Mosqueteros de Yehovah

2 Samuel Capítulo 4

Versos del 1 al 4

Cuando escuchó Isbaal sobre el hombre que lo puso y lo apoyó en el trono había sido asesinado, sabía que su tiempo estaba por terminar.

Había confiado en el hombre para alcanzar su posición, así que cuando el hombre se fue, supo que su posición también lo haría.

Isbaal era débil, porque confiaba en el hombre.

Sin embargo, sobrevivirá un descendiente de la dinastía de Saúl. Éste era el hijo de Jonatán, el buen amigo de David, que murió con su padre en el campo de Batalla.

Meribaal era el último descendiente masculino de Saúl, con un fuerte derecho legal para reclamar el trono de Saúl. En este tiempo solo tenía doce (12) años y era cojo.

Meribaal era débil, debido a circunstancias fuera de su control, era débil debido a su edad y debido a la herida que vino por mano de otro.

Versos del 5 al 7

Isbaal no ganó ninguna lealtad real entre sus tropas, solo le fueron leales cuando pensaron que era fuerte y que tenía la posibilidad de quedarse con el trono de Saúl. Cuando fue expuesta la debilidad de Isbaal, Recab y Baana lo asesinaron.

Vs 2 nos recuerda que Recab y Baana eran de los hijos de Benjamín. Ésta era la tribu de la que provenía la familia de Saúl. Esto significa que fueron conciudadanos benjamitas los que asesinaron a Isbaal.

Esta siesta a mediodía no era inusual en esa parte del mundo, pero la ausencia de guardias apunta a descuido de parte de Isbaal.

Dormir a mediodía y sin guardia, habla de que era un hombre perezoso y confiado. Murió en su pereza, quien había vivido perezosamente todos sus días.

Ésta era una parte importante de su plan, porque querían probarle a David, que habían asesinado a su rival al trono.

Verso 8

Cuando trajeron la cabeza degollada de Isbaal ante David dijeron “Somos siervos de YEHOVAH DIOS, derrotando a tus enemigos como instrumentos de YEHOVAH DIOS”.

Su afirmación, “YEHOVAH DIOS ha vengado hoy a mi señor el rey”, presumía de que YEHOVAH DIOS había aprobado su actuar, como si hubieran actuado bajo órdenes expresas de YEHOVAH DIOS.

David no pudo identificarse con esto, porque no consideraba a Saúl como su enemigo.

La hermosa lamentación, que compuso David en la muerte de Saúl y Jonatán probó que, aunque Saúl se consideró enemigo de David, David nunca lo consideró como su enemigo.

Versos del 9 al 12

Recab y Baana pensaron, que David se sentiría complacido de ver la decapitada cabeza de Isbaal. Subestimaron la lealtad de David a YEHOVAH DIOS y a la casa de Saúl.

David era leal a su palabra de honrar, preservar a la familia de Saúl y a sus descendientes (1 de Samuel 24, 20-22).

Él estaba acostumbrado a ver cabezas decapitadas, llevando consigo la cabeza de Goliat como trofeo por un cierto periodo de tiempo.

Pero David sabía que Saúl y sus descendientes no eran sus enemigos de la misma manera en que lo fue Goliat.

A pesar de que Isbaal no era el ungido de YEHOVAH DIOS, en el mismo sentido en que Saúl lo fue, David había aprendido plenamente a dejar, que YEHOVAH DIOS tomara venganza.

David rápidamente hizo un ejemplo de estos hombres asesinos. No eran soldados peleando junto a él, eran asesinos que merecían un castigo justo.

Con este acto de justicia, David le mostró a todo Israel, que él no era un enemigo decidido de la destrucción de la familia de Saúl y que nadie podría levantar su mano, contra alguno de ellos sin encontrarse con un castigo digno.

Aunque David también actuó en este caso con estricta justicia, no solo lo hizo para probarle a la gente que no había ordenado y aprobado el asesinato, sino por un sincero aborrecimiento de tales crímenes y para mantener su conciencia libre de ofensas contra YEHOVAH DIOS y el hombre.

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