Mosqueteros de Yehovah

Proverbios Capítulo 17

Versos del 1 al 14

Una vez más, la sabiduría es la alternativa que necesita el ser humano para vivir bien. Ésta no se consigue de la noche a la mañana, es necesario dejarse acrisolar por ella, dejarse moldear.

Una vez alcanzada, quien la posee debe ser consciente que todavía necesita la corrección y que debe acogerla con alegría para que tenga provecho.

Todo hombre y mujer están llamados a buscar la sabiduría. Aunque se trate de un esclavo, si adquiere sabiduría tendrá mayor relevancia que un hijo libre, literalmente “descabezado” (vs 2), lo cual significa que la sabiduría no tiene en cuenta procedencia, ni clase social.

Según el maestro de sabiduría, es mejor toparse con una osa a quien le han robado sus cachorros, que con un tonto o necio diciendo delirios o sandeces (vs 12), la falta de sabiduría merma la calidad de la persona.

Versos del 15 al 23

Comienza y termina esta perícopa con dos alusiones claras a la injusticia que cometen el que absuelve al culpable y condena al inocente (vs 15) y el que acepta soborno para torcer el juicio (vs 23), figuras que en nuestros pueblos y comunidades nos son tan familiares.

Que sean prácticas comunes no significa que tengamos que hacerlas y aceptarlas, es necesario denunciarlas por todos los medios y hacer ver que son contrarias al querer y a la voluntad divina.

Versos del 24 al 28

La sabiduría no es algo que nos invade en un momento, hay que saber buscarla y encontrarla, sólo el que es sensato sabe descubrirla y la encuentra muy cerca de sí, el que es necio o insensato no sabe distinguirla, aunque la tenga cerca ante alguien de mayor rango social con algún don.

Con el objetivo de ganarse su favor y expresar en cierto modo sumisión, ése podía ser el sentido de uno de los últimos ejemplos bíblicos, ya del Nuevo Testamente, los reyes magos que se presentan ante el Hijo de YEHOVAH Dios con costosos presentes.

Esta costumbre es todavía muy común, tanto entre los grandes y poderosos como entre los humildes y sencillos.

Podemos impregnarla de Evangelio haciendo de ella una verdadera honra a quienes son las autoridades, compartir y solidaridad con las personas que amamos.

En este capítulo, la idea general está enmarcada en la “Ley de Siembra y Cosecha”, todo el que invierte para progresar en propósitos de muerte es detestado por el Altísimo, ya que sus acciones van en contra de la Palabra de Vida.

El insensato no probará jamás la sabiduría, en contraposición se muestra la ventaja del que cuenta con la sabiduría para sembrar su semilla, sus proyectos se desarrollaran plenamente.

Por causa que sus decisiones cuentan con el aval del Todopoderoso, no tuerce el derecho ni compra voluntades, pero ciertamente le proporcionará al que siembra en sabiduría, los buenos oficios del prójimo.

Toda riqueza levantada con engaños, se convierte en una trampa para el injusto, sus propios esfuerzos lo pierden cada vez mas porque no cuentan con el Señor como consejero de sus emprendimientos.

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