Versos 1 al 7
En la primera ocasión en la cual Moisés se presentó ante el Faraón, le pidió dejara ir a los israelitas para adorar a YEHOVAH DIOS en el desierto.
Y tal como el Altísimo lo había advertido, el rey se negó a dejarlos ir.
Es deber recalcar, que la solicitud de Moisés no fue un capricho personal, en todo momento estaba actuando bajo el Nombre de YEHOVAH DIOS.
Moisés experimentaba frustración ante la indiferente postura del Faraón, en su rotunda negativa para obedecer la orden de YEHOVAH DIOS (Éxodo 6, 30).
No obstante, el Altísimo, le explicó que él había sido seleccionado para ser “el profeta embajador de YEHOVAH DIOS”.
Moisés escucharía la voz del Todopoderoso y se lo comunicaría a Aarón, quien a su vez, transmitiría el mensaje en público.
Lo extraordinario, maravilloso e impactante, en todo el proceso de la negociación con el Faraón, consiste, en que en cada encuentro, Moisés salió convencido, que había fracasado en la empresa encomendada.
¿Por qué en vez de “conciliar el corazón” del rey, para liberar a los israelitas, con toda convicción, el espíritu del Faraón se abismaba profundamente?
Esto no fue un infortunio para el Creador, ni un obstáculo, más bien, era favorablemente parte del plan de YEHOVAH DIOS.
El Altísimo, no deseaba que los israelitas salieran de Egipto “por la misericordia del rey”, sino por su mano poderosa, la cual, es capaz de humillar y exaltar de acuerdo a su Voluntad.
Y para hacerlo evidente, YEHOVAH DIOS tenía planeado usar señales y juicios.
El Plan de YEHOVAH DIOS no sólo era libertar a los israelitas, sino también en el proceso, quería darles la oportunidad a los egipcios, para que conocieran al Único DIOS VIVO.
En un principio, el rey de Egipto niega conocer al Dios de Israel (Éxodo 5, 2), pero conforme van avanzando las plagas, Faraón comenzará a conocer quién es YEHOVAH DIOS (Vs 17).
Luego irá reconociendo que YEHOVAH DIOS tiene poder, aún sobre los dioses de Egipto (Éxodo 8, 10. 18-19; 9, 14).
Como concluimos posteriormente, los temas de muchas plagas están vinculados a los poderes que los egipcios les atribuían a sus principales dioses.
Al final, el rey llegará a admitir que no hay nadie como YEHOVAH DIOS de Israel y pedirá su Bendición.
Las plagas eran progresivas, del menor grado al mayor, de leves a graves.
YEHOVAH DIOS obra así para dar oportunidad a la gente de arrepentirse antes que venga el juicio final.
De igual forma, será en los tiempos finales, los juicios irán en incremento dando la oportunidad para arrepentirse.
Versos 8 al 25
Previo al comienzo de las plagas, YEHOVAH DIOS envía una advertencia acompañada de una señal.
Este es un patrón que se mira a lo largo de toda la Escritura, YEHOVAH DIOS nunca envía juicio, sin antes hacer una advertencia (Amos 3, 6-7).
La primera señal que hizo el Altísimo delante del Faraón, es la que le enseñó a Moisés delante de la zarza ardiente.
Esta señal fue en respuesta a la demanda del rey, quien la solicitó.
Un dato curioso, es que en hebreo no se emplea el término común para serpiente “Najash”, sino que usa la palabra “Tannim”, se puede traducir como “monstruo marino, serpiente marina, dragón, chacal”.
Algunas versiones de las escrituras lo refieren como “cocodrilo”.
Lo que nos hace pensar, que esta señal puede estar asociada con el dios cocodrilo, llamado “Sobek”, que era considerado como el dios creador del mundo y del orden cósmico.
La transformación de la vara en una serpiente marina impresionó a todos, pero pronto, el rey lo desestimó, cuando vio que los magos de Egipto también podían hacer lo mismo.
Aun así, YEHOVAH DIOS no dejó pasar la oportunidad para mostrar su poder y superioridad.
A pesar de esto, el Faraón no cedió ante esta muestra de poder (Vs 13) y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, como YEHOVAH DIOS lo había dicho.
A causa de no creer el Faraón ante la señal de la vara, el Altísimo comenzó a mandar las plagas, una a una.
La primera plaga “agua de sangre”, tocó el río Nilo, el cual era la fuente de vida de todo Egipto, no solo tocó el río más sagrado en Egipto, sino toda fuente de agua.
Esta primera plaga tocó una de las principales deidades de Egipto “Hapi”, el dios del Nilo, vinculado a la fertilidad.
Para los israelitas, fue muy significativo ver el río Nilo teñido en sangre, porque muchos años atrás el río se bañó de sangre hebrea, cuando el Faraón mandó a matar a los bebés varones de los israelitas (Éxodo 1, 22).
A pesar del milagro, el Faraón no se impresionó porque sus magos hicieron un truco similar. Por lo tanto, el rey endureció su corazón.