Mosqueteros de Yehovah

Lucas Capítulo 13

Versos del 1 al 9

Exhortación al arrepentimiento. La higuera sin higos.

Le cuentan a Cristo la muerte de unos galileos, al responder, habla de otro hecho que era como este, otro caso de gente afectada por una muerte repentina.

Las torres, que se construyen para seguridad, suelen ser la destrucción de los hombres, les advierte que no culpen a los grandes sufrientes como debieran ser tenidos como grandes pecadores.

En estos relatos, Cristo fundamenta un llamado al arrepentimiento. El mismo Yeshúa que nos pide arrepentimiento, porque el Reino del cielo está a la puerta.

Nos pide que nos arrepintamos, porque de lo contrario, pereceremos.

El pecado, los apetitos desenfrenados, la codicia y, en definitiva, el irrespeto a la vida, son las actitudes que nos juzgan, condenan y pueden producir un desenlace peor que si nos cayera encima una torre.

La parábola de la higuera estéril tiene el propósito de reforzar la advertencia recién dada, la higuera estéril, a menos que dé fruto, será cortada.

Esta parábola se refiere, en primer lugar, a la nación y al pueblo judío. Pero, sin duda, es para despertar a todos.

Cuando YEHOVAH haya soportado por mucho tiempo, podemos esperar que nos tolere un poco más, pero no podemos tener la esperanza de que siempre soportará.

El creyente ha de vivir, bajo el gobierno de Yeshúa, en actitud constante de producir buenos frutos, de acuerdo a la Cultura del Reino, lo que quiere indicar con la parábola de la higuera y el labrador.

YEHOVAH nos ha dotado a cada uno con la capacidad de hacer el bien, viviendo en las obras de piedad, de cultivar la justicia, amándole a ÉL y al prójimo como a nosotros mismos.

YEHOVAH como Dueño y Señor de esas higueras que somos nosotros, tiene el derecho de exigirnos y pedirnos cuentas.

Versos del 10 al 17

Nuestro Señor Yeshúa asistía al servicio público de adoración los días de Shabbat.

Esta mujer vino para ser enseñada por Cristo y para recibir bien para su alma, y entonces, Él alivió su enfermedad corporal.

Sana a una mujer encorvada. La enseñanza de Yeshúa y los signos que realiza tienen la virtud de “rescatar” lo que se había perdido para el mundo, carne y demonio y volver a situarlo como interlocutor de YEHOVAH,  tal como fue en el principio.

El legalismo israelita simbolizado aquí en la sinagoga y el Shabbat habían producido un efecto de “encorvamiento”, de postración y de inhabilidad para estar en el estado original de sanidad.

Versos del 18 al 22

Parábola de la semilla de mostaza. Parábola de la levadura. Aquí tenemos el progreso del evangelio anunciado en dos parábolas, como en Mateo 13.

El Reino del Mesías es el reino de YEHOVAH. Que la gracia crezca en nuestros corazones; que nuestra Fe y Amor crezcan abundantemente para dar prueba indudable de su realidad.

Con este par de parábolas, Lucas ilustra el modo que Yeshúa va viviendo la experiencia de YEHOVAH Dios como Padre y la forma como esa experiencia debe ir enraizando, en la conciencia de la persona y de la sociedad.

Yeshúa conduce la atención de sus oyentes a cosas mínimas e insignificantes, como la semilla de mostaza o la porción de levadura para enseñar que, a pesar de ser cosas tan ínfimas, esconden dentro de sí otras realidades muy grandes y verdaderamente sorprendentes.

La semilla de mostaza, tan pequeña e insignificante, con el tiempo llega a convertirse en un arbusto frondoso.

De modo semejante, sucede con la levadura, al elaborar el pan se mezcla con la harina en una gran desproporción; sin embargo, la fermenta y la transforma desde dentro.

Así se debe experimentar la presencia y la acción del Reino en la conciencia y la vida de cada creyente.

Versos del 22 al 30

La puerta estrecha. Hay que esforzarse por “entrar por la puerta estrecha”, lo cual quiere decir que hay mucho que aportar desde nuestras capacidades y posibilidades para nuestra propia salvación.

Entendida como una dimensión nueva de la vida de acuerdo a la Cultura del Reino que hay que comenzar a construir aquí, sembrando tesoros para lo eterno.

En la perspectiva de Yeshúa, algunos están dentro como participando de un banquete y otros quieren entrar, pero no pueden porque resultan tan extraños para el amo que no se les puede abrir la puerta.

Es evidente, que estos excluidos del banquete son los propios paisanos de Yeshúa que, habiendo recibido la Fe desde épocas antiguas, no han sabido ponerla en práctica, por el contrario, se han creado una falsa seguridad pensando que por derecho propio deben ser los primeros en entrar al banquete.

Versos del 31 al 35

Lamentación por Jerusalén. Yeshúa trata de zorro a Herodes le dio su carácter verdadero.

Como autoridades eran responsables de rendir cuenta a YEHOVAH, por tanto, Yeshúa no es un profeta temeroso.

Pese a que intuye un final trágico a manos de las autoridades religiosas y políticas, mantiene su decisión de continuar el camino y afrontar el destino que ya habían tenido que enfrentar los antiguos profetas. Dar la vida en Jerusalén, paradójicamente la Ciudad Santa, la Ciudad de YEHOVAH.

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