Versos del 1 al 13
La oración, el Padrenuestro. Lucas nos transmite una tradición sobre el Padrenuestro más breve que la de Mateo (Mateo 6,9-13), quien la inserta en el Sermón del monte.
Lucas la incluye en esta sección del camino de Yeshúa hacia Jerusalén porque, en definitiva, lo que Yeshúa enseña aquí sobre la forma de orar es un camino, un proyecto que empeña toda la vida del cristiano, no sólo una fórmula propiamente dicha.
En estas breves sentencias, Yeshúa sintetiza su proyecto de vida y de todo aquel que quiera ser su discípulo, un proyecto que gira en torno a dos realidades o polos, YEHOVAH y el prójimo.
1. YEHOVAH, cuyo nombre hemos de santificar con nuestras obras y palabras.
Su reino, cuyo advenimiento hemos de preparar también con nuestras obras, con nuestro cambio de mentalidad para que se pueda ver y sentir realmente entre nosotros.
2. El prójimo, con y por quien nos comprometemos a luchar por la justicia para que todo lo que YEHOVAH Dios ha creado, los bienes de la creación, los bienes materiales e inmateriales, los de la cultura, la ciencia y la tecnología, sean de verdad para todos, cada día.
El prójimo, con quien pueden surgir roces, diferencias, enfrentamientos y contradicciones, pero cuyas relaciones tenemos que estar dispuestos a sanear a cada momento a través del perdón, porque también necesitamos del perdón de YEHOVAH.
Finalmente, es necesario que estemos muy atentos porque en este proyecto de vida cristiana que es el Padrenuestro la inconstancia, la fatiga, el desánimo, el no ver pronto los frutos del trabajo diario, la realidad de las fuerzas del egoísmo, la codicia y el mal que con tanta facilidad, destruyen los pequeños logros que se van alcanzando, son una tentación constante para abandonarlo todo.
Desde ahí una y otra vez, con mucha facilidad se pasa a lo que en definitiva se pasó: convertir el proyecto de vida del Padrenuestro en una fórmula que se repite, pero que no transforma ni toca para nada ni el interior del creyente, ni la realidad que nos rodea.
La constancia, la perseverancia y sobre todo la convicción de las cosas infinitamente buenas que se lograrán con esta propuesta de Yeshúa quedan ilustradas con la parábola del amigo inoportuno.
Es la garantía de Yeshúa de que YEHOVAH Dios nunca dará nada que no sea útil y saludable para quienes se empeñan en vivir este proyecto.
Versos del 14 al 28
Yeshúa y Satanás. La lógica de Yeshúa no tiene réplica por parte de sus adversarios que, como ocurre en todas las controversias, son reducidos al silencio.
El momento y las circunstancias son idóneas para que Yeshúa deje claro que ante Él, nadie puede permanecer neutral, o se le acepta y se le sigue radicalmente, o simplemente no se le acepta.
Versos del 29 al 32
La señal de Jonás. Aquí se amplía y se ilustra mejor la respuesta de Yeshúa a quienes le pedían señales milagrosas (vs 16). Éstas no suscitan la Fe, alimentan la curiosidad.
Los signos o milagros de Yeshúa suponen una actitud de fe porque es sólo desde ella como el creyente puede descubrir y entender una acción divina.
Por eso Yeshúa llama perversa a “esta generación”, a sus adversarios, que jamás podrán descubrir la acción divina en sus palabras y signos porque estando llenos de sí mismos no han dejado el mínimo espacio para YEHOVAH Dios.
Versos del 33 al 36
Luz y tinieblas. Concluye la anterior controversia con el símil de la luz, a cuya claridad los discípulos se deben examinar.
La luz que pretenden irradiar los adversarios de Yeshúa es en realidad sombra y tinieblas, porque en lugar de proyectar al pueblo el consuelo, el amor y la misericordia de YEHOVAH Padre, lo que promueven es una imagen completamente distorsionada de YEHOVAH, una imagen construida por ellos mismos que, en lugar de ser liberadora, aliena cada vez más las conciencias.
Versos del 37 al 53
Invectiva contra los fariseos y los doctores de la Ley. Contra la hipocresía. Yeshúa critica a los fariseos en un tono de amenaza:
1. El apego a las leyes de purificación externa, que Yeshúa denuncia como una manera de encubrir la podredumbre interior.
2. La puntualidad en el tributo sobre cosas tan mínimas como las hierbas aromáticas frente al descuido o la indiferencia por lo más importante, la limosna, la justicia y la generosidad.
3. Estas actitudes han hecho de los fariseos unos sepulcros sin señalización, a la hora de la verdad, “contaminan” a la gente.
Yeshúa también denuncia a los escribas:
1. Los juristas junto con los fariseos, se afanan de ser los “guardianes de la Fe”.
Pero en realidad lo que han hecho es imponer al pueblo pesadas cargas que ellos mismos ni pueden ni quieren mover.
2. Se creen mejores que los antiguos cuando en realidad son iguales o peores.
3. Con el conocimiento que tienen de la Ley y de la Escritura y su forma de interpretarla, ellos se han alejado del YEHOVAH Dios vivo y verdadero y además, obstaculizan al pueblo el acceso a DIOS.
Con estas denuncias de Yeshúa, lo más obvio es que sus adversarios se mantuvieran en constante acecho para ver cómo acabar con Él (vs 53).