Versos del 1 al 3
Abimelec fue el hijo de Jerobaal, otro nombre para Gedeón dado en Jueces 8, 35, pero él no era el claro sucesor al lugar de liderazgo de su padre.
Esto era por dos razones: YEHOVAH DIOS no había establecido una monarquía hereditaria en Israel y había otros sesenta y nueve (69) hijos de Gedeón (Jueces 8, 30) quienes también querían suceder a su padre.
En la ciudad de Siquem, Abimelec convenció a sus hermanos por parte de su madre que le apoyaran como rey sobre los hermanos de parte de su padre, Gedeón.
Así que todos los de Siquem acordaron aceptar a Abimelec como el nuevo líder y quizás aún el rey de Israel.
La referencia de todos los de Siquem Vs 2, es literalmente “los baales de Siquem”, la palabra que aquí se encuentra tiene el significado original de “señor” o “dueño”.
Versos del 4 al 5
Los familiares de Abimelec por parte de su madre, le dieron un “dinero adelantado” para establecer su liderazgo.
Él hizo esto, pero en una manera que nunca imaginaron, contrató hombres ociosos y vagabundos para matar a sus hermanos, asegurándose así de que no hubiera jamás alguien que retara su liderazgo.
Del templo de Baal-Berit, Abimelec recibió su paga del templo dedicado a Baal. Una obra comenzó bajo el nombre e influencia del diablo, la cual es muy poco probable que termine para la Gloria de YEHOVAH DIOS o para el bien del hombre.
Por lo tanto, Abimelec mató a sus hermanos con el apoyo de sus familiares por parte de su madre.
Los hombres de Siquem Vs 2 y 3 apoyaron el plan porque era bueno para ellos, no porque fuera moralmente correcto o bueno.
Verso 6
Es casi difícil el decir quien era peor, si Abimelec quien realizó el asesinato o todos los de Siquem que lo aprobaron.
Este era un líder impío dado a un pueblo impío, quien rechazó primero el liderazgo de YEHOVAH DIOS sobre la nación y luego abrazaron a un hombre cruel y brutal.
La palabra “milo” se deriva de un verbo que significa “ser lleno” y originalmente, se refiere a una muralla o terraplén, pero su asociación con las fortificaciones hacia una referencia de una fortaleza genérica.
Así la casa de Milo, puede ser idéntica a la torre de Siquem.
Irónicamente, la coronación de Abimelec se llevó a cabo en el mismo árbol donde Josué había puesto solemnemente una copia de la Ley de YEHOVAH DIOS, Josué 24, 26.
La Ley estaba justo allí, pero Israel se rehusó a leerla o escucharla.
Sin embargo, Abimelec se convirtió en la primera persona en ser coronada rey en Israel.
Su gobierno abortivo, sin embargo, no tenía consideración de los requisitos divinos para ese puesto.
La asociación con tales sitios fue muy tenaz y es interesante el notar que Roboam fue a Siquem, después de la muerte de Salomón, para asegurar la aclimatación de los Israelitas, aunque la ciudad misma estaba en ruinas en ese tiempo (1 Reyes 12, 1. 25).
Versos del 7 al 15
Yotam era el único hijo de Gedeón que escapó de la masacre de la piedra Vs 5.
Aquí él contó una parábola para reprender a los hombres de Siquem, por su elección de Abimelec como su rey.
Él dio este discurso desde la cumbre del monte de Gerizim, el monte de la cual Israel escuchó las bendiciones de YEHOVAH DIOS pronunciadas sobre los obedientes (Deuteronomio 11, 29; 27, 12; Josué 8, 33) unos ciento cincuenta (150) años antes.
En la parábola contada por Yotam, los árboles dignos, tales como el olivo, la higuera, y la vid, no quisieron ser reyes, pero la zarza indigna acordó ser el rey.
La promesa de la zarza “sean abrigados bajo de mi sombra”, tenía la intención de ser irónica y ridícula.
La zarza era un arbusto bajito y con espinos y no ofrecía ninguna sombra a nadie, especialmente a los árboles. Advirtiendo que sería un gobernador opresor y que destruiría a cualquiera que estuviera en desacuerdo con él.
Una prueba del carácter de un hombre, es el ver como trata a aquellos que están en desacuerdo con él.
Si su único deseo es destruir a aquellos que no están de acuerdo, entonces, se parece a la zarza, muchos puntos buenos, pero no tiene ninguna buena sustancia.
Finalmente, la posición fue dada a la zarza, lo cual no produjo nada de valor y era inservible como madera, pero era una amenaza real para el granjero, quien debía hacer guerra continua contra sus invasiones.
La moraleja condensada de toda esta fábula es, hombres débiles, sin valor e inicuos, serán los primeros en confiarse a sí mismos hacia el poder y al final traerán la ruina sobre ellos mismos y en el pueblo infeliz sobre el cual preside.
Versos del 16 al 21
Yotam dijo esto por el bien del argumento, no creía que sesenta y nueve (69) de sus hermanos fueron asesinados por la misma verdad e integridad.
La verdadera razón por la que todos los de Siquem, apoyaron a Abimelec fue porque era su hermano.
La madre de Abimelec, aunque solamente era una criada para Gedeón, era de Siquem. Abimelec, probablemente creció allá (Jueces 8, 31).
La madre de Abimelec es llamada una “criada” término utilizado comúnmente para la criada de una esposa, quien también es una “concubina”, como Agar o Bila.
La advertencia de Yotam hacia todos los de Siquem, fue que su elección necia volvería para herirlos.
Él predijo que “fuego” saldría de Abimelec y los devoraría. Después de esta valiente advertencia, escapó y huyó porque tenía temor de su vida.
La profecía de Yotam no se cumpliría inmediatamente. El fuego ardió sin llama por tres años, pero al final se manifestó.
Versos del 22 al 25
Todo se miraba bien entre los hombres de Siquem y Abimelec por tres años. Entonces, a través del juicio YEHOVAH DIOS quitó la paz entre ellos y envió un mal espíritu.
El escritor de Jueces utilizó una palabra interesante, para decir que Abimelec había dominado sobre Israel.
Esta palabra es única para el libro y quizás fue elegida para distinguir el mal destino del gobierno de Abimelec de los verdaderos Jueces, era más tirano, en lugar de un rey.
La extensión del reinado de Abimelec fue muy limitada, solamente Siquem, la casa de Milo, Aruma Vs 41 y Tebés Vs 50 son mencionados como aquellas que estaban bajo su jurisdicción y es poco probable que se extendiera más allá de la porción occidental de Manasés.
YEHOVAH DIOS le dio al diablo la comisión que entrara o trabajara en sus mentes y corazones, sabiendo que él mismo, por sus propias inclinaciones, les llenaría con errores, celos, disensiones y con ardor en el corazón, la cuales, terminaría en guerras civiles y en ruina mutua.
Impulsados por el mal espíritu, los hombres de Siquem pusieron emboscadas en los caminos del monte, esperando romper las rutas del comercio que le daban ganancias a Abimelec.
Esto tendría el efecto de reducir el número de viajeros y caravanas en esa área tan problemática, así vaciaban las bolsas de Abimelec y también le golpeaba en su orgullo, pues no podía garantizar la seguridad de los viajes en sus dominios.
Versos del 26 al 29
Los hombres de Siquem perdieron su confianza en Abimelec, así que ellos eligieron a un nuevo líder llamado Gaal, el hijo de Ebed.
Los hombres de Siquem estaban tan confiados que su nuevo líder, Gaal, les podía proteger en contra de Abimelec, que comenzaron a tener fiestas con borracheras y abiertamente maldijeron a Abimelec retándolo a pelear.
Versos del 30 al 33
Cuando Zebul gobernador de la ciudad oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira.
Zebul el “gerente de la ciudad” de parte de Abimelec, le dijo a Abimelec todo en cuanto a Gaal y su rebelión.
Aconsejó a Abimelec que viniera y atacara la ciudad, que organizara un ataque sorpresa en contra de los rebeldes de Siquem.
Versos del 34 al 41
Abimelec estuvo de acuerdo y siguió el plan sugerido por Zebul.
Zebul engañó a Gaal, permitiendo que las tropas de Abimelec tomaran posición, con la ventaja de su posición superior, Abimelec y sus soldados sacaron a Gaal y a sus hombres.
Cuando Zebul supo que Gaal estaba en desventaja, no pudo resistir el reprenderlo por sus palabras orgullosas y arrogantes en contra de Abimelec, un enemigo que él no podía derrotar.
Gaal probablemente no estaba preparada para un sitio, así que tenía poca elección y dejó las murallas de la ciudad atrás y enfrentó a Abimelec a campo abierto.
Versos del 44 al 45
Con la resistencia de Gaal derrotada, Abimelec vio fácil el establecer su control sobre la ciudad de Siquem de nuevo.
Tanto fuera como dentro de la ciudad, ellos efectivamente atacaron y mataron al pueblo de Siquem, incluso aquellos que no estaban directamente involucrados en la rebelión.
El pueblo, aparentemente confiado que el asunto estaba concluido, salió al campo de manera usual, para realizar sus ocupaciones diarias.
Abimelec entonces se volvió con furia en contra del pueblo de Siquem, mató a tantos como pudo y demolió su ciudad.
Así es, Siquem no fue reconstruida sino hasta el reinado de Jeroboam I, casi dos siglos después (1 Reyes 12, 25).
Esto muestra el problema de seguir a hombres que llegan al poder a través de la violencia.
Comúnmente, es cuestión de tiempo hasta que la misma violencia se vuelva en contra de aquellos, que le ayudaron a llegar al poder.
Versos del 46 al 49
Aunque Abimelec era un hombre impío y violento, entendió algunos de los principios básicos de liderazgo.
Entendió la importancia de dirigir por medio del ejemplo de sus propias acciones y que les podía decir a sus tropas que lo hicieran como yo y así lo hicieron.
Con esto, Abimelec masacró a los últimos sobrevivientes de la ciudad de Siquem, matando como a mil (1.000) hombres y mujeres.
Esto cumplió gráficamente la advertencia de Yotam descrita anteriormente en el capítulo Vs 19 y 20.
Esto es como si un hombre corriera hacia un barril de pólvora, para asegurarse de un feroz fuego.
Su pacto con Baal, esa imagen de celos (Ezequiel 8, 3), fue la causa de su ruina. Ellos vieron ese fuerte como una fortaleza y un santuario, pero no les salvó.
Para el pueblo de Siquem, aún una torre asegurada no les pudo proteger y aun así hay una torre más segura que la torre de Siquem.
Torre fuerte es el nombre de YEHOVAH DIOS, a ÉL correrá el justo y será levantado (Proverbios 18, 10).
Porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo (Salmos 61, 3).
Versos del 50 al 55
Después de su brutal Victoria en la torre de Siquem, Abimelec probablemente pensó que era un experto para atacar torres. Él fue a Tebes y atacó la ciudad y la torre que allí estaba.
En Tebés, una mujer dejó caer una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec y le hirió de muerte.
Esto quizás era una piedra utilizada para moler granos a mano, tales piedras tenían un promedio de diez (10) a catorce (14) pulgadas y pesaban cinco (5) libras o más.
Abimelec consideró que era más viril el ser muerto por su propio escudero, pero aún así seguiría muerto. Orgulloso aún en la muerte, debió de responder a YEHOVAH DIOS por sus acciones malvadas.
Pero mucho después de su muerte, el crédito siguió dándose a la mujer (2 Samuel 11, 21).
Versos del 56 al 57
Podemos tener la certeza de que YEHOVAH DIOS paga la maldad, ya sea en esta vida o en la vida por venir, siempre halla una manera para hacerlo.
YEHOVAH DIOS había advertido a los hombres de Siquem por medio de Yotam, pero ellos rechazaron Su advertencia y por lo tanto vino la ruina.
Cada uno debe de considerar si YEHOVAH DIOS nos advierte sobre algo, en el tiempo presente.
La historia de Abimelec, los hombres de Siquem y Yotam, nos muestran que hay un verdadero y terrible precio que pagar por rechazar las advertencias de YEHOVAH DIOS.