Mosqueteros de Yehovah

Salmos Capítulo 38

Este Salmo tiene por título, “Salmo de David, para recordar, ya que con YEHOVAH DIOS el recordar es actuar”, esta palabra habla de poner delante de ÉL una situación en la cual se clama por Su ayuda.

El mismo título lo tiene el Salmo 70, el cual, de una manera semejante, el Salmista derrama su queja delante del Señor.

Es un canto lleno de dolor y de oscura culpa, mientras David sentía los amargos efectos, al parecer tanto espiritual como físico, de su pecado.

Los comentaristas tratan de adivinar sobre la ocasión de esto en la vida de David, pero no hay ningún enlace certero de algún tiempo o evento en específico.

Este es uno de aquellos señalados como Salmos de Penitencia, junto con los Salmos 6, 32, 51, 102, 130, y 143.

Versos del 2 al 3

Traspasado por la desaprobación de YEHOVAH DIOS, bajo un sentido profundo por parte de YEHOVAH DIOS, David clamaba hacia el Justo Juez.

Siguió un camino sabio, acercándose al Señor aunque sintió tanto el furor y la ira del Todopoderoso.

David utilizó ilustraciones poéticas para describir lo profundo que sentía la ira de YEHOVAH DIOS.

Leemos de la profunda angustia y agonía de David en el Salmo y reconoció que fue debido a su propio pecado, como será descrito.

Luego entendemos que en la cruz Yeshúa Ha Mashiaj fue hecho el blanco de la misma agonía, pero por nuestros pecados, no por los Suyos.

Esta mano presionó sobre Yeshúa Ha Mashiaj y de una mayor manera de lo que David conociera.

Versos del 4 al 6

Abrumado por la iniquidad, David no solamente sintió de manera espiritual el desagrado de YEHOVAH DIOS, también lo sintió de manera física.

Esto fue porque el castigo de la mano de YEHOVAH DIOS, era evidente por algún tipo de enfermedad o herida, que pudo haber sido ocasionada debido al agravio físico, debido al estrés en una temporada de profunda depresión espiritual.

David reconoció la mano de YEHOVAH DIOS en su miseria, pero no pensó que fuera sin causa.

Él sabía que era por causa de su pecado, sus iniquidades y por su locura, David era miserable, pero no era víctima en el sentido comúnmente entendible, ya que sus pecados eran la causa de sus crisis.

Se sintió oprimido bajo el peso de sus pecados, esperaba que una declaración honesta y de corazón de su miseria moviera a compasión a YEHOVAH DIOS.

Versos del 7 al 9

El problema y confusión de David.

El dolor del pecado de David le afligió de cualquier manera posible, describió una severa depresión y melancolía, así como una específica aflicción del cuerpo “porque mis lomos están llenos de ardor”, estaba débil y molido en gran manera.

Era conocido como el dulce cantor de Israel (2 Samuel 23, 1), aún, con una gran honestidad, también podía gemir delante de YEHOVAH DIOS y los hombres, componiendo un salmo amargo, describiendo su miseria de la manera más fuerte.

Versos del 10 al 11

Sin esconder nada en su miseria, al hablar a YEHOVAH DIOS como su amo “Señor, Adonai”, David apeló al Justo Juez con completa transparencia.

Su miseria no está oculta para con el Altísimo o de cualquiera que escuche este Salmo.

David se sintió tan humillado que la vida y la luz misma le estaban dejando.

Versos del 12 al 15

Desamparado por los amigos, cazado por los enemigos.

La miseria de David no fue aliviada ni por sus amigos como compañeros, aún las personas cercanas se habían despreocupado o no podían ayudar a David.

Soportó mucho más que la falta de apoyo de parte de sus amigos y familiares, también enfrentó a enemigos determinados, quienes constantemente planeaban iniquidades contra él.

Estaba tan deprimido y afligido, que se sintió impotente para responder a esos ataques, su incapacidad de defenderse a sí mismo, significaba que necesitaba a YEHOVAH DIOS más que nunca.

Versos del 16 al 17

Esperanza en el Justo Juez que oye, a pesar de su depresión espiritual, David se aferró en la esperanza en el Señor.

Aunque no la sintió, en Fe dijo, “Tú responderás”, eligió el permitir que su aflicción le presionara para ir hacia YEHOVAH DIOS en lugar de alejarse del Altísimo, quien era su única esperanza.

En el verso 16 es un ejemplo del uso de las tres palabras Hebreas comúnmente utilizadas para referirse a YEHOVAH DIOS en un verso.

YEHOVAH, traduciéndose a “Yahvéh”, refiriéndose al DIOS de pacto de Israel.

YEHOVAH, traduciéndose a “Adonai”, refiriéndose a DIOS, como Amo o persona de respeto.

DIOS, traduciéndose a “Elohim”, el plural de la palabra para Señor, en el sentido genérico.

David apeló a YEHOVAH DIOS y no solamente debido a que era miserable, sino porque no quería que sus adversarios se regocijaran sobre él.

Versos del 18 al 21

Listo para caer delante de enemigos fuertes, David de nuevo pensó en su propio pecado, el cual era la causa de su miseria.

En muchos otros Salmos David declara su inocencia, especialmente en comparación con sus enemigos, pero no en este Salmo.

Este Salmo salió de la angustia de David sobre su pecado.

David apeló hacia YEHOVAH DIOS por ayuda a la luz de la energía y fortaleza de sus enemigos, porque ellos estaban en su contra sin ninguna buena razón “porque busco el bien”.

Versos del 22 al 23

La urgencia de rogar ante YEHOVAH DIOS.

El Salmo cierra sin elocuencia, solamente con un clamor del corazón. Más que nada lo que David quería era sentir la presencia de YEHOVAH DIOS “no te alejes de mí”.

Parece ser que la ausencia de ese sentido era la prueba más grande de David en esta oscura temporada.

David presiona sobre su necesidad delante de YEHOVAH DIOS con urgencia y mira al Señor como su única salvación.

El Salmo termina sin un cambio en las circunstancias, pero con una Fe continua en el Altísimo.

En los últimos dos versos David de nuevo utiliza las tres referencias Hebreas comunes para la Deidad.

El DIOS que conocía por Nombre (YEHOVAH, 22a) y por Pacto (mi DIOS) y como su Señor y Salvador (23b).

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