Mosqueteros de Yehovah

Éxodo Capítulo 17

Versos del 1 al 3

Entre el desierto de Sin, donde comenzó la caída del maná y Refidim, se establecieron dos campamentos, en Dofca y Alús (Números 33, 12,13).

Se desconoce su ubicación, así como también la de Refidim, lo han identificado con el Wadi Refayid, principalmente por el parecido de su nombre con Refidim.

El Wadi Refayid está tan sólo a unas pocas horas de marcha del monte Sinaí.

Este hecho, favorece su identificación con Refidim, en varios textos el monte Horeb se usa casi como sinónimo con el monte Sinaí.

Los hijos de Israel “tentaron” a YEHOVAH DIOS, al poner a prueba su paciencia y despertar su santa ira, debido a su continua falta de Fe y de Gratitud.

Toda su historia de peregrinaciones por el desierto, es una historia de provocación.

Es asombrosa la generosidad de YEHOVAH DIOS con los israelitas, aunque le “tentaron y enojaron al DIOS Altísimo”.

El que murmura contra un líder que Obedece a YEHOVAH DIOS, está tentándole a ÉL.

Versos del 4 al 7

Moisés, siempre llevaba sus dificultades al Altísimo. Por experiencia propia, había aprendido a tener confianza implícita en Aquel que lo había llamado a ser el jefe de su pueblo.

Y siempre que llegaba al límite de la sabiduría humana, encontraba un Auxiliado siempre listo.

La palabra que ha sido traducida como “peña” es “tsur” significa “roca”. Esta roca era el Mesías.

Esto nos enseña que el Mesías fue golpeado sólo una vez. Ese golpe produjo agua para todo el pueblo de Israel.

Si golpeamos a Mashiaj otra vez, no podremos entrar en la Tierra Prometida.

En el tiempo de Yeshúa, cuando Israel recordó la provisión de YEHOVAH DIOS, en el desierto durante la Fiesta de los Tabernáculos, ellos tuvieron una específica ceremonia donde recordaron este milagro del agua de la peña.

En ese exacto contexto, Yeshúa dijo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva (Juan 7, 37-38).

El agua viva de la cual Yeshúa habló era el Espíritu Santo (Juan 7, 39), no es un milagro menor que YEHOVAH DIOS traiga el Amor y Poder del Espíritu Santo de nuestros corazones, como lo es el sacar agua de la roca.

Masá significa “prueba”, “tentación” y Meribá significa “riña”, “provocación”. Este hecho tan crucial en la historia.

Si YEHOVAH DIOS no hubiera estado parado sobre la peña, en vano Moisés la hubiera golpeado.

Los medios deben de usarse, pero sólo se debe depender de YEHOVAH DIOS para el éxito.

Versos del 8 al 10

Es muy peligroso desafiar a YEHOVAH DIOS, hace que su protección se aleje de nosotros y nuestros enemigos puedan matarnos.

El nombre Amalec deriva de las dos palabras “am”, “pueblo” y “lac”, “lamer”. El pueblo que vino a lamer sangre.

Amalec fue un descendiente de Esaú, el enemigo eterno de Israel (Génesis 36, 15-16). Él atacó por detrás, Deuteronomio 25, 17-19.

Es la primera vez, que es mencionado Josué y es en relación con la guerra.

Su nombre significa “YEHOVAH Salva”. Por medio de él, YEHOVAH DIOS trae Salvación para Israel.

Josué representa a Yeshúa Ha Mashiaj.

Aarón es el hermano de Moisés, que representa la intercesión por el líder.

Hur es el abuelo de Betsalel que construyó el Tabernáculo y representa el apoyo práctico y económico que un líder necesita.

Versos del 11 al 13

La guerra no era solamente física, sino también espiritual.

Moisés hizo su parte mediante su oración y el ayuno, para enfrentar los demonios que estaban detrás de los amalecitas y Josué hizo su función, para enfrentar los ataques físicos.

Ambas cosas eran necesarias para salvar al pueblo.

La piedra representa al Mesías sobre la cual Moisés se sentó. Con la ayuda de sus colaboradores que le sostenían las manos, pudo ser fiel hasta la puesta del sol y así Josué pudo vencer en esta guerra.

Mostrando que la postura del cuerpo es importante para que podamos tener victoria en el mundo espiritual.

No era suficiente que Moisés orara con su boca, tenía que levantar sus manos, para que los enemigos no vencieran.

Era una guerra espiritual en primer lugar, sin el apoyo de los colaboradores, Israel hubiera perdido la batalla.

Esto nos enseña la importancia de que un líder tenga buenos colaboradores, unos que le apoyen en intercesión, otros que le apoyen en lo práctico y ayudadores en lo económico.

Sin este tipo de ministerios en una comunidad, no se puede vencer sobre los ataques del enemigo.

Si no hay unidad entre los líderes estamos perdidos contra nuestro enemigo.

Los cuatro nombres de este pasaje, Aarón, Hur, Josué y Moisés, empiezan por las cuatro letras alef, jet, yud y mem. Estas letras forman el nombre “ajim” que significa “hermanos”.

La completa unidad entre ellos, produjo la victoria final en esta batalla.

Versos del 14 al 16

Esta es la primera mención de la Escritura en el Registro Sagrado. Hasta no hace mucho, no se sabía cómo se pudo hacer eso y qué clase de escritura se empleó.

El hecho de que la escritura alfabética existía en el tiempo de Moisés, fue descubierto durante el periodo de la Primera Guerra Mundial.

Fue decretada la destrucción de esta rama de la nación edomita, mientras que el resto de los edomitas disfrutaron de la protección divina.

Los amalecitas, habían atacado brutalmente al pueblo de YEHOVAH DIOS, sin mostrar compasión alguna aún con sus propios parientes.

Este ataque, completamente sin motivo, reveló su odio y desafío a YEHOVAH DIOS y selló su destino como nación.

Literalmente, el texto original dice: “porque la mano (de Amalec) estuvo contra el trono del Señor”.

La edificación de un Altar implica el ofrecimiento de un sacrificio, Vs 15.

Puesto que el sacrificio fue ofrecido para celebrar una Victoria, debe haber sido una Ofrenda de gratitud.

Al poner nombre al Altar, Moisés siguió el ejemplo de Jacob, que había llamado a uno de sus altares El Elohe-Israel (Génesis 33, 20).

El nombre del Altar de Moisés significaba “YEHOVAH DIOS es mi estandarte” y tenía el propósito de glorificar a YEHOVAH DIOS, por la Victoria sobre los amalecitas.

“El bastón de YEHOVAH DIOS” (Vs 9), había sido mantenido en alto por Moisés durante la batalla, como los soldados mantienen en alto sus estandartes.

Y así como, los soldados siguen al estandarte, Israel había seguido las direcciones de YEHOVAH DIOS.

Así el Altísimo se convirtió en su estandarte.

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