Versos del 1 al 25
Conversión de Pablo (Saulo). La frase “camino de Damasco” ha sido aceptada ya en todas nuestras lenguas modernas para designar un cambio espectacular ocurrido en la vida de cualquier persona.
La conversión de Pablo es de las más significativas de toda la historia de la Iglesia, tanto por la transformación radical de este hombre como por las consecuencias que desencadenó.
Lucas menciona tres veces la conversión de Pablo en el presente libro (Hechos 9, 1-22; 22, 3-16; 26, 9-18).
El mismo Pablo nunca describe el acontecimiento, simplemente lo afirma (1 Corintios 9, 1; 15, 8; Gálatas 1, 1. 11-12).
Con toda seguridad, su conversión era contada y recontada en todas las comunidades cristianas del tiempo de Lucas, quien describe el acontecimiento muchos años después de la muerte de Pablo en Roma.
En el “camino”. El perseguidor Saulo se encuentra cara a cara con Yeshúa, se abre el cielo, brilla una gran luz, se oye una voz potente de Yeshúa, los presentes caen derribados por tierra.
“¿Quién eres, Señor?”. La voz se identifica: “Yo soy Yeshúa, a quien tú persigues” (vs 5).
Confusión y aturdimiento de Saulo de Tarso, quien ciego, vencido y derrotado, es conducido de la mano a Damasco.
Cambio de escena, mientras tanto, en la ciudad, Yeshúa pone en movimiento a la comunidad cristiana que esperaba atemorizada la llegada del perseguidor.
Los acontecimientos se suceden aumentando su intensidad dramática: encuentro de Saulo con la comunidad en la persona de Ananías, quien le comunica la misión a la que está destinado. Saulo acepta la misión, recobra la vista, es bautizado y recupera las fuerzas.
De nuevo, un cambio de escena: Saulo es presentado ahora en las sinagogas de Damasco afirmando que Yeshúa es el Mesías.
Sigue un complot para matarlo. Pablo, ya no es más Saulo, sino Pablo.
Yeshúa, por Él vivirá y sufrirá siendo su testigo en medio de hombres y mujeres de razas, religiones y culturas diferentes.
Esta vida y pasión de Pablo, siguiendo las huellas de Yeshúa, ocupará de aquí en adelante la mayor parte del libro de los Hechos.
Vemos los pasos que se dieron en Pablo:
1. Arrepentimiento. Hechos 9, 5 Preguntó él: «¿Quién eres tú, Señor?» Y él respondió: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 6 Ahora levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que tienes que hacer.» Debe haber Arrepentimiento, cambio TOTAL de pensamiento se alinean con las prioridades de Yehovah, establecidos en sus mandamientos. Volver a la Casa del Padre.
2. Conversión. Hechos 9, 8 y Saulo, al levantarse del suelo, no veía nada por más que abría los ojos. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Es la aplicabilidad en las Obras de Amor del Padre de acuerdo a la Cultura del Reino, poner en práctica, poner por obra, hacer shemá de lo que se conoce de la Palabra de Yehovah. Conversión, es despegar, nasa, Teshuvá, se reorganiza la vida en base a mis prioridades, nadie hace conversión si sigue haciendo lo mismo, si no ha soltado lo antiguo ¿habrá conversión?
Versos del 26 al 31
Pablo en contacto y comunión con la Iglesia madre de Jerusalén. Son ellos, los apóstoles y columnas de la Iglesia, los que debían autorizar y confirmar la misión del nuevo convertido.
Yehovah utiliza a testigos de la conversión para borrar la mala fama que Pablo tenía y se valió de Bernabé para presentar a Pablo, es importante en el cambio de estado, para poder introducirse entre la comunidad de los santos, requería de un heraldo, así como Yeshúa tuvo a Juan el Bautista como heraldo para anunciar al Mesías esperado, Pablo tuvo a Bernabé.
Versos del 32 al 43
Sanación de Eneas. Resurrección de Tabita. El crecimiento y desarrollo del Evangelio. Comienza con otro pequeño sumario en que nos dice que la Ekklesía entera “se iba construyendo, crecía animada por el Ruaj Hakodesh” (vs 31). El escenario es la región costera que va de Jafa hasta Cesarea.
Los dos verbos empleados nos ofrecen los dos aspectos de la Ekklesía que deben siempre coexistir en tensión: estabilidad y dinamismo.
Esta vez, el progreso del Evangelio nos es presentado a raíz de las rutas misioneras de Pedro quien aparece como predicador itinerante, haciendo paradas para visitar a los pequeños grupos de cristianos.
El progreso del Evangelio para Lucas es hablar de los efectos de liberación que produce.
Aquí se constata con dos milagros de Pedro. Están como calcados en los milagros de Yeshúa. El primero recuerda al narrado por Marcos (Marcos 2, 1-12).
El segundo sigue de cerca el relato de la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5, 36-43), hasta en los detalles más conmovedores. Yeshúa ordena: “talitha qum”, “¡corderita, levántate!”.
Pedro, a su vez, dice: “tabitha anasthehi”, “¡gacela, levántate!” (vs 40).
La que había muerto devuelta a la vida se llamaba Tabita, que quiere decir “gacela”.
Los milagros se suscitan como confirmación del Logos, el mismo Yeshúa hace tres cosas:
- Enseñaba: la doctrina de la Palabra de Dios, la Torá.
- Predicaba: les comunica el Rhema, les dice como poner en práctica la Palabra que les ha enseñado.
- Sanaba: porque trae el orden natural de Yehovah Dios a donde había desorden, que producía enfermedad.
Eneas y Dorcas que eran santos, estaban espiritualmente vivos, al igual que Pedro que había dejado su antigua vida, nacido de nuevo conforme a Yeshúa, un hombre de oración que por estar conectado íntimamente a Yehovah era usado como punto de contacto del Reino con los hombres de fe. Solo a través de la comunión se genera el Poder de Influencia, quiero del Reino, ten comunión con el Padre, poniéndole en primer lugar, para que se manifiesten las añadiduras