Versos del 1 al 19
Véanse Isaías 3, 24; 32, 9-12, para el verso 3 de este capítulo.
En los versos 3 y 4 se nota que la oración comienza con un tono más personal, con el temblor del peligro propio.
Los versos del 5 al 12 presentan el esquema tradicional, beneficios de YEHOVAH DIOS, le sigue el pecado del pueblo confesado, luego el castigo y por último la petición con motivación.
Por la confesión del pecado, con la fórmula “eres justo”, se emparenta con liturgias penitenciales como la de Esdras 9, Nehemías 9 Daniel 9 y Baruc capítulos del 1 al 3.
En la situación actual, Israel frente a sus enemigos, se plantea realmente una lucha entre los ídolos y YEHOVAH DIOS.
La empresa está consagrada con un juramento hecho a los ídolos, la victoria redundará en su alabanza.
El culto a un hombre del que no se habla en el original hebreo, está en la línea del libro de Judit y Daniel.
En el verso 11 los que no son nada son los ídolos y sus devotos que se vuelven como ellos, Salmos 115, 4-8; Isaías 41, 24.29; 44, 7, se trata de la burla del triunfo, según Salmo 25, 2.
Podemos ver en el verso 13 el león es el rey poderoso y posiblemente hostil (Salmo 7, 3).
En los versos del 15 al 17 estas protestas de Ester suenan falsas en el contexto narrativo y hacen resaltar la libertad de espíritu del autor original.
El paso del hebreo original al griego, documenta el estrechamiento espiritual que ha sufrido parte del pueblo por efecto de las circunstancias.
Se observa en el verso 19 en compensación, el último verso de la súplica suena con conmovedora sinceridad.