Mosqueteros de Yehovah

Apocalipsis Capítulo 3

Versos del 1 al 6

A la Iglesia de Sardes. Sardes, situada a 50 kilómetros al sudeste de Tiatira, era un floreciente centro comercial, con una próspera industria de lana blanca, a la que se refiere el texto de la carta.

Sus habitantes tenían fama de comodones y lujuriosos. En contraste con su prosperidad material, la comunidad cristiana apenas lograba vegetar lastimosamente.

En los Vs del 1 al 3  se obseva que esta es tipología de la Iglesia  raya en la vagancia,  no es diligente sus obras no reproducen la abundancia de Santidad con las que fueron cultivadas.

Es una iglesia que se levantó con una disciplina que ahora no la aplica a las nuevas generaciones y siendo permisiva deja sin ningún tipo de Celo Santo que se instale la cultura de la muerte en sus narices y la apoya.

Su pecado es la Falta de Celo por la Santidad en guardar los mandamientos

Yeshúa Ha Mashiaj se presenta dotado de la plenitud del Ruaj Hakodesh, “los siete espíritus de Yehovah Dios” y con la capacidad para reanimar la vocación de la Ekklesia.

Con su poderosa palabra, interpretada por el Espíritu, dará vida a la comunidad. El reproche de Yeshúa reviste acentos de amarga dureza.

La comunidad sólo “tiene nombre de”, mantiene apariencia o fachada externa; pero por dentro, en su vida de Fe y de amor, está muerta.

No todos, sin embargo, se han perdido; aún sobrevive un resto palpitante (vs 4). Estos pocos deben vigilar y estar atentos para que no se apague cuanto de bueno todavía permanece.

Yeshúa les recuerda los dones recibidos, les llama a una conversión urgente.

Versos del 7 al 13

A la Iglesia de Filadelfia. Filadelfia era una pequeña ciudad al sudeste de Sardes. La Ekklesia está al límite de sus fuerzas y recibe Yeshúa una carta llena de elogios y de ánimo.

En los Vs del 8 al 10 explica la tipología la Iglesia de Filadelfia como una iglesia que puede pasar desapercibida por el mundo porque no posee poder político ni económico ni falsa doctrina de Jezabel y aunque su crecimiento e influencia son modestos, construyen sobre una basa de Santidad Sólidas porque practican y enseñan la doctrina de Yeshúa Ha Mashiaj con perseverancia en medio de grandes limitaciones, con multitud de pruebas.

Pero a esta iglesia se le concede el don de encauzar la conversión de servidores de Satanás ya que les es permitido el que las vendas del enemigo se destruyan en medio de la Santidad.

Para está Iglesia la Perseverancia es el mensaje Central para ser reconocidos delante del Padre Yehovah Dios El vencedor habitará como la Novia Santa en la Nueva Jerusalén

La presentación de Yeshúa Ha Mashiaj insiste en su carácter divino, pues estos dos títulos se aplicaban a Yehovah Dios: el Santo (Juan 6, 69; 1 Juan 2, 20; Apocalipsis 4, 8) y el Verdadero (Juan 17, 3; 1 Juan 5, 20).

También tiene la llave de David, es decir, Yeshúa ha Mashiaj detenta todo el poder mesiánico, es el nuevo David, el rey eterno que ha vencido a la muerte y al abismo (1, 18).

Sólo Él posee la llave de acceso a la Nueva Jerusalén. Yeshúa no hace ningún reproche; sabe que es una comunidad pequeña y que padece la persecución de los judíos.

La Ekklesia fiel constituye el verdadero Israel, que se dejan gobernar por Yehovah Dios. Nadie va a ser capaz de borrar la consagración de Su Nombre, grabada indeleblemente por Yeshúa.

Versos del 14 al 22

A la Iglesia de Laodicea. Laodicea era conocida en la antigüedad por su famosa escuela médica para enfermedades de los ojos.

La ciudad se consideraba autosuficiente (vs 17). El juicio de Yeshúa Ha Mashiaj resulta tremendamente severo.

La situación de la Iglesia le produce náuseas. La razón de tan insufrible repugnancia es la tibieza eclesial: se cree rica, perfecta y en el colmo de su ceguera, no quiere reconocer su extrema pobreza.

Vive torpemente instalada en el peor de los pecados: el orgullo religioso.

La comunidad debe buscar sólo en Yeshúa el remedio a su deplorable situación de vergüenza: tiene que vestir la vestidura blanca de su dignidad de esposa del Mashiaj.

El oro de su riqueza, que colmará su miseria, está en Yeshúa (vs 18) no en su vacuna soberbia. Necesita nuevos ojos, es decir, ojos iluminados por la Fe en su Dueño y Señor para poder ver.

El verso 20 es el más hermoso y enigmático de toda la Palabra de Yehovah Dios. A pesar del juicio tan severo, Yeshúa Resucitado, el que está de pie, aguarda paciente a la puerta.

Llama con insistente como la Sabiduría (Sabiduría 6, 14), como el Esposo del Cantar (Cantares 5, 2). Yeshúasiempre está esperando en vela, apostado a nuestra puerta, pide con solicitud que la Iglesia escuche su voz.

Esta voz no es otra sino la que está resonando de forma incesante en todas las cartas a las siete Iglesias.

Suplica con delicadeza entrar, pero la puerta sólo se abre desde dentro, es decir, depende en última instancia de la libertad del cristiano.

Pero si éste responde generosamente, Yeshúa, convertido ya en anfitrión de la casa, anudará con Él una íntima relación de alianza, hecha de amor recíproco, y le concederá el don de la cena de comunión.

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