Mosqueteros de Yehovah

Éxodo Capítulo 10

Versos 1 al 20

Resulta claro, reafirmar la diametral rebeldía de Faraón, no dejando marchar a los israelitas, el Altísimo le advierte a Moisés sobre la próxima plaga, la octava “las langostas”.

Pero, en esta ocasión revela, que el mensaje, no es sólo para los egipcios, sino también, para los israelitas.

Después de cuatrocientos (400) años de esclavitud, muchos israelitas habían perdido su Fe y aún habían adoptado las costumbres de Egipto.

Por eso, también el pueblo de Israel necesitaba conocer a YEHOVAH DIOS de sus padres y único Dios verdadero.

Sabiendo cuál era el mensaje de la plaga, Moisés y Aarón se presentaron ante el Faraón, para advertirle de nuevo que si no los dejaba ir, vendría otra plaga la cual arrasaría con toda la vegetación.

Ante las experiencias de las plagas anteriores, muchos egipcios, ya habían aprendido la lección.

Por lo tanto, al oír la advertencia, los siervos del Faraón le sugirieron ceder, era evidente que la experiencia con el granizo y fuego les trajo división, aún entre ellos.

Efectivamente, era un consejo sabio, y el Faraón lo reconocía. Sin embargo, no estaba dispuesto a ceder por completo, porque esto representa un signo de humillación.

Entonces, para proteger su “ego”, el rey mostró su voluntad de dejarlos ir, pero con una condición.

En función de lo planteado, el Faraón cedió a que los hombres fueran, pero no las mujeres ni los niños.

El rey quería, que los israelitas tuvieran una razón, por la cual regresar a Egipto. Pero, ése no era el plan de YEHOVAH DIOS, por lo tanto, se desató la octava plaga.

Concretamente, la “plaga de langostas” (Vs 4) consumió toda la vegetación y la producción agrícola de ese momento, lo que no había sido destruido por el granizo.

La consecuencia de eso sería escasez de alimentos y hambruna por todo el país.

Ahora bien, Faraón se dio cuenta del error, de no haberse humillado en obediencia, ante YEHOVAH DIOS de Israel y lo admitió con pesar, pidiendo a Moisés que intercediera, para que cesara la plaga.

De manera, que Moisés intercedió delante de YEHOVAH DIOS, ante esta muestra de arrepentimiento, la plaga fue quitada.

Sin embargo, el arrepentimiento del Faraón no era completo, ni había llegado aún al punto necesario (Vs 20). Al verse aliviado, volvió a la necedad de su corazón.

Recordemos, que el término que se traduce acá como “endureció” en hebreo es “Jazak” literalmente significa “fortalecer”.

YEHOVAH DIOS fortaleció lo que ya había en el corazón del Faraón.

Versos 21 al 28

Para la penúltima plaga, “las tinieblas” (novena), no le fue dada advertencia al Faraón  ni a los egipcios.

YEHOVAH DIOS sólo instruyó a Moisés, sobre lo que tenía que hacer y se vino una gran oscuridad.

Esta plaga destronó, a una de las principales deidades de los egipcios “Ra” (On) el dios sol.

Éste era considerado el rey de los dioses en el panteón de los egipcios y como tal, era el patrón del Faraón.

Por si fuera poco, según la mitología egipcia el dios “Ra” moría cada día al caer el sol.

Durante toda la noche, lucha contra “Apep” dios de las tinieblas. Al final, “Ra” vencía y resucitaba, trayendo consigo el amanecer sobre Egipto.

“Apep”, era un dios caótico e impredecible, por lo que todos los egipcios le temían.

Ante estas creencias, podemos inquirir el pánico que provocó en los egipcios la plaga de las tinieblas y el Faraón no fue la excepción.

Por eso el rey de Egipto, estuvo dispuesto a ceder ante Israel, pero todavía tuvo la osadía de querer establecer “ una condición”.

El Faraón todavía quería asegurarse el retorno forzado de los israelitas, para someterlos a servidumbre en Egipto.

Pero YEHOVAH DIOS de Israel, quería que le sirvieran a ÉL y ya no más al Faraón.

Por supuesto, Moisés no aceptó la condición del rey.

Definitivamente, YEHOVAH DIOS endureció el corazón del Faraón para seguir exponiendo todas sus obras extraordinarias.

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