Mosqueteros de Yehovah

Números Capítulo 13

Versos del 1 al 3

Nos podemos preguntar ¿de quién fue la idea de enviar a los espías?, ¿Era acaso ésta la idea de YEHOVAH DIOS? y ¿Era realmente la intención de YEHOVAH DIOS espiar la tierra?

No. Siempre necesitamos tener un cuadro compuesto y completo de la Palabra de YEHOVAH DIOS.

Porque muchas veces un cierto aspecto de verdad es expuesto en un pasaje Bíblico y otro aspecto es presentado en otro lugar.

Por ejemplo, necesitamos los relatos de los cuatro Evangelios para tener una apreciación completa y total del Salvador.

Al parecer, esta iniciativa de enviar espías, proviene de parte de YEHOVAH DIOS.

Lo que ocurrió es que el Altísimo estaba haciendo esto en respuesta a una petición del pueblo de Israel. Para ello observemos el relato incluido en el libro de Deuteronomio 1, 20-23:

“20 Entonces les dije: Hemos llegado a esta montaña del amorreo, que YEHOVAH, nuestro DIOS, nos da. 21.Mira, Israel, YEHOVAH DIOS pone a tu disposición todo este territorio; sube, pues, y toma posesión de él como YEHOVAH, el DIOS de tus padres te ha dicho. No tengas miedo ni te desanimes. 22. Entonces todos ustedes se acercaron a mí y me dijeron: Manda mejor algunos hombres delante de nosotros para que exploren el país y nos enseñen los caminos que llevan a las ciudades que podremos asaltar. 23. Me pareció bien esa propuesta y tomé de entre ustedes doce hombres, uno por tribu”

La idea de enviar espías a la tierra, no fue de YEHOVAH DIOS.

El envío de los espías, denotó debilidad y temor por parte del pueblo.

Había el temor, que quizá no serían capaces de conquistar la tierra.

Había sido muy fácil que el pueblo se justificara, diciendo que la prudencia aconsejaba la necesidad del envío de los espías.

Pero, el caso fue que YEHOVAH DIOS era quien les estaba guiando.

De modo que, esta solicitud demostraba más bien, una falta de “Fe”. No estaban confiando en YEHOVAH DIOS.

YEHOVAH DIOS sabía todo en cuanto a la TIERRA prometida. ÉL no le habría enviado a esa tierra, si supiera que no podrían apoderarse de ella.

Cuando por fin entraron en la tierra prometida, los gigantes todavía estaban allí, así como todos los mismos problemas; sin embargo, conquistaron la tierra.

¡Qué importante es para nosotros hoy este mensaje!, para preguntarnos si ¿Andamos realmente por la Fe?

Por supuesto que debemos adoptar precauciones, pero llega un momento en que es necesario encomendar nuestro camino a YEHOVAH DIOS.

Así, como lo dice el salmista en el Salmo 37, 5 “Encomienda al Señor tus empresas, confía en ÉL que lo hará bien”.

Todos tenemos que llegar a un lugar, por ello, en nuestras vidas debemos encomendar los caminos de nuestra vida a ÉL, confiando completamente en YEHOVAH DIOS.

Los israelitas habían llegado a un momento decisivo en sus vidas. Lo que debían hacer, era encomendar su camino a YEHOVAH DIOS y confiar en ÉL completamente.

Ellos no lo hicieron. Decidieron enviar a los espías, para averiguar lo que les esperaba más adelante.

Tenemos otro caso en el cual YEHOVAH DIOS cede a los deseos de Su pueblo.

ÉL permite lograr lo que pedían. Sin embargo, como dice en el Salmo 106,15 “ÉL les concedió lo que pedían, se lo dio hasta que tuvieran asco”.

Ahora, después de demostrar su falta de Fe y Confianza en YEHOVAH DIOS, ÉL dispone que se envíen los espías a la tierra y así contesta su petición.

YEHOVAH DIOS ordena que se haga de una manera ordenada y que un príncipe de cada tribu sea escogido.

Versos del 4 al 16

Aparecen los nombres de todos estos espías que fueron enviados. Pero entre todos estos, los únicos que realmente nos interesan, son los que aparecen en los Vs 6 y 8.

Por la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefoné y por la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.

Oseas es otro nombre con el cual fue designado Josué.

Dos hombres extraordinarios que trajeron el informe minucioso, que ciertamente llegaba a conclusiones contrarias al que presentaron los otros diez (10) espías.

Versos del 17 al 20

Ahora, los espías están listos para entrar en la tierra. Les ha sido encargada su comisión y saben lo que deben hacer.

Ellos, debían emplear todos sus sentidos carnales para diferenciar lo bueno de lo malo.

Esto indica que YEHOVAH DIOS, los entregó a la concupiscencia de su alma rebelde, pecaminosa en gran manera.

Fueron incapaces de reconocer, que su actitud era una afrenta contra YEHOVAH DIOS.

Aspecto muy importante, por más que lo enseñamos una y otra vez, hoy la gente es tan terca como los Israelitas en el desierto.

Se empeñan en juzgar todo a través de la percepción de los sentidos.

Los mismos que fueron abiertos en el jardín del Edén, con el primer acto independiente de la raza humana respecto a la instrucción de YEHOVAH DIOS.

YEHOVAH DIOS, no se va a rebajar a discutir con nosotros y negociar hasta que lleguemos a un acuerdo.

Amados hijos, por más lógico que parezca esta basura psicológica, es doctrina diabólica pretender evaluar si lo que YEHOVAH DIOS demanda, es lo que nos conviene.

Admitamos de una vez por todas, nuestra relación con la autoridad no se puede basar en la negociación o la confrontación de las decisiones por el parecer de los sentidos, cuando estos mismos, son los que causan la muerte espiritual en nosotros.

Se necesita de una verdadera humildad con el prejuicio de Obedecer, para caminar de la mano de YEHOVAH DIOS.

La resistencia a la autoridad legal, produce distanciamiento que tarde o temprano produce la muerte de la Comunión.

Verso 21

Emat, quedaba al extremo norte de la tierra. Así que los espías, cumplieron su misión en forma admirable.

Bien pudieron haber escrito un libro y titularlo “Dentro de Palestina” o “Dentro de la Tierra Prometida”.

Ahora, eran ya “expertos” en cuanto a la tierra.

Versos del 22 al 25

Nuestra traducción, da la impresión de que se necesitaban dos hombres para llevar un solo racimo de uvas. Por lo menos, lo que hicieron fue cortar suficientes uvas,

Uvas suculentas, por cierto y todos estos racimos fueron colgados de un palo, llevado entonces por dos hombres.

Los espías trajeron de vuelta muestras del fruto, para demostrar lo maravillosa que era la tierra prometida.

Verso del 26 al 27

Aquí se presenta el reportaje de estos espías sobre su viaje de reconocimiento.

YEHOVAH DIOS tenía toda la razón cuando dijo que era una tierra en la que la leche y la miel corrían como el agua.

Ahora, ellos sólo estaban confirmando lo que YEHOVAH DIOS ya les había dicho.

Versos del 28 al 30

Era una realidad que había gigantes en la tierra. Las ciudades estaban amuralladas y bien protegidas.

Su informe era correcto, pero, lo interpretaron mal.

Allí fue donde se equivocaron y esta mala interpretación de los hechos, la vemos también reflejada en los Vs finales de este capítulo.

En el Vs 30 presentan el informe minoritario, el único que presenta la correcta interpretación de los hechos es Caleb.

Los otros espías trataron de refutarlo. Sólo Josué estuvo de acuerdo con Caleb.

Este informe concordó perfectamente con los hechos. Había dos diferentes apreciaciones u opiniones en cuanto a la interpretación de esos hechos.

Según este informe de la minoría, sería posible entrar y apoderarse de la tierra. Pero, de acuerdo con el informe de la mayoría, no era posible tomar posesión de la tierra.

Ahora, el pueblo desbordado por sus sentidos carnales, creyó el informe de la mayoría. No creyeron, que les fuera posible tomar posesión de la tierra.

Es decir, les faltó Fe en la palabra de YEHOVAH DIOS y por ello, tuvieron consecuencias, que las veremos más adelante.

Versos del 31 al 33

No podemos vivir en miedo, el miedo es perdida de Fe.

No podemos ver las circunstancias, las dificultades y los problemas, más altos que la mano poderosa de YEHOVAH DIOS, si los ves muy exagerados y magnificados, vives en miedo.

En aquella tierra había gigantes, pero aquellos hombres les recordaban aún más grandes de lo que realmente eran.

Les parecían más grandes, a causa del miedo que les tenían.

¡Qué contraste interesante es este, que se nos da aquí! ¡Gigantes y langostas!.

Lo que los diez (10) espías omitieron, es que se les olvidó incluir a YEHOVAH DIOS.

Se compararon con los gigantes, viéndose como langostas, se les olvidó completamente, tener en cuenta a YEHOVAH DIOS.

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