Versos del 1 al 7
La amarga queja de Job y su incapacidad de conectar con YEHOVAH DIOS, se medita en estos versos.
Al cierre del discurso de Elifaz, Job seguía sintiéndose desesperado. La sabiduría y consejo de Elifaz y los otros no le eran de alivio y solo empeoraban su agonía mental y espiritual.
Job se sentía separado de YEHOVAH DIOS, seguramente, esta no era la primera crisis en su vida, aunque claro que estaba mucho más allá de cualquier sufrimiento anterior.
Había encontrado consuelo y comodidad en tiempos previos, pero en esta catástrofe sentía que no podía hallar a DIOS.
Job no solo quería sentir la presencia de YEHOVAH DIOS por su consuelo espiritual, también lo quería para poder ser vindicado en la corte del Altísimo, especialmente ante la cara de las acusaciones de sus amigos.
La conciencia de Job le aseguraba que encontraría misericordia y favor en el trono de YEHOVAH DIOS. Sus amigos insistían que el Justo Juez estaba contra él en sus sufrimientos, pero Job neciamente se aferraba a su inocencia.
Versos del 8 al 9
Job insistía en que había buscado a YEHOVAH DIOS en medio de su crisis, buscó en toda dirección que pudo.
Estos dos versos retratan en vívidos colores la angustia y la ansiedad de un alma en busca del favor de YEHOVAH DIOS.
Ningún medio es dejado sin probar, ningún lugar sin explorar, para poder encontrar el objeto de su investigación, esta es una descripción verdadera de la conducta de un penitente genuino.
No importaba que tan sincera y diligentemente buscara Job, no podía encontrar a YEHOVAH DIOS, permanecía escondido a través de una barrera que era imposible atravesar.
Versos del 10 al 12
La confianza de Job en YEHOVAH DIOS y en su propia integridad, se estudia en estos versos.
Aquí hay otro gran destello de Fe sobre un trasfondo generalmente oscuro. Job admitía que no podía llegar a YEHOVAH DIOS y aun así se aferraba a la confianza que el Altísimo, aún estaba en control de esta crisis.
Con una Fe maravillosa, Job parecía en este breve instante entender lo que podía y debía de su presente crisis, entendió que:
· YEHOVAH DIOS aún observaba a Job cuidadosamente y no se había olvidado de él (“Mas ÉL conoce mi camino”).
· YEHOVAH DIOS tenía un propósito en la crisis, y el propósito no era castigar a Job (“Me probará”).
· YEHOVAH DIOS un día llevaría esta prueba a su final (“y saldré“”).
· YEHOVAH DIOS traería algo bueno de todo esto (“y saldré como oro”).
· YEHOVAH DIOS aún valoraba a Job, solo el metal precioso es pasado por fuego (“como oro”).
De repente, en medio de estas amargas quejas, allí ardieron las más notables evidencias de la tenacidad de su fe.
Declaró con convicción que conocía el camino que estaba tomando, incluso afirmó su confianza en que era YEHOVAH DIOS quien lo estaba probando y que en breve saldría del proceso como oro.
Esta era una dramática defensa de su integridad delante de sus acusadores amigos. Job declaró que aún seguía a YEHOVAH DIOS, guardaba su camino, amaba su Palabra y guardaba las palabras de su boca más que su comida.
Versos del 13 al 17
La maravilla ante el poder y la soberanía de DIOS, se observa en estos versos.
Job aquí discutía consigo mismo contra su anterior gran declaración de fe, entendía que aunque confiaba profunda y sinceramente en YEHOVAH DIOS, al mismo tiempo no podía hacer que el Altísimo hiciera nada.
Job tenía que admitir que YEHOVAH DIOS haría lo que le plazca en su vida y no sería rehén de las demandas de Job, entendía que las razones y la sabiduría de la obra del Altísimo están en ÉL y no son conocidas por Job o por sus amigos.
Saber lo que no podía saber sobre YEHOVAH DIOS hacía a Job apreciar la distancia entre él y el Todopoderoso, lo hacía sentir un buen y justo temor de DIOS, aunque se sentía como tinieblas porque era de poco consuelo para su crisis.
Las aseveraciones de Fe más fuertes de Job, siempre parecen estar conectadas con aseveraciones igualmente fuertes de miedo y dolor.
En este capítulo su confianza en su propia rectitud es más inexpugnable que nunca, sin embargo, al mismo tiempo “una gruesa oscuridad cubre” su rostro y está lleno de temor.
De alguna manera la Fe de Job es lo suficientemente elástica, como para abrazar simultáneamente tanto el terror, como la confianza.