Versos del 1 al 12
Exhortación al valor. Opción por Yeshúa. Ahora Yeshúa se dirige a sus discípulos y a la gente llamándolos a todos “mis amigos”.
Los seguidores y amigos de Yeshúa no deben tener miedo, la primera arma con que pueden contar es la libertad interior que YEHOVAH mismo dona a través del Espíritu.
Yeshúa tolera que se le rechace a Él, pero lo que no tolera y antes bien, condena, es la hostilidad contra el Ruaj HaKodesh.
Yeshúa mismo ha venido desenmascarando en el fariseísmo legalista.
Hacer ver como bueno y perfecto lo que es malo o por lo menos dañino y hacer ver como malo lo que es bueno, así es como ellos no entran ni dejan entrar.
Versos del 13 al 34
Contra la ambición. Confianza en YEHOVAH. El verdadero tesoro. La clave para entender este pasaje, cargado de comparaciones y dichos sapienciales, la encontramos en el verso 31.
La búsqueda del Reino de YEHOVAH como presupuesto único y fundamental para la vivencia de unas relaciones justas, para experimentar y gozar del valor principal de todos los hombres y mujeres, el don de la vida.
Yeshúa no predica un providencialismo ingenuo; por entender así la predicación de Yeshúa, más de la mitad de la humanidad se tiene que conformar con ver cómo unos cuantos se apoderan de los bienes materiales e inmateriales.
Versos del 35 al 48
Vigilancia. En consonancia con la sección anterior, Yeshúa llama a estar atentos y vigilantes.
La gracia que hemos recibido como regalo de YEHOVAH no es para guardarla, sino para ponerla en ejercicio continuo, permanente.
Yeshúa declara dichoso al que sea encontrado trabajando, poniendo todo su empeño y sus esfuerzos en la construcción de esa sociedad nueva que tiene que inaugurar la presencia del Reino.
Versos del 49 al 59
Radicalidad del seguimiento. Las señales del tiempo. Llegar a acuerdos.
En griego se designa al tiempo de dos maneras: el “kronos”, el tiempo que transcurre minuto a minuto, día a día, y del cual podemos llevar un control por medio del reloj, el calendario o la agenda.
Es el tiempo cuantitativo y es el que más determina nuestra vida.
La otra expresión que se refiere al tiempo es “Kairós”, puede entenderse como una coyuntura especial que sucede en el “kronos”, pero que tiene la virtud de transformar la vida, de darle dimensiones nuevas a la experiencia de la cotidianidad.
El “Kairós” no tiene en cuenta el número de días o de años, sino cómo este instante, este día, este año fue vivido, aprovechado o en qué medida nos hizo crecer.
Yeshúa critica a su generación porque se ha dejado dominar completamente por el “kronos”, por lo tanto, no va más allá de sus afanes para percibir la experiencia de la presencia del Reino entre ellos.