Mosqueteros de Yehovah

Sirácides Capítulo 3

Versos del 1 al 16

Ben Sirá tiene en mente Éxodo 20, 12 y Deuteronomio 5, 16 donde se manda expresamente honrar al padre y a la madre.

En una sociedad que daba tanta importancia a la estructura de la familia, era apenas obvio que reclamara respeto y veneración por quienes en cierto modo representan y sustentan en el mundo el orden y la autoridad divina, los padres.

La familia como estructura era el primer núcleo humano donde se reflejaba la estructura social dominante, si se trataba de una sociedad tribal, como en la época de los jueces, la familia era la célula de la tribu, donde tanto padres como hijos, sin confundir sus roles obviamente, participaban de la vida económica y social en igualdad de derechos y deberes, esto en solidaridad.

Por el contrario, se trata de una sociedad monárquica como la que se configuró a partir de David y que cada vez se va volviendo más rígida y tirana como la que conoce Jesús de Nazaret, la familia igualmente es el reflejo de la monarquía.

El padre es el primero en el orden piramidal, tal como es concebido YEHOVAH Dios respecto al mundo y el rey respecto a la nación (sociedad), junto al padre está la madre a quien hay que venerar y respetar, mas no porque se trate de una mujer, sino porque posee una prelación que le viene por ser compañera del varón.

Luego están los hijos, completamente sometidos al orden social, en la familia a sus padres en la sociedad, al rey y a sus lugartenientes.

Este tipo de orden familiar o de estructura de familia es el que hay que abandonar, según Yeshúa, si se quiere ser verdadero discípulo suyo; la primera tarea del Reino es, entonces, derribar ese tipo de estructura familiar, “quien no deja padre y madre…” (Lucas 14,26).

Versos del 17 al 21

Humildad. Una de las virtudes que más debe caracterizar al hombre es la humildad, que bien puede entenderse como el procurar no ponerse por encima de los demás, no sentirse ni más grande ni mejor que los otros.

Dos ventajas o beneficios atrae la humildad: el amor de los demás y la compasión y la misericordia de YEHOVAH Dios, aparte de que es a los humildes a quienes Dios revela sus designios (vs 20; Lucas 10, 21).

La virtud de la humildad debe ser una de las preocupaciones del sabio, cuanto más sabio se es, más conciencia debe haber de lo lejos que se está de la máxima sabiduría.

Versos del 22 al 29

Dedicados al hombre intelectual responden a la arrogancia de quienes creían tener gran dominio de la ciencia y del conocimiento, en una época en la que el pensamiento griego hacía creer que la sabiduría era conocer muchas cosas, dominar muchas materias.

Para la corriente sapiencial en Israel, la sabiduría está en temer a YEHOVAH Dios, cumpliendo sus mandatos y en saber vivir bien.

Versos del 30 a 31

Limosna. La práctica de dar limosna era un elemento importante de la piedad.

Ya desde mucho antes de la época de Ben Sirá había surgido la convicción de que la limosna era una forma de expiar los pecados, la cual se completa posteriormente con la observación que además ampliaba el círculo de amigos.

Para la época del Nuevo Testamento, muchos fariseos practicaban la limosna de una forma pública, llamando la atención de la gente con el fin de ganar simpatía y hacerse admirar.

Yeshúa corrige esta actitud y sugiere a sus discípulos que lo hagan de tal forma que “la mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha” (Mateo 6, 3).

Ni con el fin de expiar los pecados, ni para aparentar ante los otros se debe compartir lo que se tiene.

Es pura cuestión de justicia y ello se debe hacer con la convicción de que en el plan de YEHOVAH Dios no existe esta diferenciación entre los ricos y desposeídos.

El cristiano consciente y comprometido con la cultura del Reino en la causa del Evangelio, debe buscar la manera de instaurar una práctica de piedad, para vivir de acuerdo a la justicia y el derecho establecido por YEHOVAH DIOS.

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