Versos del 1 al 7
Discurso del profeta. El panorama descrito aquí no puede ser más sombrío y desesperanzador, no hay ni un solo justo.
Desde las más altas esferas de la sociedad, príncipes, dirigentes, jueces, administradores de los bienes, todos se han corrompido, lo más selecto de la sociedad es comparable a la zarza y al espino que no sirven para nada (vs 4).
Con la corrupción vino la inseguridad, no hay tranquilidad ni sosiego, ni siquiera en el espacio más reducido del hombre, su familia (vs 6), ni con la persona con quien se comparte la propia intimidad, la esposa (vs 5).
Corrupción, inseguridad, descomposición social y moral es lo que rodea al profeta, es por eso que el juicio anunciado vendrá pronto.
Ante la impotencia del profeta para cambiar esta situación, sólo le queda esperar confiado la llegada YEHOVAH Su Salvador.
Versos del 8 al 20
Restauración. Un redactor posterior hizo con el final de Miqueas lo mismo que encontramos en los libros de Amós y de Oseas, a los que se añade una sección que arroja luz y esperanza a sus finales cargados de sombras.
En esta sección se percibe que Jerusalén ya ha caído en manos enemigas que la han destruido y han dispersado a sus habitantes.
Lo cual ha sido motivo de mofas y burlas para el enemigo, de dolor y vergüenza para Jerusalén (vs 8).
Se reconoce que todo ha sido motivado por sus propios pecados, pero que la destrucción y el abandono no son su destino definitivo, pues de nuevo YEHOVAH DIOS la salvará y le hará ver la luz (vs 9), produciéndose un cambio de destino.
Así, quienes se burlaban y se mofaban de Jerusalén serán ahora objeto de burla por parte de la rescatada (vs 10).
Se evidencia que el rescate implica el retorno a la tierra, una tierra nueva donde YEHOVAH volverá a actuar Sus maravillosos portentos (vs 14-15).
En este cambio de suerte, las naciones, estupefacta, reconocerán la grandeza y el poder únicos de YEHOVAH y con temblor acudirán a ÉL (16-17).
Se darán cuenta que la grandeza y el poderío de YEHOVAH no están en su fuerza omnipotente, sino en que es misericordioso, capaz de perdonar y olvidar.
Esa actitud de YEHOVAH la esperan confiados todos los que han sido azotados por sus delitos, porque YEHOVAH cumple Sus promesas eternamente (vs 18-20).