Mosqueteros de Yehovah

2 Samuel Capítulo 2

Versos del 1 al 4a

Por supuesto, esta era la clave para el éxito en la vida de David. Con raras excepciones, constantemente consultó a YEHOVAH DIOS.

David quería más que solo la Bendición de YEHOVAH DIOS para sus planes, quería estar justo en medio de los planes de YEHOVAH DIOS.

En este tiempo David aún estaba en Siclag, en el territorio de los Filisteos. Debido a su gran desánimo y desesperación, dejó la tierra de Israel y vivió casi como un Filisteo entre los Filisteos.

Ahora David había sido restaurado en YEHOVAH DIOS y se preguntaba si sería tiempo de regresar a su tierra.

No es una simple pregunta, como nosotros pudiéramos pensar. David no quería parecer oportunista, como si solo regresara a Israel porque Saúl estaba muerto.

Sin estar totalmente preocupado por las apariencias ante el hombre, tampoco estaba despreocupado por las apariencias.

YEHOVAH DIOS era fiel, en responder cuando David lo consultaba.

Como David acababa de salir de un periodo de declive espiritual, YEHOVAH DIOS pudo haberlo puesto en un “periodo de prueba” y rehusarse a hablar con él por un tiempo. Pero en vez de eso, YEHOVAH DIOS habló a David para darle guía.

Alrededor de veinte (20) años antes, David fue ungido como rey de Israel (1 de Samuel 16, 12-13). Aunque la promesa parecía casi cumplida, él no se precipitó ciegamente para alcanzarla.

En vez de eso, cuidadosamente buscó a YEHOVAH DIOS.

David sabía que la Promesa era de YEHOVAH DIOS, así que tenía la seguridad que YEHOVAH DIOS la cumpliría sin ninguna manipulación de su parte.

Esto muestra que David no se apoderó del trono, los ancianos de Judá se acercaron a él.

David tenía la certeza, que era mejor dejar que YEHOVAH DIOS lo levantara a través de otros, que esforzarse por avanzar sólo.

Deberíamos esforzarnos por avanzar en el Reino de YEHOVAH DIOS y dejar el avance del “yo” en sus manos.

Esto también muestra, que la primera unción no fue suficiente. Necesitamos una unción fresca de YEHOVAH DIOS y una experiencia continua con el Ruaj Hakodesh.

Versos del 4b al 7

David mostró gratitud apropiada hacia los hombres, que arriesgaron sus vidas para honrar la memoria de Saúl y Jonatán (1 de Samuel 31, 11-13).

Él sabía que necesitaba hombres valientes como estos, para proteger y avanzar su reino, especialmente en la confusión que rodeaba su ascenso al trono.

Versos del 8 al 11

Abner era el primo de Saúl (1 de Samuel 14, 50) y fue el comandante de sus ejércitos por muchos años. Conoció a David por primera vez cuando David era un jovencito (1 de Samuel 17, 55-57).

David retó una vez a Abner cuando tuvo la oportunidad de matar a Saúl, pero no lo hizo, señaló que Abner había fracasado en proteger a su rey.

Saúl tenía tres hijos que murieron con él en el campo de batalla (1 de Samuel 31, 6). No hay mención previa de Isbaal o Is-boset entre los hijos de Saúl, así que es posible que fuera un hijo ilegítimo de una concubina.

No debemos olvidar, que David era hijo legítimo de Saúl por matrimonio. David se casó con Mical, la hija de Saúl (1 de Samuel 18, 17-30).

Abner hizo rey a Isbaal, probablemente para él poder tener el verdadero poder detrás del trono de un rey débil.

Por dos (2) años, David le permitió a Isbaal reinar, sobre la mayor parte de Israel. Dos (2) años mostraron una paciencia notable, longanimidad y confianza en YEHOVAH DIOS de parte de David.

Isbaal no era el ungido de YEHOVAH DIOS como Saúl, David parecía haber tenido todo el derecho de aplastar a este hombre, que estaba interfiriendo con su llamado.

Sin embargo, por confianza en YEHOVAH DIOS y por respeto a la memoria de Saúl, David esperó.

Parece extraño, que muchas de las tribus prefirieran a Isbaal sobre David. Sin embargo, como los Filisteos habían invadido muchas de las otras tribus de Israel, estaban aún más renuentes a ofrecer su lealtad a David.

“Solo haremos que se enfurezcan los Filisteos”, pensaban.

De la misma manera, si usted le ofrecía su lealtad al Hijo de David, tenía que estar listo para la desaprobación de los Filisteos.

Esto describe el periodo de tiempo, en que David tuvo su cuartel general en Hebrón.

Durante los primeros dos (2) años de este período, reinó solo sobre Judá e Isbaal (apoyado por Abner), gobernó sobre el resto de Israel.

Versos del 12 al 17

Joab era aparentemente uno de los cuatrocientos (400) hombres que se unieron a David en la cueva de Adulam (1 de Samuel 22, 1-2) o se unió a David durante este periodo general.

Joab tenía dos (2) hermanos destacados: Abisaí y Azael. Los tres (3) eran los sobrinos de David, los hijos de su hermana Seruya (1 de Crónicas 2, 16). Joab tuvo una larga y accidentada carrera como el general de los ejércitos de David.

Esta fue una confrontación fascinante entre dos hombres similares. Abner y Joab eran hombres duros, crueles, militares que estaban completamente entregados a su causa.

Abner sugirió una especie de combate o duelo entre un grupo selecto de sus hombres y de los de Joab.

Cuando los dos grupos de doce (12) se encontraron, rápidamente se degeneró en un baño de sangre “cada uno echó mano de la cabeza de su adversario y metió su espada en el costado de su adversario”.

Sin embargo, los hombres de David bajo el mando de Joab, prevalecieron en la reñida batalla que siguió a este baño de sangre en el Campo de los costados ubicado al lado de Gabaón.

Esto fue un juego diabólico, donde cada hombre encajaba su espada en el cuerpo de otro, para que los veinticuatro “doce de cada lado” cayeran juntos.

Versos del 18 al 23

Los tres hijos de Seruya: Seruya era la hermana de David (1 de Crónicas 2, 16).

Joab, Abisaí y Azael eran los sobrinos de David, pero como David era el más joven de los ochos hijos, ellos podían haber sido de la misma edad o inclusive mayores que David.

En la presión y la confusión de la batalla, Azael se acercó lo suficiente a Abner, el comandante de los ejércitos de Isbaal. Se redujo a una simple persecución y si Azael atrapaba a Abner, seguramente lo mataría.

Parece que Azael persiguió a Abner, por la gloria de matar al comandante del ejército de Isbaal y para tomar sus despojos como trofeo.

Abner primero le pidió a Azael, que retrocediera por su propio bien. Esto no le hizo mucho sentido a Azael, porque parecía que Abner tenía desventaja.

Abner también apeló a Azael en el terreno del honor militar, los oficiales no debían atacar a los oficiales, especialmente cuando podría llevar como consecuencia desagradables represalias y el peligro de un ejército sin líder.

Sin embargo, Azael no quiso irse. La súplica de Abner no funcionó, aunque debió haberlo hecho.

Azael estaba demasiado enfocado en su determinación de matar a Abner y aplastar a los ejércitos que se oponían a David.

Es evidente que Abner mató a Azael en defensa propia, era lo único que podía hacer.

Sin embargo, su preocupación “¿Cómo levantaría yo entonces mi rostro delante de Joab tu hermano?” era totalmente justificada y Joab se obsesionaría con vengar la muerte de su hermano.

Versos del 24 al 28

Ahora, algo más que la causa de David los motivaba. Querían vengar la muerte de su hermano Azael.

Cuando sus ejércitos estaban en plena retirada y listos para una batalla de vida o muerte, los dos enfurecidos hermanos buscaban una sangrienta venganza, a Abner se le hizo fácil hacer una petición de paz.

Desde luego, era para su ventaja darle una oportunidad a la paz.

Joab accedió a que cesara el fuego, probablemente para que su exhausto ejército descansara y para evitar una larga y sangrienta guerra civil.

Versos del 29 al 32

2 Samuel 2, 17 nos dijo que Abner y los hombres de Israel fueron vencidos por los siervos de David, pero este pasaje nos muestra justamente que tan gravemente los habían derrotado.

Abner y el ejército de Isbaal perdieron trescientos sesenta (360) hombres mientras que el ejército de David solo veinte (20).

Muestra que tan mal estuvo, que Joab aceptara la petición de Abner, de cesar el fuego en la batalla del camino del desierto de Gabaón.

La verdad era, que simplemente no podían llevarse bien y que no podía haber paz entre el legítimo rey David y el pretendiente al trono Isbaal.

El alto al fuego parecía haber mejorado las cosas, pero en la realidad solo las empeoró y los llevó a una larga guerra.

Cuando intentamos hacer las paces entre el Rey YESHÚA KOHEN GADOL y el Rey “Yo” dentro de nosotros, el resultado es una larga y amarga guerra. Es mucho mejor rendirnos y someternos al REINADO DE YESHÚA KOHEN GADOL.

“En la vida espiritual de muchos” en la actualidad, hay una salvaje, literalmente “guerra civil”, entre la “carne” que es el “reino de Saúl”, que lucha contra el “espíritu”, el “reino de David”, por lo tanto, el conflicto es amargo.

Nosotros hacemos lo posible por sostener al vacilante “reino del yo”, para que pueda existir al menos por un poco más de tiempo.

Si tan solo pudiéramos preservar algunos derechos y algunas cosas a nuestra manera ¡si tan solo pudiéramos conservar esto o aquello a cualquier costo!.

Reafirmando a este “reino del yo” y no dejamos ser crucificados por completo en “Yeshúa Ha Mashiaj”, para pertenecer sin vacilar al “REINO DE YESHÚA KOHEN GADOL”.

La creciente fuerza de David y la creciente debilidad de la casa de Saúl no comenzó cuando Saúl murió.

Comenzó cuando YEHOVAH DIOS recién escogió a David y apartó su Espíritu de Saúl (1 de Samuel 16, 13-14).

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