Versos del 1 al 11
Ananías y Safira, como discípulos de Yeshúa no toman en serio el compromiso cristiano desobedeciendo la Palabra de YEHOVAH Dios. Al realizar la venta de una propiedad no les dieron el dinero completo a los apóstoles, engañándolos dándoles solo la mitad. Dejando que Satanas se apoderara de su corazón por haber guardado parte del dinero. No mintieron a los hombres sino a YEHOVAH Dios.
Estudiemos estos aspectos:
1. Lo primero es saber que no se trata de dinero, sino de cumplir la piedad y que esta ofrenda que se consume en el atrio en el altar del sacrificio, a la vista de los hombres, deja ver lo que ocurre en la intimidad: en el lugar santo tus ayunos, y en el lugar santísimo tu oración. Es decir si no ofrendo, no diezmo, eso deja ver que el tiempo de ayuno y de oración no es de acuerdo a lo que dictamina Dios, por tanto No hay tiempo para Yehovah, mientras que si lo hay para los asuntos personales
• Proverbios 19, 16 El que guarda el mandamiento se guarda a sí mismo; el que desprecia la palabra morirá.
2. Lo segundo a saber es que no se trata de cantidad: pues si alguien conoce tus finanzas es el Creador que te las provee, se trata de obedecer Su Palabra, por tenerla en alta estima.
• 1 Samuel 15,22 Samuel le contestó: ¿Piensas acaso que a Yehovah le gustan más los holocaustos y los sacrificios que la obediencia a su palabra? La obediencia vale más que el sacrificio, y la fidelidad, más que la grasa de los carneros.
3. Que no se trata del bien material: se trata que cada vez que damos está nuestra propia vida, es nuestra propia integridad inmersa en ese acto.
Aquí el problema es el engaño, de dar incompleto, de manera consciente y planificada, pretendiendo ante la Ekklesía que estaban entregando todo, fueron medido y tallado y no se encontró en ellos sustento, como en Daniel 5, 1-4.
El dinero evalúa en nosotros lo que estimamos, y lo mejor es estimar a Yehovah en lugar de dividido.
Mateo 6, 24 Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero.
Versos del 12 al 16
Tercer informe: El Compromiso en la Extensión del Reino provoca Salvación y Persecución. Milagros. Antes de narrar las nuevas persecuciones, Lucas intenta resaltar el éxito del Evangelio que comienza a abrirse camino a través de signos y de toda clase de sanaciones.
El poder de sanación de Pedro recuerda el de Yeshúa. La comunidad es objeto de la admiración y del reconocimiento del pueblo.
A través de los apóstoles, Yehovah hacía señales y milagros. Una señal queda como una referencia, es una marca, anticipo, apartado, no es para que se produzca después, se da por lo que se produjo antes, es una confirmación del mensaje dado. La señal, no es un fin en sí mismo desde la óptica bíblica, sino un indicio, recordemos que los signos físicos son señales de lo espiritual. Ejemplo:
El Sello al culminar en la parte final de la carta, era signo que si estaba violentado, alguien lo había abierto, pero lo importante no era el sello, era el contenido de la carta, lo que está dentro, Génesis 9, 8-17.
Los milagros, es traer lo sobre natural sobre el ámbito natural, imposible para los hombres, pero posible para Yehovah que lo puede todo, pocos le siguen o imitan, pero si quieren sus milagros, buscan a Yehovah como un cajero, lo reconocen en lo carnal y no en lo espiritual.
No nos quedemos con los milagros, es lo exterior producto de lo espiritual, lo que ocurría era Conversión, en la iglesia primitiva se requerían los milagros para certificar el llamado a la Conversión.
Aquí ahora, no se requieren milagros sino Obedecer la Palabra de Yehovah, aprender la Instrucción para vivir de acuerdo a ella, si no nos hubiéramos instruido no viviéramos en la Cultura del Reino, no conociéramos Su Palabra que nos indica que hay que respetar sus mandatos, no practicáramos el Shabbat, ni las Fiestas instituidas por Yehovah.
Se debe tener claro que en Yehovah no hay sombra de variación, por ello, como sarmientos debemos estar unidos a la vid, Juan 15, 3-5.
Versos del 17 al 42
Persecución. Este nuevo acto de persecución por parte del Gran Consejo se parece mucho al precedente (Hechos 4, 1-22), arresto, interrogatorio, respuesta del acusado, deliberación privada y prohibición.
Las autoridades les habían impuesto una prohibición formal que ellos habían quebrantado, son reos reincidentes y deben dar cuenta de su desprecio al tribunal.
Esta vez, sin embargo, hay un elemento nuevo: el Gran Consejo está dividido.
En el partido de los fariseos había simpatizantes de los apóstoles, entre otras razones porque también creían en la resurrección.
La resurrección es un punto de unión entre judíos y cristianos, esta vez, es el partido de los saduceos, que negaba la resurrección, el promotor del arresto de los apóstoles.
Los apóstoles son encarcelados. El narrador echa mano de una intervención celestial al estilo tradicional: un ángel los libera y les dice que vuelvan al Templo a enseñar.
Cuando YEHOVAH Dios quiere que algo vaya adelante, toda oposición humana parece ridícula.
El Gran Consejo reunido espera la comparecencia de los reos.
¿Dónde están?, justamente en el dominio de los saduceos, en el Templo enseñando al pueblo.
De nuevo fueron apresados por la policía, esta vez sin violencia y fueron llevados al Gran Consejo.
El jefe de los saduceos les acusa de haber llenado Jerusalén de la doctrina de ese “Nombre”, que no quieren pronunciar y que toda la ciudad lo estaba pronunciando.
La respuesta de Pedro es siempre la misma: denuncia la muerte de Yeshúa, anuncia su resurrección e invita al arrepentimiento.
La reacción es violenta. Los quieren condenar a muerte, entonces, se levanta el fariseo Gamaliel, toma la palabra y da un vuelco dramático a la situación.
Gamaliel, Miembro del sanedrín, del partido fariseo, doctor de la Ley, de gran prestigio entre los judíos. Les dio el consejo de no perseguir a los apóstoles, alegando que, si la obra que habían emprendido era humana, desaparecería, en tanto que, si venía de Dios, la oposición sería injusta y vana (Hechos 5, 34-39), decisión que según (Hechos 5, 17) había sido propuesta por los saduceos por estar llenos de celo. Gamaliel había sido el maestro de Pablo, que estudió la Ley bajo su dirección.
Hechos 22, 3 Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad. Teniendo a Gamaliel de maestro, fui instruido en la Ley de nuestros padres en la forma más seria, y era un fanático del servicio de Dios, como ustedes ahora.
Lucas le presenta el testimonio de este hombre ponderado y respetado por todos.
Gamaliel presenta dos hechos históricos de falsos mesías que terminaron en fracaso y saca la conclusión.
Lucas termina el episodio con una experiencia nueva de los apóstoles. Se marchan contentos, no por haber sido liberados, sino por haber podido sufrir como Yeshúa.
De ahora en adelante, la pasión de Yeshúa se irá repitiendo en la pasión de los protagonistas de los Hechos y de todos los que han sufrido y siguen sufriendo por la causa de Yeshúa a través de los tiempos.
La pasión de Yeshúa continúa viva hoy en Su Novia Santa, que vive como fieles imitadoras de Su carácter.