Este es otro Salmo con el título “Al músico principal, sobre Ajelet-sahar. Salmo de David”.
Se puede decir que este es un Salmo cantado al Más Grande Músico, en un tono desconocido, pero por el dulce salmista de Israel.
Pero en este David canta más que un artista, sino como uno de los más grandes profetas que ha hablado, señalando más a su Grandioso Hijo, Yeshúa Ha Mashiaj, que a sí mismo.
Este es un tipo de joya entre los Salmos, peculiarmente es excelente y notable. Contiene los profundos, sublimes y pesados sufrimientos de Cristo, cuando agonizaba en medio de los terrores, angustia de la ira divina y la muerte que sobrepasa todo pensamiento y comprensión humana.
Versos del 2 al 3
Este Salmo comienza abruptamente con una escena desconcertadora, alguien quien conoce y confía en YEHOVAH DIOS ha sido desamparado y clama al Justo Juez en agonía.
Este es un Salmo de David, hubo muchas ocasiones en la vida de David donde pudo haber escrito tal agonizante poema.
Antes y después de tomar el trono de Israel David vivió temporadas de gran peligro y privación.
Mientras que este Salmo era verdad del Rey David en su experiencia de la vida, es como muchos Salmos, aún más cierto de Yeshúa, el Mesías, que de David.
Yeshúa deliberadamente escogió estas palabras para describir Su agonía en la cruz (Mateo 27, 46).
Podemos tener la bastante seguridad de que Yeshúa estaba meditando en la palabra profética del Tanaj durante las horas de su sufrimiento y que vio su crucifixión como un cumplimiento en particular de este Salmo.
Esta introducción es poderosa en al menos dos niveles. El clamor “DIOS mío” muestra que el Desamparado en verdad tenía una relación con YEHOVAH DIOS.
Fue una víctima de la crueldad de los hombres, pero el clamor y la queja fue con DIOS, a un “DIOS mío” y no para o en contra de los hombres.
La repetición del ruego muestra la intensidad de la agonía.
Luego fue que sintió en alma y cuerpo el horror del desagrado de YEHOVAH DIOS en contra del pecado, el cual él había tomado.
Hay una nota de sorpresa en este clamor y en las siguientes líneas. El desamparado parece confundido, “¿Por qué Mi DIOS me desampararía? Otros pueden merecer esto, pero no logro entender por qué ÉL me ha desamparado”.
Podríamos imaginar fácilmente una situación en la vida del Rey David donde experimentó esto.
En muchas ocasiones se halló a sí mismo en aparentes circunstancias imposibles y se preguntaba por qué YEHOVAH DIOS no lo rescataba inmediatamente.
Pero más allá de David, su vida, este clamor agonizante y su identificación intencional de Yeshúa con estas palabras, es de alguna manera una descripción más intensa y misteriosa de lo que Yeshúa experimentó en la cruz.
Yeshúa conoció el gran dolor y sufrimiento, tanto físico como emocional, durante Su vida, pero nunca había conocido la separación o enajenación de YEHOVAH DIOS, Su Padre.
Hay un sentido significativo en el que Yeshúa de manera correcta se sintió desamparado por DIOS el Padre, en ese momento experimentó lo que nunca había experimentado.
En ese momento, en la cruz, una santa transacción se llevó a cabo, DIOS el Padre tuvo a DIOS el Hijo como si Él fuera un pecador.
Así como escribiría después el Apóstol Pablo, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de DIOS en ÉL”. (2 Corintios 5, 21)
Hay una pregunta concisa en estas palabras de David, mientras que Yeshúa las tomó para Sí mismo en la cruz.
Lo que Yeshúa soportó en la cruz fue tan complejo, tan oscuro y tan misterioso, en dicho momento, más allá de Su habilidad para descifrarlo, al menos en un sentido emocional.
David sabía lo que era el sentir la presencia y la liberación de YEHOVAH DIOS, lo había experimentado en muchas ocasiones en su vida anteriormente.
Cada momento anterior a la ayuda se tenía esta dramática ausencia de la ayuda de YEHOVAH DIOS, lo que era más devastador.
Una mayor dimensión de la agonía de David era el hecho de que hacía peticiones repetidas y constantes a YEHOVAH DIOS, se sentía del todo no escuchado. Su clamor no tenía respuesta, su clamor era ignorado.
David ciertamente experimentó esto, el mayor Hijo de David lo experimentó en un mayor grado. En la cruz Yeshúa Ha Mashiaj experimentó total desamparo del Padre, Sus clamores y ruegos no fueron contestados.
Versos del 4 al 6
El Desamparado recordó a YEHOVAH DIOS y Su grandeza, aun inmerso en sufrimiento.
Él no maldijo o blasfemó a DIOS y sabía que su agonía actual no cambiaba la santidad de DIOS, “tú eres Santo” o su grandeza “Tú que habitas entre las alabanzas de Israel”.
Tenemos el sentimiento de que la crisis presente llenó a David y al gran Hijo de David con duda y confusión, pero no dudaría acerca de la santidad o grandeza de DIOS.
Lo que sea que no supiera en su situación presente, hubo ciertas cosas que sí conocía.
David también recordó como DIOS le había contestado y librado en muchas ocasiones anteriormente.
De una manera extraña esto añadiría tantas medidas de consuelo y desesperación. Consuelo, al saber que clamó al mismo DIOS que le había liberado anteriormente y que le libraría de nuevo.
Desesperación, al saber que DIOS quien le había liberado de ante mano, ahora parecía distante y silencioso.
Versos del 7 al 9
La intensidad del conflicto hizo que no sólo David se sintiera ignorado, sino insignificante.
DIOS parecía ayudar a otros hombres, pero al parecer no daba ayuda a los gusanos. La baja posición que tenía a sus propios ojos y en los ojos de otros simplemente le añadía a su agonía.
La miseria de David se multiplicaba por aquellos que se burlaban y malentendían su agonía.
Usaron todo como una excusa para cuestionar su relación con YEHOVAH DIOS, así como los amigos de Job hicieron con ese sufrimiento.
Es como si dijeran, “Al parecer se encomendó a YEHOVAH DIOS, pero todos sabemos que el Señor rescata a aquellos que confían en ÉL. Al parecer se deleitaba en DIOS, pero eso debe ser falso porque no es librado”.
Si Yeshúa se identificó con las palabras de introducción de este Salmo, con Su gran clamor desde la cruz (Mateo 27, 46), entonces, sus enemigos inconscientemente se identificaron con los enemigos de YEHOVAH DIOS y de Su Ungido que le escarnecían en sus burlas de Yeshúa en la cruz (Mateo 27, 42).
“Que lo Salve si le tiene aprecio”, es una declaración que revela la frecuente ignorancia y crueldad de aquellos que se oponen a YEHOVAH y a Su pueblo.
Clamaba el ver ninguna liberación, cuando en verdad llegaría pronto, también, cuestionaba la complacencia en DIOS por parte del Desamparado, cuando el Altísimo se complacía verdaderamente en él.
Versos del 10 al 12
David entendió, tanto para él y proféticamente hablando del Mesías por venir, que en la profundidad de la agonía y el sentido de abandono, no podía apelar a DIOS al recordar mejores tiempos.
El Desamparado no dijo, “Ya que me siento abandonado por DIOS, Yo le abandonaré”.
Sino que permaneció firme en medio de la noche oscura del alma e hizo una apelación ante DIOS, quien cuidó de él desde el nacimiento.
El ruego por ayuda es declarado de una manera elocuente y persuasiva. “DIOS parece alejarse, pero la angustia está cerca y no hay quien ayude, así que Tú debes ayudarme, DIOS”.
Versos del 13 al 19
El Desamparado de nuevo describe Su crisis. Describió a las personas que le atormentaban como fuertes toros de Basán, grandes animales cuyo proverbio se debe a su fuerza, le rodearon y le amenazaron.
“El toro” es el emblema de una fuerza brutal, la cual cornea y pisotea todo delante de él.
Los sacerdotes, ancianos, escribas, fariseos, gobernantes y capitanes, bramaron alrededor de la cruz como ganado salvaje, alimentados de los rebosantes y solitarios pastos de Basán, llenos de fuerza y furia, pisotearon y echaron espuma alrededor del Inocente y deseaban acornarlo a muerte con sus crueldades.
El Desamparado se sintió completamente vacío, percibió que no tenía ningún recurso en sí mismo para hacer frente a la crisis actual.
Cualquier fuerza o resistencia que tenía fueron derramadas como aguas sobre el piso.
Esto describe el extremo físico de David en ese tiempo, pero también es una sorprendente profecía del futuro sufrimiento del Hijo de David en la cruz.
La posición deliberadamente extraña y tensa del hombre crucificado significaba que aquel en la cruz podía decir, “mis huesos se descoyuntaron”.
David no conocía la práctica de la crucifixión en sus días, pero describió la agonía física con la certeza de un profeta del Señor.
Utilizó esta estremecedora frase poética para describir la extensión de su miseria, quizás tenía en mente la maldición que DIOS pronunció sobre Adán después de su pecado, “polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3, 19).
Ya que toda la humanidad fue contenida en Adán, esta maldición se extiende a toda la raza humana y David se sintió a sí mismo cerca del polvo de la muerte.
Obviamente David no murió en la crisis descrita en este Salmo, vivió para escribirlo y otros, llegó al filo de la mortalidad cuando DIOS lo puso en el polvo de la muerte.
Pero Yeshúa, “Bem David” que significa “hijo de David” fue hundido al polvo de la muerte y a toda la maldición que ello implicaba.
Yeshúa Ha Mashiaj llevó el aguijón de la maldición de Adán por nosotros (Gálatas 3, 13) para que nosotros no tuviéramos que llevarla nosotros mismos.
La crisis de David hubiera sido lo suficientemente mala aun si estuviera rodeado de amigos simpáticos, su miseria fue multiplicada debido a que había hombres más violentos y malvados en cada lado.
En Su muerte, el Hijo de David tenía pocos simpatizantes, enemigos, burladores, escarnecedores rodearon a Jesús en la cruz y buscaban hacer peor su sufrimiento (Mateo 27, 39-44; Marcos 15, 29-32).
De cualquier forma, cientos de años antes de que los Romanos adoptaran la práctica Persa de la crucifixión, David describió las heridas de la crucifixión que su Gran Hijo llevaría.
David examinó sus heridas y entendió que no tenía huesos rotos, mostrando que su Hijo tampoco, a pesar de su gran sufrimiento en la cruz, no tuvo huesos rotos.
Juan cuidadosamente registró esto (Juan 19, 31-37), cumplió esta profecía, así como salmo 34, 20 y el patrón del cordero de la Pascua como esta descrito en Éxodo 12, 46 y Números 9,12.
En su crisis, David era el enfoque de una atención no deseada, sus atormentadores no le permitieron la dignidad de sufrimiento privado, sino que expusieron todas las cosas mientras miraban.
El Gran Hijo de David tampoco halló lugar para esconderse de las miradas no deseadas de los hombres crueles y escarnecedores en la cruz.
En la cruz Jesús fue el enfoque, no solo del escarnio y la humillación (Mateo 27, 39-44; Marcos 15, 29-32), sino también de un sencillo asombro, como cuando el centurión dijo, “¡Verdaderamente éste era Hijo de DIOS!” (Mateo 27, 54).
Lucas también notó “y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho” (Lucas 23, 48).
“Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”, David fue humillado anteriormente delante de sus adversarios, sin tener poder en contra de ellos, que tomaron sus ropas y las usaron para ellos mismos.
Como era la costumbre de ese tiempo, Jesús fue despojado hasta estar desnudo en la cruz y los soldados echaron suertes por su ropa al pie de la cruz.
Juan 19, 23-24 y Mateo 27, 35 citan esta línea del Salmo 22 mientras era cumplida.
Versos del 20 al 22
La petición del verso 11 se repite aquí, David parecía creer que podía soportar cualquier cosa si disfrutaba conscientemente de la presencia de YEHOVAH DIOS.
Su ruego no está enfocado en el cambio de su situación, sino en la presencia de YEHOVAH DIOS en la crisis.
Al imaginar a sus adversarios como animales salvajes “el perro… la boca del león… los cuernos de los búfalos”, David ruega por la ayuda y salvación que trae la presencia de YEHOVAH DIOS.
Estas líneas no sólo reflejan el gran peligro y miseria tanto de David y su Gran Hijo, sino especialmente su confianza en el Señor DIOS como su libertador. YEHOVAH DIOS y solo ÉL es su esperanza.
Versos del 23 al 24
Después de derramar Su alma en agonía, ahora el Desamparado tiene un sentido glorioso de que YEHOVAH DIOS le responderá.
La crisis se volvió soportable en el conocimiento que DIOS no es removido de nuestro sufrimiento, ni se queda en silencio.
La respuesta de YEHOVAH DIOS para el Desamparado instantáneamente significó que él ya no se sentía desamparado.
La salvación de la crisis misma puede aún estar por venir, pero la salvación del sentido de ser olvidado por el Altísimo en medio de la crisis fue suya.
No después de ser librado, si no dentro de la misma crisis, ahora la promesa es hecha para glorificar y anunciar al DIOS de salvación.
Otros necesitaban saber de la grandeza de YEHOVAH DIOS en tal apuro.
El mandato es dado para alabar, anunciar y temer a YEHOVAH, el DIOS de esta gran salvación merece estas tres cosas de toda la humanidad.
Vemos proféticamente en esta sección a Jesús hacer dos grandes cosas después de Su gran obra en la cruz:
· Yeshúa declara el nombre de YEHOVAH DIOS, “Anunciaré tu nombre a mis hermanos”.
· Yeshúa dirige a los Redimidos a alabar, “En medio de la congregación te alabaré”.
Versos del 25 al 26
Las palabras triunfantes de David, de nuevo, perfectamente cumplidas en su gran hijo Yeshúa, reflejan una gran sabiduría y profundidad espiritual.
El DIOS que le responde al Desamparado aun permitió la aflicción del afligido, porque no menospreció ni abominó.
DIOS ha utilizado y utilizará dicha aflicción para un buen y gran propósito.
Hay dos aspectos hacia una correcta respuesta de dicha maravillosa salvación, lo primero es una alabanza pública, lo segundo es guardar los votos.
Versos del 27 al 28
Si DIOS muestra tal fidelidad hacia los afligidos, entonces hay esperanza para los humildes.
YEHOVAH DIOS cuidará de los humildes que confían en ÉL y que le buscan, ellos alabarán a YEHOVAH DIOS también.
Hay una promesa en esto, que aquellos que le buscan de hecho encontrarán a YEHOVAH DIOS y por tanto le alabarán.
La fidelidad de DIOS por el Desamparado, aún se convierte en la base para traer de todos los confines de la tierra hacia YEHOVAH DIOS.
No solamente es verdad que el Señor no menospreció ni abominó la aflicción del afligido (vs 24).
Pero ÉL usa esa aflicción para alcanzar todos los confines de la tierra para el conocimiento de YEHOVAH DIOS, de arrepentimiento hacia ÉL y Su adoración.
Versos del 29 al 32
La experiencia de aflicción y crisis no hizo que el anteriormente Desamparado perdiera ningún sentido de su confianza en el poder y autoridad de YEHOVAH DIOS.
El reinado del Señor sobre todas las naciones, tiene sentido tanto en Su crisis anterior y el llamado de todas las naciones a adorar delante de ÉL (vs 27).
Se postrarán delante de ÉL todos los que descienden al polvo, el Señor DIOS es exaltado de una manera tan sublime que todos le honran, tanto los poderosos de la tierra como aquellos que descienden al polvo.
La fidelidad de YEHOVAH DIOS para el que fue Desamparado es hablada a través de las generaciones, trayendo gran gloria al Señor.
Todos mirarán a lo que fue cumplido en y a través del anteriormente Desamparado, y escucharán, “que ÉL hizo esto”.
· Esto resulta en servicio a través de las generaciones, “La posteridad le servirá”.
· Esto resulta en la fama de DIOS a través de las generaciones, “Esto será contado de YEHOVAH DIOS hasta la postrera generación”.
· Esto resulta en la extensión del mensaje de la justicia de YEHOVAH DIOS a través de las generaciones, “Vendrán, y anunciarán su justicia; a pueblo no nacido aún”.
El salmo comenzó con el clamor de abandono, termina con la palabra “ÉL hizo esto” y de un anuncio del gran clamor de nuestro Señor, “consumado es”.