Mosqueteros de Yehovah

Juan Capítulo 1

Introducción

El más puro y radical de los evangelios. En el Antiguo Testamento la existencia del pueblo de Israel se decidía frente a la Ley de YEHOVAH (Deuteronomio 29).

En el evangelio de Juan, es toda la existencia humana la que se decide frente a Yeshúa: por Él o contra Él, Fe o incredulidad.

Yeshúa, camino que conduce al Padre. La persona de Yeshúa ocupa el centro del mensaje de Juan.

Autor: Disputa Juan hijo de Zebedeo u otro Juan, apunta que es el hijo de Zebedeo, el discípulo que más amaba 13, 23; 19, 34-37; 20, 2, atestigua que es el hermano de Yeshúa que escribe apocalipsis.

Propósito: Juan 20, 31 Crean Yeshúa es el “Ha Mashiaj”, enviado por YEHOVAH Dios para cumplir todo lo prometido, el que crea tiene Vida.

Al comienzo, Yeshúa pregunta a sus discípulos: “¿Qué buscan?” (Juan 1, 38).

Con las mismas palabras se dirigirá a María Magdalena después de su resurrección: “¿A quién buscas?” (Juan 20, 15).

Esta misma pregunta se plantea a todo lector del evangelio, quien es invitado a dar una respuesta lúcida y llena de Fe.

El libro está dividido en dos parte:

La Primera Mitad de los Capítulo 1-12. “Yeshúa se da a conocer por sus señales”.

Capítulo 1. Poema Introductorio.

Primera Introducción Vs del 1 al 18 Poema que comienza al estilo de Génesis En el principio ya existía el Verbo (YEHOVAH creo todo a través de su Palabra). Segunda Introducción Vs del 19 al 51 Juan se encontró con Yeshúa y Guía a otros a Encontrarse y Convertirse en discípulos.

En este capítulo se le dan 7 títulos: YEHOVAH “Rabí” (vs 38), Mesías “Yeshúa, Ungido” (vs 41), Yeshúa de Nazareth (vs 45), Hijo de YEHOVAH (vs 49), Rey de Israel (vs 49) e Hijo del hombre (vs 51).

Capítulos del 2–12. Narrativa histórica de toda la vida de Yeshúa con señales milagrosas generan controversia donde los líderes de Israel deciden hallar la ocasión para darle muerte. El “libro de los signos”, que describe la misión de Yeshúa principalmente a través de siete milagros con los que presenta la novedad radical de la presencia del Señor en la humanidad:

1. El “vino de la Nueva Alianza” (Juan 2, 1-11).

2. El “Nuevo Templo” de su cuerpo (Juan 2, 13-22).

3. El nuevo “renacer” (Juan 3, 1-21).

4. El “agua viva” (Juan 4, 1-42).

5. El “pan de vida” (Juan 6, 35).

6. La “luz del mundo” (Juan 8, 12).

7. La “resurrección y la vida” (Juan 11, 25).

La Segunda Mitad de los Capítulo 13-21. El “libro de la pasión o de la gloria”.

Del capitulo 13 – 17 enfoca última noche y últimas palabras para sus discípulos. Ante la inminencia de su “hora”, provocada por la hostilidad creciente de sus enemigos, Yeshúa prepara el acontecimiento lavando los pies a sus discípulos (Juan 13, 1-11). Gesto preñado de significado: purificación bautismal, última cena, anuncio simbólico de la pasión.

Luego realiza una gran despedida a los suyos en la Última Cena (Juan 13, 12–17, 26) en que retoma los principales temas de su predicación, enfoca última noche y últimas palabras para sus discípulos.

Capitulo 18 – 20 Juicio, muerte y resurrección. El cumplimiento de su “hora” y el retorno al Padre a través de su pasión, muerte y resurrección.

Capitulo 21 Culmina con un epílogo que es un (resumen de contenido).

Capítulo 1

Versos del 1 al 18

Prólogo. El evangelio de Juan se abre con un solemne prólogo que nos otorga la clave teológica de toda la obra.

Yeshúa, misterio de la encarnación reveladora de la gloria de YEHOVAH.

Asimismo, ofrece el testimonio de Fe de la comunidad joánica en su Señor.

Preexistencia y actividad creadora del Logos (vs 1-3), en estos tres primeros versos se afirma la preexistencia, trascendencia y eternidad del Logos (Verbo, Palabra): Yeshúa, el Hijo Unigénito del Padre, encarnado para revelarlo al mundo.

También se afirma su divinidad (vs 1), que junto con la confesión de Tomás “Señor mío y YEHOVAH mío” (Juan 20, 28) forman una inclusión.

Así, el evangelio se abre y se cierra con la confesión en la divinidad de Yeshúa.

Revelación y rechazo (vs 4-11). El Logos es fuente de vida, y esta vida no se ha quedado escondida, sino que brilla y se manifiesta, es luz.

Pero a la revelación de la luz se oponen las tinieblas, es decir, los que rechazan deliberadamente la obra salvadora de Yeshúa.

La Palabra de la salvación vino al mundo, pero los suyos no la recibieron (vs 11), el rechazo para Juan constituye la gran tragedia de la humanidad.

Los versos 6-8 rompen la armonía del prólogo. Se trata de un comentario clarificador.

Por muy grande que sea Juan el Bautista para sus seguidores (Marcos 2, 18-22), el evangelio precisa que no es la luz, sino un testigo de ella, una antorcha que brilla al servicio de la verdad: Yeshúa (Juan 5, 35).

Revelación y acogida (vs 12-18). No todos se oponen a la revelación de la luz, hay quienes la acogen y aceptan; por su Fe en Yeshúa reciben la potestad de ser hijos de YEHOVAH.

La filiación divina es un don de YEHOVAH. El verso 14 es la parte central del prólogo: “La Palabra se hizo carne”: en el hombre Yeshúa resplandece corporalmente la divinidad.

YEHOVAH habita en medio de nosotros. El cuerpo de Yeshúa se ha convertido en tabernáculo de YEHOVAH Dios para la humanidad.

La presencia divina, ligada antes a la tienda del desierto, después al templo de Jerusalén, habita ahora en la persona de Yeshúa.

Versos del 19 al 34

Testimonio de Juan el Bautista. El evangelista concede gran importancia al relato del testimonio de Juan el Bautista; en él nos presenta de manera condensada la personalidad de Yeshúa.

Testimonio indirecto (vs 19-28). Ante la autoridad judía, el Bautista confiesa que él no es el Mesías, ni Elías, ni el profeta, sino la voz que clama en el desierto; su testimonio es profético: prepara el camino del Señor.

Testimonio directo (vs 29-31). Ante Israel, es decir, ante el pueblo elegido, llama a Yeshúa “Cordero de YEHOVAH Dios”.

Incluye los siguientes rasgos:

a) “Cordero vencedor”, imagen apocalíptica para designar al líder soberano y mesiánico (Apocalipsis 5, 11).

b) “Cordero expiatorio”: imagen del Siervo del Señor que redime con su muerte (Isaías 53, 7-12).

c) “Cordero pascual liberador”: Yeshúa se entrega por el pecado del mundo, como el cordero de la pascua de YEHOVAH Dios (Éxodo 12, 46).

A Yeshúa en la cruz, igual que al Cordero pascual, no le quebrarán ningún hueso (Juan 19, 36).

¿Cómo quita Yeshúa el pecado de la humanidad?.

Asumiendo la condición humana y ofreciéndose desde la cruz, en ofrenda voluntaria y servicio de amor.

Desde la cruz nos da el Ruaj HaKodesh (Juan 19, 30), que purifica y perdona todos nuestros pecados (Juan 20, 22-23).

Bautismo de Yeshúa (vs 32-34). El evangelista no narra el bautismo de Yeshúa, sino que lo alude a través del testimonio de Juan el Bautista.

Éste ha tenido la revelación de la mesianidad de Yeshúa, ha visto en profundidad y testimonia válidamente que Yeshúa es el Hijo de YEHOVAH.

El objeto central de la visión es el Espíritu. Se atribuye a Yeshúa una función precisa, bautizar en el Espíritu (vs 33).

Acción propia de YEHOVAH , quien derramaría su Espíritu sobre la comunidad (Isaías 32,B15; 44, 3; Ezequiel 36, 25-29; Joel 3, 1-2).

Merced a la permanencia perfecta del Espíritu en Él, Yeshúa es el gran artífice de la donación universal del Espíritu y gestor de un pueblo santo.

Versos del 35 al 51

Llama a sus primeros discípulos. Tras la resurrección, seguir a Yeshúa significa adherirse a Él en la Fe, prolongar su obra y su misión.

Éstos son los rasgos más destacados de este relato:

1. La iniciativa de toda llamada a servir, es de Yeshúa (vs 38-39; 42-43. 47-51).

2. La fecundidad del testimonio: los discípulos, recién llamados, llaman a su vez a otros mediante su testimonio de Fe mesiánica.

La Fe en Yeshúa contagia, no puede confinarse ni encerrarse.

3. Gozo ante el descubrimiento de Yeshúa como Mesías.

Este clima de alegría que llena el corazón de los apóstoles, se manifiesta en la reiterada mención del típico verbo griego “eurekamen”: “¡lo hemos encontrado!”.

Difunde la Palabra de Yehovah No Contaminada

Deja un comentario