a la cita con Cornelio acompañado de algunos hermanos de Jafa, aludiendo a la dimensión comunitaria de lo que iba a ocurrir.

Después del saludo de Cornelio, Pedro responde simplemente: “Levántate, que yo no soy más que un hombre” (vs 26).

No existen más las distinciones: yo judío, tú pagano.

Versos del 34 al 48

En casa de Cornelio. Pedro comienza diciendo que YEHOVAH no hace distinciones entre personas, que acepta a cualquiera que sea bueno y honrado sin mirar la raza o nación de la que procede.

Pedro les pone al corriente de todo lo sucedido acerca de Yeshúa hasta llegar a la resurrección, a los testigos de ella y al mensaje universal que implica: el perdón para todos los que crean.

“Pedro no había acabado de hablar” (vs 44), cuando el Ruaj Hakodesh se derrama sobre los oyentes ante la sorpresa mayúscula de Pedro y su comitiva.

Para Lucas, las palabras del apóstol son “inspiradas” y portadoras del Espíritu.

Los creyentes-judíos junto a los paganos compartiendo ahora un solo y único Espíritu.

Pedro saca las consecuencias y a través del bautismo que les administra en el acto, Cornelio, sus parientes y amigos son incorporados a la comunidad cristiana.

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