Mosqueteros de Yehovah

1 Samuel Capítulo 22

Verso 1a

David ha pasado por mucho, había pasado de la fama inmediata, un matrimonio reciente, peligro de los Filisteos, repetidos atentados contra su vida y una despedida dolorosa de su vida cotidiana, a vivir como un fugitivo por tiempo indefinido.

Luego David tuvo un breve pero intenso periodo de recaída, un regreso dramático a YEHOVAH DIOS y liberación de una situación con peligro de muerte.

Este fue el lugar de refugio de David. No podía ir a su casa, no podía ir al palacio, no podía ir con Samuel, no podía ir con Jonatán, no podía ir a la casa de YEHOVAH DIOS y no podía ir con los impíos. Pero podía ir a una humilde cueva y encontrar refugio.

El nombre Adulam significa “refugio”, pero la cueva no iba a ser el refugio de David. YEHOVAH DIOS quería ser el refugio de David, en este tiempo de desánimo.

Así, el Salmo 142,1-4 describe al desanimado corazón de David “Con mi voz clamaré a YEHOVAH DIOS. Con mi voz pediré a YEHOVAH DIOS misericordia. Delante de él expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia.

Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda En el camino en que andaba, me escondieron lazo. Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida”.

El título del Salmo 57 dice, Mictam de David cuando huyó de delante de Saúl a la cueva, el Salmo 57 describe a David cuando YEHOVAH DIOS lo fortaleció en la cueva y le preparó para lo que seguía.

Versos del 1b al 2

Primero, la familia de David fue a él. Este es un regalo hermoso de YEHOVAH DIOS, porque anteriormente todo lo que David tuvo fueron problemas y persecución de parte de su padre y sus hermanos (1 de Samuel 16, 11; 17, 28). Ahora ellos se le unen en la cueva de Adulam.

YEHOVAH DIOS llamó a un grupo improbable y único, a que se uniera a David en la cueva de Adulam.

Estos no eran los hombres que David hubiera escogido, pero fueron los que YEHOVAH DIOS llamó para él.

Esta no era una muchedumbre. Este era un equipo que necesitaba un líder y David fue hecho jefe de ellos.

YEHOVAH DIOS no obra a través de muchedumbres, obra a través de hombres y mujeres llamados, pero también llama a otros a apoyar y a estar con esos hombres y mujeres.

David era el ungido de YEHOVAH DIOS, para ser el próximo rey de Israel y se convirtió en el más grande rey terrenal de Israel.

Pero, así como YEHOVAH DIOS llamó a David, llamó a estos cuatrocientos  (400) hombres a estar junto a él.

Versos del 3 al 4

David llevó a sus padres a Moab, porque su abuela Rut fue Moabita (Rut 4, 18-22; 1, 4).

Él quería que sus padres estuvieran a salvo de cualquier batalla, que él pudiera enfrentar en el futuro.

David no conoce toda la historia. Él sabía que fue llamado y ungido para ser el próximo rey de Israel, pero no tenía idea de cómo YEHOVAH DIOS lo llevaría ahí.

Tenía que confiar y obedecer, aun cuando no sabía lo que YEHOVAH DIOS haría de él.

Verso 5

David gozaba del apoyo y la ayuda de los profetas. El trato de Saúl con los profetas, como Samuel, casi siempre era negativo, porque Saúl se resistía a la Palabra de YEHOVAH DIOS.

David en cambio, sí recibía la palabra profética. Gad le aconsejó a David que dejara su propio lugar fuerte y regresara al lugar fuerte del mismo Saúl.

Esto probablemente no era lo que David quería escuchar, pero obedeció de todas formas, tenía que aprender a confiar en YEHOVAH DIOS en medio del peligro, no del otro lado del peligro.

Versos del 6 al 8

Cuando sólo era David escondiéndose de Saúl, podía permanecer oculto por un largo periodo de tiempo.

Pero uno no puede esconder cuatrocientos (400)  hombres. Cuando David regresó a Judea, la red de informantes de Saúl los descubrió rápidamente.

Cuando Saúl tenía una lanza en su mano, usualmente significaba que intentaría lastimar a alguien.

Saúl apeló a lo peor en estos hombres, preguntándoles si un hombre de Judá favorecería a la tribu de Benjamín con riquezas y promociones.

En su mundo carnal y centrado en sí mismo, todo giraba alrededor de Saúl. Se volvió paranoico y quejumbroso y dirigía a través de la culpa y la acusación.

Jonatán nunca hizo tal cosa, pero Saúl no podía aceptar la verdad de que David y Jonatán estaban bien y él estaba mal. Así que Saúl inventó elaboradas conspiraciones contra él.

Versos del 9 al 10

Este hombre se vio por última vez en Vs 8 en Nob, en el Tabernáculo al mismo tiempo que David estaba ahí.

Doeg implicó al sacerdote Ajimelec como un cómplice de David. “Mira toda la ayuda que Ajimelec le dio a David. Seguramente estaban trabajando juntos contra ti Saúl, y probablemente Ajimelec sabe exactamente dónde está David y a dónde se dirige”.

Doeg era más que un hombre ambicioso buscando promoverse, también sabía cómo desviar la ira y las sospechas de Saúl de su propio personal y enfocarlo a los sacerdotes.

Versos del 11 al 15

Ajimelec le contestó a Saúl con la honestidad de un hombre con una conciencia limpia. Simple y honestamente dijo, “no culpe el rey de cosa alguna a su siervo.”

Ajimelec dijo exactamente la verdad. Cuando David buscó a Ajimelec, el sacerdote lo interrogó cuidadosamente. ¿Cómo vienes tú solo, y nadie contigo?, 1 de Samuel 21, 1. En vez de decirle la verdad a Ajimelec, David le mintió. Esto puso a Ajimelec en una posición muy vulnerable.

Versos del 16 al 19

Cualquier hombre que se encuentre en el estado de pecado y rebelión en el que se encontraba Saúl, no puede soportar ver a un hombre inocente e ingenuo como Ajimelec estar en desacuerdo con él. Así que ordenó que fuera asesinado.

Para crédito suyo, los siervos de Saúl temieron más a YEHOVAH DIOS que a Saúl y se negaron a asesinar a los sacerdotes.

Doeg, quien no era Judío sino Edomita, no dudó en asesinar a los sacerdotes y a sus familias. Él había sido detenido delante de YEHOVAH DIOS en el Tabernáculo Vs 7, pero no cambió su corazón en absoluto.

Versos del 20 al 23

David mostró cómo se sintió sobre esto en el Salmo 52, el cual dice en su título Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ajimelec.

Él se refirió a esto de dos formas. Una de ellas, la más grande, fue que la simple presencia de David con Ajimelec lo hizo culpable delante de Saúl y en realidad no había nada que David ni nadie más hubieran podido hacer al respecto.

La otra, más baja, fue que al mentirle a Ajimelec, David hizo vulnerable al sacerdote delante de Saúl.

Las mentiras de David no mataron directamente a Ajimelec, ni a los otros sacerdotes. Pero por lo menos no permitió que Ajimelec muriera con un honor más grande.

Si Ajimelec hubiera sabido del conflicto entre David y Saúl hubiera podido escoger apoyar a David y morir con gran honor.

David no podía hacer nada por los sacerdotes que ya habían sido asesinados. Confesó su culpa sobre el asunto y buscó perdón de YEHOVAH DIOS.

Ahora, lo único que puede hacer es ministrar al necesitado frente a él, Abiatar, el sacerdote sobreviviente.

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