2 Samuel Capítulo 12

Versos del 1 al 4

El pecado de David, fue desagradable a YEHOVAH DIOS, pero David no escuchaba la convicción del Ruaj Hakodesh, ni a su conciencia.

Ahora, YEHOVAH DIOS envió alguien más a hablar a David. El Creador misericordiosamente siguió hablando, incluso cuando David no escuchaba.

Con sabiduría y valor, Natán usó una historia para entregarle el mensaje a David. Era común en esos días, quedarse con un oveja como mascota y Natán usó esta historia de la oveja mascota, para hablarle a su amigo David.

Anteriormente el profeta Natán, había entregado un mensaje de gran Bendición para David (2 de Samuel 7). David sabía que Natán, no era un crítico negativo sino un amigo. Hizo a David receptivo al mensaje de la historia.

El pecado que describe Natán, es robo. Hay un sentido en el que David robó algo de Urías.

La Biblia en 1 de Corintios 7, 3-5 dice que en un matrimonio el esposo tiene autoridad sobre el cuerpo de su esposa y viceversa.

Evidentemente, David no tenía autoridad, sobre el cuerpo de Betsabé y él lo robó de Urías.

El adulterio y la inmoralidad sexual son robo, tomar algo que no nos pertenece.

Este principio, también es verdadero sobre la pornografía y la lujuria. Levítico 18, describe el pecado de descubrir la desnudez de otros, que no sean nuestro cónyuge.

La idea es que la desnudez de otros, no nos pertenece y es robo si la tomamos.

Versos del 5 al 6

Natán no le pidió a David una decisión judicial y David asumió naturalmente, que la historia era verdadera.

David, rápidamente emitió una sentencia, para el hombre culpable en la historia de Natán.

Él mostró que a menudo, tratamos de deshacernos de nuestra conciencia culpable, pasando el juicio a otra persona.

El sentido de justa indignación de David, fue tan afectado por su propia culpa, que ordenó la sentencia de muerte para el caso hipotético traído por Natán, a pesar de que no era un crimen penado con la muerte

David debía condenar su propio pecado, antes de poder encontrar perdón. A menudo, intentamos encontrar refugio excusando, minimizando o desviando el pecado de nosotros mismos.

Él justamente supo, que penalizar al hombre rico, incluso con la muerte, no era suficiente. También, tenía que pagar algo al hombre, al que le había arrebatado algo.

David sabía, que el verdadero arrepentimiento implica restitución.

Con cuatro tantos también muestran, que el pecado de David y la dureza de su corazón, no disminuyó su conocimiento de la Biblia.

Inmediatamente supo lo que la Biblia decía sobre los que roban, cuando alguno hurtare buey u oveja y lo degollare o venda, por aquel buey pagará cinco bueyes y por aquella oveja cuatro ovejas (Éxodo 22, 1).

David conocía las palabras de la Biblia, pero estaba distante del autor, YEHOVAH DIOS.

La idea es que el hombre debió haber tenido misericordia de su prójimo y no lo hizo. De la misma manera en que David debió haber tenido misericordia de Urías y del padre y del abuelo de Betsabé.

Versos del 7 al 9

Con esto, Natán aplicó la parábola con una simplicidad alarmante. Natán tenía que impactar a David, para que viera su pecado por lo que era, fue un procedimiento rotundo y sencillo.

Usted no puede asustar a un hombre para guiarlo al arrepentimiento, usted puede asustarlo, para guiarlo al remordimiento y del remordimiento puede guiar o no al arrepentimiento.

No nos cuesta nada decir “No soy todo lo que debería ser” o “Debería ser un mejor en mi vida espiritual”. Sí nos cuesta decir “He provocado muchos problemas o he tenido amargura contra ciertos líderes, con los cuales quiero disculparme ahora mismo”.

A través de Natán, YEHOVAH DIOS le explicó a David, que su pecado era una vulgar expresión de ingratitud.

Cuando YEHOVAH DIOS le dio todo esto a David y tenía mucho más por darle. Sin embargo, él prefirió buscar el pecado.

En Salmos 19, 8, David dijo “El precepto de YEHOVAH DIOS es puro, que alumbra los ojos”. Sin embargo, con su pecado tuvo en poco la palabra de YEHOVAH DIOS.

David actuó, como si el mandamiento de YEHOVAH DIOS estuviera mal y lo tuvo en poco, cuando hizo lo malo delante de sus ojos.

Esta es otra manera de decir “Tú eres aquel hombre”. YEHOVAH DIOS no iba permitir, que David culpara a nada ni a nadie más.

Verso 10

El castigo de David. YEHOVAH DIOS prometió que desde ese día en adelante David conocería la violencia y el derramamiento de sangre, entre los propios miembros de su familia.

David ordenó, que se compensara cuatro veces al hombre de la parábola de Natán. YEHOVAH DIOS, restituyó cuatro veces por Urías a cuatro de los hijos de David, el hijo de Betsabé, Amón, Absalón y Adonías.

En 2 de Samuel 12, 9 YEHOVAH DIOS dijo que David tuvo en poco la Palabra de YEHOVAH DIOS. Aquí Natán explica que al hacer esto, David menospreció al TODOPODEROSO mismo.

No podemos menospreciar los mandamientos de YEHOVAH DIOS, sin menospreciarlo a Él.

YEHOVAH DIOS ni siquiera usó el nombre de Betsabé. ÉL quería que David considerara a Betsabé, no solo como individuo, sino también como la mujer de Urías heteo.

Versos del 11 al 12

“Rebelión”, YEHOVAH DIOS le advirtió a David, que debido a que causó problemas a la casa de otro hombre, ÉL permitiría que los problemas llegaran a la casa de David, es decir, dentro de su casa.

Como David violó a la mujer de otro hombre, así otro violaría a sus mujeres. Esto se cumplió en 2 de Samuel 16, 21-22.

Absalón abusó de las concubinas de su padre, en la terraza de la casa y quizás en la misma terraza desde donde él miró, se agradó y deseó a Betsabé por primera vez.

En estos juicios, David cosecharía lo que sembró, con intereses.

Verso 13a

“Pequé contra YEHOVAH DIOS”, la confesión de David es un buen ejemplo. Puso la culpa directamente sobre sus propios hombros.

No minimizó su ofensa. David se dio cuenta de que había pecado, especialmente contra YEHOVAH DIOS.

En el Hebreo original, la afirmación de “David pequé contra YEHOVAH DIOS” se resume en dos palabras “hata al-Yahweh”. Estas dos palabras y el corazón que ellas reflejan, muestran la diferencia fundamental entre David y Saúl.

Una confesión no necesita ser larga para ser real y sincera. Las más grandes penas no son siempre las más verbales. Saúl confesó su pecado más ampliamente, pero menos eficazmente.

David habló de sí mismo. No es un “nosotros”, aunque es verdad que él no fue el único pecador. Sin embargo, David sabía que tenía que lidiar con su propio pecado. David mostró responsabilidad personal por su pecado.

David no uso vocabulario suave o elaborado. “Él Pecó”, no fue una equivocación, un error, una metida de pata, una indiscreción o un problema.

Esto expresó la enormidad del pecado de David. Su pecado contra Betsabé, contra Urías, contra Ajitofel, contra sus esposas e hijos y contra la nación fueron grandes.

Pero su pecado contra YEHOVAH DIOS, fue el más grande de todos. No hay pecados pequeños contra ÉL y los pecados grandes, son aún más grandes.

Después de meditarlo, David expresó más elocuentemente su arrepentimiento en Salmos.

La conciencia de pecado de David, su deseo de purificación, el reconocimiento del justo juicio de YEHOVAH DIOS y el entendimiento de lo que el Altísimo quiere, son todos claros en el Salmo 51.

Versos del 13b al 14

El perdón de YEHOVAH DIOS fue inmediato. No demandó un periodo de prueba. “No morirás” significa que a David se le perdonaría la pena por adulterio ordenada bajo la Ley de Moisés.

David hizo esto, simplemente al hacer lo que esos enemigos de YEHOVAH DIOS, hubieran hecho en la misma situación.

Lo que David hizo, no era inusual entre los reyes y los gobernantes del mundo, pero debería ser inusual entre el pueblo de YEHOVAH DIOS.

Hay una diferencia entre el juicio para el pecado y el juicio por el pecado. YEHOVAH DIOS, le perdonó a David su pecado, pero no lo protegería de cada consecuencia de su pecado.

David tendría que enfrentar las consecuencias de su pecado, empezando con la muerte del hijo recién nacido de Betsabé.

Versos del 15 al 23

Esto es difícil de aceptar para muchos. Tristemente, a menudo los inocentes sufren debido al pecado de los culpables.

Ya que la enfermedad, llegó inmediatamente después de las palabras del profeta Natán, fue recibido como de la mano de YEHOVAH DIOS.

El escritor Bíblico, no titubea al atribuir directamente a YEHOVAH DIOS, la enfermedad de este niño, de acuerdo a la palabra del profeta.

Esto era aún más trágico para David y Betsabé que para el niño. Su joven hijo sufrió por varios días y podemos confiar en que el consuelo de YEHOVAH DIOS, se extendió al pequeño en medio de su sufrimiento.

Al final de su sufrimiento, el niño fue a la Gloria Eterna. Aunque el pequeño murió, el castigo recayó realmente sobre David y Betsabé y no sobre el niño.

Aunque Urías estaba muerto y David estaba legalmente casado con Betsabé, el escritor Bíblico aún se refería a Betsabé como la mujer de Urías.

Esto se debe, a que cuando el niño fue concebido, Urías aún estaba vivo y Betsabé aún era la mujer de Urías.

Es una manera en que YEHOVAH DIOS está diciendo, “La muerte de Urías y su posterior matrimonio no arreglan las cosas”.

David estuvo en lo correcto, al tomar el anuncio del juicio de YEHOVAH DIOS, como una invitación a buscar su misericordia fervorosamente.

Cuando el juicio del Altísimo es anunciado o está presente, no deberíamos recibirlo pasivamente, ni con resignación.

Deberíamos clamar al TODOPODEROSO en arrepentimiento, pedir por su gracia y su misericordia.

Esto muestra que la oración y el ayuno extraordinarios, no cambian la decisión de YEHOVAH DIOS.

Pusieron a David en el lugar correcto, para recibir de YEHOVAH DIOS lo que era necesario, pero no “forzaron” al Creador a cambiar Su Plan.

La oración y el ayuno extraordinarios, no son herramientas para obtener lo que queramos de YEHOVAH DIOS.

La Oración y el Ayuno Son demostraciones de sumisión radical y de sometimiento al poder y a la voluntad del Altísimo.

La oración y el ayuno extraordinarios de David fueron contestados. Tuvo un sentido de paz cuando el niño murió, sabiendo que hizo todo lo posible para buscar la misericordia de YEHOVAH DIOS, en un tiempo de castigo.

Versos del 24 al 25

Esta es la primera vez, que el escritor Bíblico llama a esta mujer Betsabé a excepción de una simple mención, cuando se nos informó su nombre en 2 de Samuel 11, 3.

Cada vez, antes de esto, ella es llamada la mujer de Urías. Solo ahora, después del castigo por el pecado, ella es llamada Betsabé su mujer.

Esto muestra que YEHOVAH DIOS, no le ordenó a David que dejara o renunciara a Betsabé, a pesar de que su matrimonio con ella fue originalmente pecaminoso.

Él debía honrar a YEHOVAH DIOS en el compromiso de matrimonio, que había hecho, aunque haya iniciado en pecado.

Aquí está el gran amor y la ternura de YEHOVAH DIOS, no guardó rencor contra David y Betsabé. Los días de Bendición y utilidad no habían terminado para David.

Increíblemente este hijo, el hijo nacido de un matrimonio que comenzó en adulterio, será el heredero al trono de David.

YEHOVAH DIOS, escogió a este hijo de entre todos los hijos de David, para ser el heredero al trono y ser el ancestro del Mesías, para demostrar la verdad de que Dios perdona a los pecadores arrepentidos.

Lo llamó “Yedidya”, el nombre significa “amado por YEHOVAH DIOS”.

Era la manera de YEHOVAH DIOS, de decir que ÉL amaría y Bendeciría a este hijo de David y Betsabé.

Versos del 26 al 28

Esto continuaba con la guerra, que comenzó en 2 de Samuel 10. Joab estaba por derrotar por completo a los Amonitas.

Él incitó a David a regresar a la batalla diciendo “Tomaré todo el crédito yo mismo si no vienes a terminar esta guerra”.

Joab luchó por más de un año, para conquistar a Rabbá y la victoria solo vino cuando David arregló las cosas con YEHOVAH DIOS.

Había una razón espiritual oculta, detrás de la falta de victoria en Rabbá.

Versos del 29 al 31

Esta fue la fase final de la restauración de David. Regresó a hacer, lo que debió haber estado haciendo todo el tiempo, dirigiendo a Israel en batalla, en vez de quedarse en Jerusalén.

David estaba en victoria una vez más. Su pecado no lo condenó a una vida de fracaso y derrota. Hubo castigo para el pecado de David, pero no significó que su vida estaba arruinada.

El pecado de David no le costó su corona. Si hubiera rechazado la voz de Natán el profeta, tal vez, si lo hubiera hecho.

Debido a que David respondió con confesión y arrepentimiento, aún había una corona para la cabeza de David.

La caída de David, debería poner a aquellos que no han caído en alerta y salvar de la desesperación a aquellos que sí han caído.