Mosqueteros de Yehovah

Salmos Capítulo 119. Parte IV Versos del 153 al 176

T. Resh: Avivamiento de Acuerdo a la Palabra de DIOS.

Versos del 153 al 154

En tiempos difíciles, un ruego por vida nueva de parte de la Palabra de DIOS.

Se nos recuerda que la vida del Salmista no era vivida en una torre de marfil o en un lugar asegurado, en los cuales todo lo que él hacía era estudiar la Biblia todo el día.

Convivió con personas, unos de los cuales se hicieron sus enemigos u oponentes, vivió una vida que experimentó aflicción.

En la vida a algunos la aflicción les conduce lejos de YEHOVAH DIOS y Su Palabra, para el Salmista, tales problemas le conducían cerca del Creador y Su Palabra.

Buscó por ayuda y salvación fuera de sí mismo, esto refuerza la idea de que sus reclamos anteriores hacia la justicia no eran absolutos y fueron hechos comparándose a sí mismo hacia otros hombres y hombres impíos.

Sabía que necesitaba que DIOS defendiera su causa, necesitaba redimirlo, esta manera de pensar es repetida de pasajes anteriores en los versos 25 y 107, el Salmista quería ser vivificado y el tener esa vida que de la Palabra de DIOS.

Versos del 155 al 156

Los impíos están lejos de la Salvación, el Salmista entendió que los impíos no serían salvados, así como Pablo lo declaró después (Gálatas 5, 19-21).

Pero él también entendió que la maldad de ellos, estaba arraigada en su renuencia de buscar a YEHOVAH DIOS por medio de Su Palabra “no se interesan en tus preceptos” (vs 155).

Aunque los impíos estaban lejos de la Salvación y lejos de la Palabra de DIOS, las Misericordias de YEHOVAH DIOS están cerca para todos los que las busquen.

De una manera paradójica, aunque la Salvación de YEHOVAH estaba lejos de ellos, DIOS no estaba lejos debido a Sus Misericordias.

Esta es la misma manera de pensar, repetida del verso 154, el Salmista enfatiza que la Palabra de DIOS es tanto la fuente y la medida para ser vivificado.

Versos del 157 al 158

Guardando la Palabra de DIOS a pesar de la persecución, el Salmista, no estaba resguardado en un ambiente de constante estudio de la Biblia.

Su confianza en la Palabra de DIOS fue forjada en el mundo real, un mundo lleno de perseguidores y enemigos.

La presencia de tantos perseguidores y enemigos no hicieron que el Salmista se desesperara o dudara del amor de YEHOVAH DIOS para con él.

No tenía la expectación de que una vida piadosa era una vida libre de problemas, en lugar de eso, estaba determinado en seguir enfocado y estar encaminado hacia la Palabra de DIOS.

No era que el Salmista esperara un comportamiento piadoso de los impíos, de los cual Pablo nos advirtió en 1 Corintios 5, 9-13, se sentía disgustado debido a que DIOS y Su Palabra estaban siendo rebajados, aun cuando esto proviniera de los desagradables.

Versos del 159 al 160

Vivificado por la Palabra que es completamente Verdad y duradera, el Salmista le pidió a YEHOVAH DIOS que mirara su amor hacia Su Palabra, pero después pidió ser vivificado en base a la Misericordia de DIOS, en lugar de lo que merecía.

Una idea declarada anteriormente (verso 88), aquí se repite, el énfasis señala que el ser vivificado jamás puede ser merecido o ganado, sino dado, por parte de la Misericordia de YEHOVAH DIOS.

El Salmista de nuevo declara el carácter infalible de la Palabra de DIOS, toda la Palabra es Verdad, no solamente porciones o los conceptos de la Palabra y no solamente es Verdad, es por siempre Verdad.

U. Shin: En Admiración por la Palabra de DIOS.

La estrofa “shin” casi era enteramente una oración, en estas estrofas las peticiones tienden a dejarse de lado, la estrofa veintiuno, la estrofa del pecado “shin” no tiene oraciones explícitas y en su lugar llega una calmada y obediente espera por YEHOVAH DIOS.

Versos del 161 al 162

El tesoro de la admirable Palabra inspirada de DIOS, en el mundo de la vida real del Salmista, aún convivió con príncipes, gobernantes entre los hombres, quienes le persiguieron sin causa.

Aún la persecución por aquellos en autoridad, no haría que el Salmista perdiera su temor de las Palabras de DIOS, no tenía una apreciación condicional de la Palabra de DIOS, la amaba en los tiempos buenos y malos.

El Salmista amaba la Palabra de DIOS como algunos aman los despojos, sabía que era preciosa y enriquecedora para la vida, pero en el Hebreo original se tiene los despojos o botines de guerra en el sentido de tesoros.

Versos del 163 al 164

Continuamente alabando al DIOS de la Palabra, el odio y amor en este verso encajan perfectamente, quien ama la Verdad ama la pura Verdad de YEHOVAH DIOS, naturalmente abominará las mentiras.

La Bondad y la Gloria de la Palabra de DIOS “tus juicios son justos” propiciaron alabanza de parte del Salmista, esta alabanza era constante y continua “siete veces al día”.

Versos del 165 al 166

La Paz de obediencia hacia la Palabra de DIOS, el gran amor que el Salmista tenía le trajo beneficios reales a su vida, le trajo mucha paz y estabilidad en la vida, “no podrá hacerlos tropezar”.

El Salmista aquí muestra el tipo de Fe activa y confianza que salva. Él tenía Fe en YEHOVAH DIOS para salvación, pero también era una Fe que podía decir, “pongo en práctica tus mandamientos.

Este es el tipo de Fe viva que tanto es promovida en el Libro de Santiago.

Versos del 167 al 168

El Salmista guardó la Palabra de DIOS, no solamente con sus acciones externas, pero con su alma también.

Su amor y conformidad hacia la Palabra de DIOS estaban profundamente arraigadas, no eran superficiales.

Para el Salmista, el conocimiento que “a tu vista están todos mis caminos” le propiciaba la obediencia.

Él sabía que el DIOS que dio la Palabra también observaba su vida, esto está en contraste con los muchos que viven como si DIOS no observara todos los caminos de un hombre.

V. Tav: Buscado por DIOS y Su Palabra.

El Salmista se está acercando al final del Salmo y sus peticiones toman fuerza y fervor, parece romper hacia el círculo interior del compañerismo divino y llegar aún a los pies del gran DIOS, cuya ayuda implora.

Esta cercanía crea la vista más humilde de sí mismo y le lleva a cerrar el Salmo sobre su rostro en una profunda auto humillación, rogando el ser buscado como una oveja perdida.

Versos del 169 al 170

El clamor del Salmista es una expresión de oración, un ruego para obtener entendimiento “según tu Palabra”, quiere que sus pensamientos sean transformados conforme a la Palabra de DIOS.

Esta es otra referencia a la oración hecha por el Salmista, esta vez una oración por liberación, “de acuerdo a tu Palabra”, quería liberación, pero solamente la quería al ser consistente con la Palabra revelada y Voluntad de DIOS, no quería una liberación injusta o imprudente.

Versos del 171 al 172

Alabando a YEHOVAH DIOS y hablando de Su Palabra, el Salmista quería que sus palabras “labios” dieran alabanza a YEHOVAH DIOS y hablaran de Sus dichos, sabía que a menudo las palabras son impías o vanas o ambas.

Estaba determinado en que otros le escucharan dar alabanza a DIOS y que hablara de Sus dichos, sus labios podían alabar a YEHOVAH DIOS debido a que habían sido enseñados por Su Palabra y enseñados por YEHOVAH DIOS mismo.

Los labios del Salmista no alaban al Altísimo por naturaleza, se le debía de enseñar la Verdad de DIOS y ser enseñado por YEHOVAH DIOS mismo, también, la Palabra de DIOS informó su alabanza, era inteligente.

Al conocer la pureza e inefabilidad de la Palabra de DIOS, hacía que el Salmista quisiera hablar de ello a otros, la profundidad de su confianza le hicieron querer el compartirlo con otros.

Versos del 173 al 174

Anhelando la salvación y el amar la Palabra de DIOS, el Salmista sentía que podía pedir audazmente por la ayuda de YEHOVAH DIOS, debido a que él había elegido el amar y guardar su Palabra de Vida.

Estas dos expresiones van juntas, debido a que la salvación de YEHOVAH DIOS es de parte y de acuerdo con Su Palabra (1 Pedro 1, 23), es natural para él tener su delicia en la Palabra de DIOS, mientras deseaba la Salvación de YEHOVAH DIOS.

Versos del 175 al 176

Dependiendo en la Palabra de DIOS que nos busca, el Salmista reconoció que su alma necesitaba tanto la vida de YEHOVAH DIOS y la guía de la Palabra de DIOS, con esta combinación de vida y guía, él construirá una saludable relación con el Altísimo.

Este gran Salmo termina con una nota conmovedora, el Salmista recordó su propia frialdad y tendencia pecaminosa “errante como oveja perdida” (vs 176), y por lo tanto, le pidió a YEHOVAH DIOS que le buscara.

Podemos resumir que YEHOVAH DIOS buscó a Su siervo (Doulos) en Su Palabra.

ÉL nos busca en Su Palabra, Su Palabra nos prueba, nos anima, nos fortalece, nos reprende, nos ayuda, nos enseña, nos da inteligencia y nos protege.

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1 comentario en «Salmos Capítulo 119. Parte IV Versos del 153 al 176»

  1. La palabra qué es el verdadero alimento para llevar una vida apartada nos da la bendición de ser luz y con ella alcanzamos vivir en la promesa del padre de vivir en la tierra prometida cada corrección nos lleva por el camino de la verdad y ser ejemplo para otros.
    Solo hay victoria en Cristo Jesús

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