Verso 1
La promoción de Amán se observa en este verso, él era un hombre que no amaba a YEHOVAH DIOS, pero YEHOVAH DIOS tenía un propósito al permitir que fuera promovido.
Amán era descendiente de Agag, quien era el rey de los Amalecitas, el pueblo que había sido enemigo a muerte de los israelitas por generaciones (Éxodo 17, 14-16).
Versos del 2 al 3
Mardoqueo se rehúsa inclinarse y a humillarse delante de Amán.
Parece no haber en la Palabra de YEHOVAH DIOS un mandamiento en contra de arrodillarse o humillarse ante un líder político como símbolo de respeto (Génesis 18, 2; 23, 7; 43, 26; Éxodo 18, 7; 2 Samuel 16, 4.)
Pero Mardoqueo debió haber sabido algo sobre este hombre Amán, que lo persuadió que él era indigno de tal honor, tal vez simplemente su ascendencia.
Ningún Benjamita que se respetaba a sí mismo, se humillaba delante de ningún descendiente de los amalecitas, enemigo de los judíos, esto era una costumbre cultural tribal.
Probablemente la orden estaba implícita en la promoción que recibió en Vs 1.
Versos del 4 al 6
El orgullo herido de Amán lo lleva a buscar venganza no solo contra Mardoqueo, sino contra su pueblo, los judíos.
Aparentemente, al principio Amán no se dio cuenta que Mardoqueo se resistía, tuvieron que hacérselo notar.
Amán era un hombre sumamente altivo e inseguro, solo podía verse exitoso si todos los demás pensaban que lo era.
La ira de Amán lo llevó a desquitarse con todos los judíos en el reino. Esta situación expuso el odio que Amán tenía contra todos los judíos.
Verso 7
Amán decide la fecha exacta en que atacará a los judíos.
“Suerte” era la palabra Persa “Pur”, designada para designar la suerte, algo así como un dado, usado para dejar una decisión al azar o al dios que guía el azar.
Ya que esto se hizo en el mes primero, el echar la “suerte” determinó que los judíos no serían atacados y masacrados por lo menos en 11 meses.
Esto prueba la verdad de Proverbios 16, 33 “La suerte se echa en el regazo; mas de YEHOVAH es la decisión de ella”.
La larga espera entre el primer mes y el mes de la masacre del pueblo judío fue ordenada por YEHOVAH DIOS.
Versos del 8 al 9
La propuesta que Amán hace al rey Asuero, fue una acusación más peligrosa de lo posible, era una verdad a medias. En efecto, los judíos eran un pueblo esparcido y distribuido y en efecto tenían sus propias leyes.
Pero a este punto, sus propias leyes no les estorbaban, como leales súbditos, para guardar las leyes del rey.
Es más, la negativa de Mardoqueo de inclinarse delante de Amán no fue basada en la Ley de YEHOVAH DIOS sino en un principio personal de integridad.
Parece que Amán ignoraba completamente el principio de integridad personal.
Amán sugirió organizar el asesinato masivo del pueblo judío, no informó al rey Asuero cuántos de este pueblo había en su reino, el rey probablemente consideró que esto era una amenaza relativamente pequeña.
Esto era básicamente una promesa de soborno. Este dinero no iba a salir de la bolsa de Amán, sería obtenido de las propiedades de los judíos sacrificados.
Versos del 10 al 11
Una vez más, el rey Asuero no tenía idea a lo que había accedido, creyó que había accedido a la ejecución de unos cuantos revolucionarios peligrosos en su reino.
Versos del 12 al 15
El decreto se publica, con esto fue anunciado por el rey una sentencia sobre los judíos que abarcaba todo el imperio.
Este era como los otros ataques en contra del pueblo judío a lo largo de la historia, con la excepción de que esto fue anunciado con anticipación.
Los ciudadanos del imperio conocían personas judías que vivían entre ellos y sabían que eran honrados ciudadanos que no ocasionaban problemas.
Por lo tanto, estaban confundidos por el decreto en el que se declaraba, que estos judíos eran enemigos peligrosos.
Una vez más, todo esto sucedió debido a la inseguridad y orgullo herido de un malvado hombre, Amán.