En este capítulo 5, se muestra una exhortación a la fidelidad conyugal, vivir una vida pura, lo que se siembra se cosecha, el resultado de una vida alejada de YEHOVAH DIOS trae consecuencias.
Versos del 1 al 16
Dios camina con su pueblo. Juicio “para nosotros no salía el sol”, tras la preparación del breve apartado anterior, viene la reflexión de los impíos en el momento del juicio final, sus propias obras los acusarán y mostrarán el vacío de su comportamiento, contrapartida de lo que encontrábamos en el capítulo segundo (Lucas 6, 20-26).
El discurso aparece encuadrado con palabras del narrador (vs 2-3.14) bajo la óptica de la esperanza.
El pasaje recuerda un género literario muy utilizado en la literatura griega antigua (la retractación), aunque con imágenes propias del Antiguo Testamento:
Hijos de Dios, o “Santos de Dios” (Salmos 29, 1; Job 1, 6; Eclesiástico 42, 17; Isaías 4, 3; Daniel 7, 18; Zacarias 14, 5). La luz de la justicia (Isaías 59, 9) y Vida fugaz (Salmo 1, 4; Job 9, 25-26).
La salvación o la condenación son asumidas por los textos más tardíos de la Biblia y también por la tradición de la Iglesia como una realidad que se encuentra fuera de la historia.
La vida del creyente está llena de sentido y de felicidad ya en esta tierra (versos 15-16). Los justos viven eternamente.
Se presenta ahora la contrapartida de la situación anterior, mientras la recompensa de los impíos es una vida sin sentido, para los justos será la vida eterna junto a Dios (Isaías 62, 11), expresado también con imágenes típicas de la Biblia (Proverbios 4, 9; 1 Corintios 9, 25).
La retribución aparece aquí descrita como el reconocimiento de los méritos realizados en la vida y una existencia junto a Dios.
Pero, ¿acaso no es posible la experiencia de esto mismo en esta tierra? Pues de lo contrario, ¿no estaremos olvidando aspectos fundamentales de la encarnación de Dios?.
Versos del 17 al 23
Vestirá la coraza de la justicia. Se describe aquí el juicio final anunciado por los profetas (Isaías 28, 17; Ezequiel 13, 13; 38, 22; Apocalipsis 8, 7; 11, 19; 16, 21) con términos apocalípticos (Isaías 24-26; Amós 8, 8-9).
Dios aparece como un guerrero a cuyo lado combate la creación entera.
Igualmente, los elementos aquí empleados se encuentran ya en los libros más antiguos del Antiguo Testamento:
La espada divina (Deuteronomio 32, 41; Isaías 66, 16; Ezequiel 21).
La tempestad (Éxodo 19, 16; Salmos 18, 15) o el desencadenamiento de las aguas (Jueces 5, 21; Salmo 18, 5).
Hay muchos lugares en la Biblia en que Dios aparece lleno de venganza y de ira contra los enemigos.
¿Cómo es posible? Normalmente respondemos que se trata de textos que reflejan una mentalidad arcaica.
Pero cabe también otra reflexión: todas las realidades humanas, el amor, el odio, el trabajo, el ocio, pueden estar orientadas hacia Dios, la clave consistirá en dejar de lado el egoísmo y en poner en ÉL, el sentido de todas las cosas.