Versos del 1 al 4
Segunda: Los cuernos y los herreros. Esta segunda visión se compone de dos imágenes, la primera corresponde a los cuatro cuernos que embisten a toda la tierra.
El cuerno aquí es símbolo de fuerza y de poder, el número cuatro se refiere a los imperios poderosos que han azotado a los pequeños pueblos del Cercano Oriente y simboliza la segunda imagen la “universalidad” del mal que se propaga por los cuatro puntos cardinales de la tierra.
Los cuatro herreros que espantan a los cuernos, es como una decisión de YEHOVAH de poner fin al mal que está sobre toda la tierra (vs 3).
Versos del 5 al 17
Tercera: El cordel de medir. El ambiente postexílico no deja de ser preocupante para el pueblo y para el profeta.
Jerusalén continúa en ruinas, las promesas no se cumplen el desánimo y la desidia, es el denominador común.
En su afán de animar al pueblo, el profeta se figura una ciudad reconstruida, sus trazos, sus murallas. Sin embargo, no es necesario trazar ni encerrar con muros unas cuantas casas.
Jerusalén será una ciudad abierta para que pueda contener la afluencia no sólo de los judíos que aún permanecen dispersos, los cuales son invitados a regresar (vs 10-11).
Sino también para muchos otros pueblos que vendrán hasta Jerusalén, para formar entre todos un solo pueblo, con un solo DIOS que es YEHOVAH (vs 15), que reinará sobre todos desde Su ciudad (vs 17).