Este Salmo no tiene título en medio de varios que, si lo tienen, comparte unos temas similares al Salmo 9, muchos creen que originalmente era la segunda parte del Salmo 9.
Hay más razones para dudar esto en lugar de creerlo, este Salmo correctamente es presentado como un Salmo de lamento, al ver la aparente prosperidad de los impíos, sin embargo, se tiene una confianza final en los juicios de YEHOVAH DIOS.
No hay un Salmo que describa la mente, los modales, las obras, las palabras, los sentimientos y el destino de los impíos con mucha exactitud, plenitud y claridad como este Salmo lo hace.
Versos del 1 al 4
Cuestionando la aparente inactividad de YEHOVAH DIOS en contra de los impíos, aquí el Salmista preguntó algo bien conocido para aquellos que siguen a YEHOVAH DIOS, la preocupación, ocasiones y ansiedad de ver la aparente inactividad del Todopoderoso.
El Salmista consideraba que el Justo Juez era indiferente, estaba lejos y se escondía en tiempos de tribulación.
Esto explica el porqué el Salmista estaba tan afligido por la aparente inactividad de YEHOVAH DIOS.
Miraba a los impíos, hombres con orgullo, que no solamente perseguían a los pobres y que daban su aprobación de otros pecadores, sino que también pecaban en contra del Altísimo.
Esta era la oración del Salmista en cuanto a los malos, en otros Salmos esta es una expectativa que se espera, Salmo 9, 15.
Versos del 5 al 7
El Salmista protestó hacia YEHOVAH DIOS sobre la altivez de los malos, no solo ellos parecían disfrutar de una constante prosperidad, sino que lo lograban hacer debido a que los juicios del Altísimo estaban muy lejos de su vista.
El Salmista examinó y expuso los pecados de los impíos, desprecian a sus adversarios, hay orgullo y pecado en su corazón, boca y debajo de su lengua.
No es de maravillarse el porqué quería que YEHOVAH DIOS detuviera a este tipo de pecador.
No nos impresiona que tan seguido las palabras impías de los hombres, las cuales hoy se tienen como si no fueran pecado, son tenidas como pecado en los Salmos.
Maldecir, mentir, amenazar, engañar, palabras fraudulentas y destructivas, éstas fluyen de aquel que no cree que YEHOVAH DIOS pedirá cuentas.
No quiere que ningún profeta le enseñe, que ningún sacerdote haga expiación por él o que ningún rey le dirija, no necesita ni a Cristo que le redima, ni al Espíritu que le santifique, no cree en la Providencia, ni adora al Creador y no teme a ningún Juez.
Versos del 8 al 11
La violencia y blasfemia de los inicuos, el Salmista continúa examinando al impío, los cuales le han atribulado. La clave de la naturaleza de este impío es el sigilo, acecho, escondrijos, sus ojos están acechando, acecha en oculto, se agacha.
Otra característica del impío es que es visto como un bravucón, enfocando su violencia en contra de los débiles, inocentes, desvalidos y pobres.
No es lo suficiente humano u honorable para combatir abiertamente a aquellos que pudieran efectivamente contraatacar.
El patético estado de sus víctimas es mostrado en la palabra desvalido o “pobre infeliz” (Salmo 10, 8.10.14).
Desvalido, indigente o huérfano es una palabra que se halla sólo en este Salmo (vs 8, 10, 14), la cual ha recibido varias explicaciones, pero que probablemente se derive de una raíz que quiere decir miserable, indefenso o algo parecido.
Para el Salmista esto hacía que el homicidio, la opresión y el acoso del impío, abrigara la esperanza de que YEHOVAH DIOS lo hubiera olvidado y nunca vería la maldad hecha en contra del pobre y desvalido.
Versos del 12 al 13
El salmista hace un llamado para que YEHOVAH DIOS tome acción. No está declarado, pero se cree que David lo escribió, ya que está entre varios Salmos que se le atribuyen específicamente a David (Salmos 3-9; 11-32).
David es un hombre de acciones valientes y de un espíritu guerrero, no espera pasivamente detrás, mientras que los impíos asesinan y aterrorizan a los débiles y desvalidos.
La única excepción a esto sería si los impíos estuvieran en un lugar de autoridad que YEHOVAH DIOS les hubiera asignado, tal como Saúl lo fue para Israel, quizás David sabía que no era su lugar el levantar su mano en contra del ungido de YEHOVAH DIOS.
El Salmista contestó su propia respuesta en las siguientes líneas. Desprecia el malo a YEHOVAH DIOS porque dice en su corazón que no se le tomará en cuenta.
La paciencia de DIOS, en lugar de conducir a tal persona al arrepentimiento, solamente le endurece en su iniquidad.
Debido a que la sentencia en contra de una mala obra no es ejecutada con rapidez, cree que jamás será ejecutada.
Esta observación tiene una oración inherente “Señor, inquiere del malvado que te desprecia”.
Versos del 14 al 15
Pidiendo la ayuda de YEHOVAH DIOS en vista de Su bondad hacia los desvalidos, después de reflexionar, el Salmista reconoce que YEHOVAH DIOS ha visto, aquí está la confianza en los juicios del Altísimo.
YEHOVAH DIOS, recompensará a los inicuos por sus pecados, dará respuesta al desvalido y será el amparo del huérfano.
El Salmista llama a YEHOVAH DIOS para que ayude al débil al quebrantar al inicuo y al malo y que persiga la maldad hasta que no halle ninguna.
Versos del 16 al 18
Confianza en los juicios de YEHOVAH DIOS, el Salmista comenzó casi con desesperación en sus tiempos de tribulación, termina con calma y seguridad en el reinado de YEHOVAH DIOS como el Rey eterno.
Al recordar las victorias pasadas de YEHOVAH DIOS en contra de los crueles enemigos de Su pueblo, en este caso los Cananitas que ocupaban Su tierra, le dio al Salmista una mayor confianza en cuanto la actual ayuda del Señor.
El Salmista termina con seguridad en la justicia de DIOS la cual será aplicada sobre el impío.
Lo que comenzó con un sentido de desesperación en tiempos de tribulación ha terminado con una segura confianza en la justicia y victoria de YEHOVAH DIOS.
Bajo el gobierno de YEHOVAH DIOS, el día llegará cuando, “Aquel hombre que es de la tierra ya no será más alguien terrible”. Estas fueron las conclusiones del salmo y constituyen una respuesta apropiada hacia su pregunta inicial.