Versos del 1 al 22
Pedro y Juan ante el Consejo. Aparece un elemento nuevo en la vida de la comunidad: la persecución, que ya no abandonará a los testigos/misioneros del Evangelio a lo largo de todo el libro de los Hechos.
Se realiza lo que había anunciado Yeshúa: sus discípulos serán perseguidos, pero el Ruaj Hakodesh hablará por ellos ante sus perseguidores (Lucas 12, 4-12; 21, 12-19).
El escenario es impresionante: por una parte, la sala del Gran Consejo con todo el poder policial, político, económico y religioso de Israel; y por otra, los acusados Pedro y Juan.
- Los sacerdotes: eran los principales líderes judíos, de la tribu de Leví y descendientes de Aarón, hermano de Moisés. Por herencia estaban encargados de ministrar en el Templo los sacrificios indicados por la Ley y las demás cosas santas. Orden sacerdotal que rescató Esdras y Nehemías en el post exilio y se confirma con el servicio de Zacarías, padre de Juan el Bautista.
- El jefe de la guardia del Templo: el Templo tenía su propia guardia que se ocupaba de mantener la seguridad y el orden en ese lugar. Eran una especie de soldados o guardias de seguridad del Templo, los cuales estaban al servicio de los sacerdotes.
- Los Saduceos: eran una secta dentro de la religión judía. Sí bien tenían los mismos fundamentos religiosos, tenían su propia interpretación respecto a algunos aspectos de la Ley de Moisés. Por ejemplo, ellos no creían en la resurrección de los muertos, ni tampoco en la existencia de ángeles ni espíritus (Mt 22,23 y Hch 23,6-8).
La acusación no podía ser más grave a los ojos de aquellos poderosos señores de Israel, anunciar el Nombre de Yeshúa al pueblo en el Templo, “Su” Templo.
Las personas generalmente ante esta situación agachan la cabeza, piden perdón y esperan el castigo. Aquí ocurre lo inaudito, los acusados se convierten en acusadores.
Pedro no pierde ocasión de dar testimonio de Yeshúa y esta ocasión es única.
Como en sus anteriores discursos, anuncia de nuevo el mensaje de la muerte y resurrección de Yeshúa.
Pero esta vez dice más: afirma enfáticamente que “no se ha dado a los hombres sobre la tierra a otro Nombre por el cual podamos ser salvados” (vs 12).
El paralítico sanado estaba presente como prueba.
Los acusadores se sienten desarmados y vencidos. Por otra parte, pueblo estaba con los acusados y daba Gloria a YEHOVAH Dios.
Al final, para no sentirse del todo desautorizados, los poderosos les prohibieron hablar en Nombre de Yeshúa, pero Pedro tiene la última palabra que repetirán ya en adelante todos los hombres y mujeres que, haciendo suyas las causas de los empobrecidos, se han de enfrentar a los poderes constituidos: “no podemos callar lo que hemos visto y oído” (vs 20).
La persecución en la comunidad cristiana será de ahora en adelante un signo de fidelidad al mensaje de Yeshúa.
En Hechos Pedro reconoce a Yeshua, frente autoridades legalmente instituidas: los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos.
Pedro ha sido empoderado por el Espíritu Santo, Pedro es espiritual, que: Adora, Obedece y Sirve a Yeshúa. Lo mismo que sucedió con Pedro debe sucedernos a nosotros hoy en día. El plan de Dios es que recibamos el poder del Ruaj ha Kodesh, para ser testigos de Yeshúa y así llevar a cabo la Gran Comisión.
Versos del 23 al 31
El episodio del Gran Consejo lo cierra Lucas con la oración de la comunidad. Pedro y Juan vuelven a ella.
Allí comparten, interpretan lo sucedido y oran. Es una oración para tiempos de persecución, en vez de dejarse invadir por el temor y dar lugar a la ansiedad recordando las palabras de Yeshúa que la Ekklesia sufriría persecuciones, pero el Ruaj Hakodesh hablará por ellos ante sus perseguidores.
Piden la libertad de seguir anunciado el mensaje de Yeshúa y en segundo lugar, que la liberación, por la fuerza de Su Nombre, continúe en sanaciones, señales y prodigios.
Los cristianos en ese momento estaban padeciendo la persecución predicha por David en:
Salmos 2, 1-3. 1 ¿Para qué meten ruido las naciones y los pueblos meditan vanos planes? 2 Se sublevan los reyes de la tierra, y sus fuerzas unen los soberanos en contra del Señor y de su Ungido. 3 “¡Vamos, dicen, rompamos sus cadenas y su yugo quebremos!”.
Traen memoria lo dicho por David y que va a continuar en función de los hijos, cumpliéndose la profecía en sus tiempos, porque los enemigos de Yehovah y su ungido, también son los enemigos de la Ekklesía.
Todo ungido es guiado por el Espíritu de Yehovah y tiene sus enemigos, todo el que es de Cristo hace lo que Yeshúa hace, todo el enemigo de Cristo va en contra de Cristo.
Vs 29-30 La Ekklesia pedía a Yehovah: 1) VALENTÍA, 2) CURACIONES, 3) SEÑALES (evidencias que Yehovah estaba en medio de ellos), y 4) PRODIGIOS (cosas que nunca nadie hizo o vio antes).¿Qué sucedió como consecuencia de esa oración?
Versos del 32 al 37
Comunidad de bienes. Este nuevo sumario amplía la información sobre la comunidad, esta vez centrado en la comunicación de bienes.
Las tres afirmaciones con que nos describe Lucas la comunidad de Jerusalén nos dejan sin saber qué pensar: “tenía una sola alma y un solo corazón.
Nadie consideraba sus bienes como propios” (vs 32) y “no había entre ellos ningún necesitado” (vs 34).
Para ser discípulo Yeshúa te dice Ama a Yehovah, sobre todas las cosas, hay muchos que cuando el Señor los llama le dice déjame ver la yunta que te compré, no poniendo a Yehovah en primer lugar.
La gente quitaba de sí, todo ESTORBO, sus ídolos o lo que representaba un dios, para creer sinceramente, hay que dejar el chisme, dejar de pensar mal en los demás, dejar la rebeldía, dejar la desobediencia, dejar de ser insensibles para Yehovah, entre otros.
Vemos el peso de los ídolos, desprenderse de todo lo que impide seguir a Yeshúa, solo así tienes el mismo espíritu del amado hijo Yeshúa, te haces uno con el Padre Yehovah de los Ejércitos, y el Ruaj Hakodesh vive en tu corazón.
Eran de un mismo espíritu y alma, adoradores del Dios viviente.
Los apóstoles estaban dedicados a la predicación y al testimonio de la resurrección de Jesús; lo hacían con mucho poder, autoridad y valentía, y Yehovah respaldaba su predicación con grandes bendiciones.
Quitando los discípulos, todos los agentes distractores para poder santificarse, querían que la generación de relevo siguiera al que los había salvado Yeshúa Ha Mashiaj.
Yehovah se encarga de sustentarlos, sobre ellos operaba la Shalom de Yehovah, “probaron y vieron que Yehovah era Bueno” (Salmo 34, 8), los que vendieron y entregaron todo a los apóstoles, así Yehovah pudo actuar en su generosidad, les dio sobreabundantemente.
Proverbios 3, 9-10. Yehovah lo único que quiere es que lo pongan primero, Deuteronomio 6, 10-15. En los salmos, 112 y 128 habla de bendiciones porque el justo está apegado al Señor.
Los que colocaron sus bienes amaron al prójimo. El hecho de no haber necesidad sobre ellos, es la respuesta de Yehovah para sus vidas, cuando cumples con algo que demanda Yehovah, tú sabes que tu sustento no viene del hombre, sino que viene de Yehovah. Lucas 21, 1-4; 1 Reyes 17:14–15 8.