Introducción
El hombre y la mujer componen la raza humana siendo creados ambos por Yehovah, no existe ciudadano de “segunda clase” y en todo caso si lo hubiera, sería el varón porque este fue hecho del polvo de la tierra, mientras que la mujer de un hueso de la costilla del varón, Génesis 1, 27.
El varón y la mujer son iguales pero con propósitos o funciones distintas y complementarias, de tal manera, que el varón cuando se ocupa de desempeñar las funciones propias de la cabeza y la mujer de ser el cuerpo, ejercen sus funciones corporativas.
Proverbios 14, 1 “La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba.”
Este proverbio le asigna a la mujer la edificación como función primordial, ella trabaja sobre los simientos o la base que es el marido, quien le proporciona la provisión de la semilla y de acuerdo a la calidad de esta será la fortaleza de la estructura.
Muchos matrimonios están edificando disfuncionalmente sus funciones o roles, porque están ejercitando su ministerio matrimonial sin seguir las instrucciones del diseñador, sin prestar atención a las especificaciones del arquitecto, rebajando la calidad de los materiales, al mismo tiempo que disminuyen el volumen de los mismos, realizando una obra de ingeniería con especificaciones distintas a las establecidas en el plano, Mateo 19, 4-6.
Yehovah es el pegamento que une al hombre y a la mujer, cuando en un matrimonio no están bien definidas las acciones propias de la cabeza, donde el varón no toma responsabilidad de ellas y al mismo tiempo, no están bien definidas las tareas del cuerpo, donde la mujer no toma la responsabilidad de lo que le corresponde, trae como como consecuencia, que no exista la armonía, implantándose un continuo desorden de roles y comenzado la guerra de los sexos para determinar por la fuerza quien manda a quien.
Lo anterior, es el resultado de un matrimonio que camina fuera del “Temor de Yehovah”, toda unión conyugal donde la Palabra de Yehovah no es concéntrica es “disfuncional”, ya que todo matrimonio exitoso opera bajo el Código de la Honra de los Roles.
Corintios 3, 10-15
En esta cita construir con oro, plata o con piedras preciosas que no pierden su valor, cuando pasan a través del fuego, sino mas bien, se aumenta porque el fuego le limpia de toda escoria, nos da la imagen de un matrimonio que opera bajo un “yugo sacrificial común”, cada uno se place en morir para agradar al otro.
Por otra parte, construir un matrimonio en base a la madera, caña y paja, representa a todos los matrimonios que cuando pasan por la “hora de la prueba” se tambalean, se caen, pierden su estructura natural y son reducidos por el fuego, todo ello, por el desgaste conflictivo a través del tiempo saliendo del crisol como ceniza esparcida por el viento.
Mateo 7, 24-29 nos llama a edificar sobre la roca, en un matrimonio consiste en “desarrollar la disciplina del Temor de Yehovah”, es decir, la Adoración de su Palabra, la Obediencia de su Palabra y el Servicio por causa de su Palabra, los matrimonios en continua contienda no están edificando sobre el verbo de Yehovah, es decir, lo están haciendo apartados de Yeshúa Ha Mashiaj quien nos acaba de afirmar en Mateo 19 que fueron unidos por Yehovah quien es el pegamento para alcanzar un propósito común.
Escuchar las Palabras de Yeshúa y ponerlas en práctica es lo que significa el pasaje de la escritura donde el mismo Yeshúa nos ordena a creer en su Nombre, porque “Creer es Obedecer”, lo que está direccionado a vivir conforme a su doctrina.
El Sacerdocio en el varón o en la mujer se afianza sobre dos columnas que son el Sacrificio y la Intercesión.
Mediante el Sacrificio de acuerdo con Romanos 12, 1-2 nos presentamos nosotros mismos delante del Padre como Sacrificios vivos, de allí que al no identificarse como sacerdote viviendo su ministerio bautismal, entonces le preguntaríamos ¿Sobre cuáles premisas opera tu Bautismo?, porque es Profeta, Sacerdote y Rey, gracias al sacrificio hecho por Yeshúa Ha Mashiaj en la cruz como Ofrenda perfecta, estando en Él ejercemos el sacerdocio en la dispensación de la gracia, por medio de obras de mortificación, ejecutados en la carne, para que el Espíritu de Yehovah cobre mayor influencia en nuestros corazones.
Los Sacrificios comunes son: de Adoración, de Obediencia y de Servicio, que operan por su correspondencia en la Oración, en los Ayunos y en los Diezmos y Ofrendas, quien esté ejercitado en esta triple acción será varón o mujer que está cumpliendo con su compromiso sacerdotal.
Por otra parte, el otro pilar es el de la Intercesión y sobre este se edifica a través del ejercicios de las entrañas de misericordia, porque literalmente consiste en ponerse en lugar del otro, para orar con una intensidad que describe los requerimientos, necesidades, debilidades que atraviesa el prójimo, siendo confrontadas, batalladas y vencidas en el campo espiritual como si fuesen requerimientos propios.
Ahora bien, todo sacerdote sea varón o mujer, para cubrir a su familia presenta tanto Sacrificios como Intercesión a Yehovah, el Sacrificio es la Espada que me permite avanzar o hacer avanzar al núcleo familiar, presentando Ofrenda en el Atrio para tener acceso al Lugar Santo y Lugar Santísimo, mientras que el Escudo es la muralla que permite cubrir a todos los que están bajo la cobertura y por los cuales como dice el Apóstol Pablo no debemos cansarnos de elevar ruegos de grandes súplicas en medio de la Acción de Gracias, Filipenses 4, 6.
La mujer ejerce su sacrificio y su intercesión sacerdotal edificando mediante el temor de Yehovah y la sujeción VOLUNTARIA a su marido proyectando, multiplicando y dando a luz la transformación de toda semilla que recibe en el vientre de su espíritu, en el vientre de su alma y en el vientre de su cuerpo, como ayuda “Ezer” el don sacerdotal femenino se centra en perseverar encubando, nutriendo, dando a luz, equipando, fortaleciendo y llevando a término todo propósito comunicado por Yehovah a su cabeza.
En esta formación, resaltaremos a algunas de las mujeres que se destacaron en el ejercicio de su sacerdocio en el periodo del Antiguo Testamento, observaremos en cada una de ellas el ejercicio de principios inequívocos como la Obediencia al llamado hecho por Yehovah a sus almas, para que dieran un paso al frente y con toda gallardía sin rendirse dejaron constancia de la tenacidad de su Fe, ejecutando Obras de gran envergadura que le permitieron retener, nutrir y desarrollar en su vientre, para dar a luz a la simiente de Abraham, para dar existencia al pueblo de Yehovah, siendo ellas, en sus propios cuerpos, los tabernáculos que gestaron y edificaron toda la casa de Israel, la Nación Santa de Yehovah, el Pueblo Elegido por el Altísimo para Bendecir en su simiente que es Jesucristo todas las naciones de la tierra.
Desarrollo
Las características más admiradas en una mujer, según el relato bíblico, son el silencio, la virtud, la prudencia, la discreción, la belleza, la virginidad y la fertilidad, en caso de ya haber contraído matrimonio, es decir, la mujer era admirada por ser una persona capaz de dar a luz hijos, sin embargo, hubo mujeres que marcaron la diferencia en gran manera, y a pesar del contexto, social, político y geográfico en el que se encontraban, tuvieron un propósito diferente, que sin duda dio un giro a muchos de los testimonios bíblicos, pues gracias a ellas y a las obras que Yehovah les encomendó hacer, el Plan de Salvación pudo llevarse a cabo.
A continuación, se presentan algunas mujeres nombradas en el Antiguo Testamento, sus características, su función y el papel importante que cumplieron, tanto así que merecieron ser nombradas en el texto sagrado bíblico, por la magnitud de su aporte.
1. Esposa de Noe
En primera instancia debemos nombrar a una mujer de la cual no se menciona ningún atributo de su carácter y esto es por causa de su santidad singular, nos referimos a nada más y nada menos que a la segunda Eva de acuerdo a su función particular como madre de todos los sobrevivientes ya saben que se trata de la primera mujer virtuosa cuya obra está tan unida a de su marido que solo se hace mención de ella como alguien con sumisión voluntaria en perfección en Génesis 6, 18; 7, 7.13.
Se trata de la esposa de Noe de la que no sabemos ni el nombre, pero sí su gran carácter de santidad ya que, a pesar de la doctrina de maldad reinante en el mundo, la Biblia nos hace ver que era temerosa de YEHOVAH. Alguno pudiera decir que simplemente era una enchufada, pero en Yehovah no existe tal cosa, pongamos en contraposición a la esposa del justo Lot, esta no era justa delante del Altísimo y lo sabemos porque justo significa uno que se apega a obedecer de tal manera que se hace copia fiel del carácter de su cabeza, la esposa de Lot no acató la orden y por ello no alcanzó el ser puesta a salvo, Génesis 19,12-17.26.
2. María o Miriam
Hermana de sangre de Moisés, del clan de Levi Número 26, 58-59. Según el pasaje bíblico de Éxodo 2 se puede interpretar que era una niña responsable, pues su madre Joquebed, no dudó en poner en sus manos la tarea de la supervisión de Moisés, y fue ella, quien le dio la opción a la princesa egipcia de llevar a Moisés a una madre nodriza para que se encargara de sus cuidados, mientras debiera ser amamantado, por esta razón, Moisés pudo tener contacto de forma indirecta con su verdadera familia, y tener de forma más cercana al pueblo hebreo, pueblo que años más adelante rescataría de la esclavitud, Éxodo 2, 1-10.
En Éxodo 2 aparece María o Miriam, pero su nombre es conocido en el Capítulo 15 de este libro, donde además conocemos otras virtudes, siendo señalada como líder y profetisa, siendo así la primera mujer que ostenta ese título en el Antiguo Testamento, Éxodo 15, 20-21.
3. Débora
En el periodo de los Jueces, en la época en la que el pueblo de Israel abandonó a Yehovah y quedó en poder del señorío extranjero, Yehovah levantó a una mujer, en aquel tiempo gobernaba a Israel una profetisa llamada Débora, que era esposa de Lapidot, ella tenía su tribunal bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín, y los israelitas acudían a ella para resolver sus disputas, Jueces 4,4-5, la mujer que gobierna Israel y lo hace desde Efraím.
Los Cananeos ejercían poder sobre casi todos los llanos de Palestina y Jabín, su rey tenía dominio sobre Israel gracias al poderoso ejército que poseía, sin embargo, quienes vivían en la zona montañosa, se encontraban fuera de este régimen, pues los 900 carros herrados que poseía Jabín no se adentraban en estas zonas, en medio de este contexto, Débora mostró una gran capacidad y estrategia militar pues con la ayuda de Barac formó un pequeño ejército para destruir las tropas de Jabín y a Sisara, Jueces 4, 6b-7.
Toda la estrategia militar que Débora había planeado, se cumplió a cabalidad, ante el avance de Barac, el Señor desbarató a Sísara a filo de espada, con todos sus carros y su ejército, a tal grado que Sísara saltó de su carro y huyó a pie. Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaroset Goyim, Jueces 4,15-16a.
Todo el ejército de Sisara cayó a filo de espada; no quedó nadie con vida, puede verse entonces, la capacidad de Débora para regir al pueblo de Israel y para planear y efectuar una estrategia militar que les dio el triunfo y la libertad.
4. Noemí y Rut
Una mujer que, teniendo una familia completa, perdió todo, es decir, perdió a su marido y sus hijos Rut 1, 1-3, de esta forma quedando desprotegida, y pasando a la lista de las menos afortunadas, las viudas, y aunque no es presentada en el relato como una mujer amistosa o amable, Noemí cumple un papel fundamental, pues está relacionada con la genealogía de Cristo.
En medio de su desolación, Noemí decide volver a su tierra, saca fuerzas para emprender un largo viaje, y no cualquier migración, sino una travesía de regreso al lugar del que salió con dinero y con la cabeza en alto, para regresar, viuda, sin hijos y pobre, eso es valentía y coraje, porque ¿Quién en sus cabales quisiera volver derrotado al lugar del que salió triunfante?, además de valentía y determinación Noemí demuestra Fe y confianza en su Yehovah, pues el verdadero motivo por el que regresa a su tierra, es porque como lo dice en Rut 1, 6-7, ella se enteró que el Señor había acudido en ayuda de su pueblo al proveer alimento y ella confiaba en Dios.
Para complementar un poco la historia de Noemí, se hace oportuno hablar de Rut, su nuera, quien al igual que Noemí había perdido su marido; aún bajo estas circunstancias Rut muestra ser una mujer comprometida, fiel, leal, que, en medio de las adversidades, no flaquea y se mantiene firme en su postura, es determinada, lista y dispuesta.
Aunque Noemí le había dado la opción de regresar a su pueblo, con su familia y con sus dioses, Rut había decidido abandonar a los dioses de Moab para ser fiel al Yehovah de Israel, por tal razón prefirió acompañar a su suegra Noemí en su camino a Belén, Rut 1, 8-10. 14-17.
Es una mujer calculadora, empeñada y abnegada a conseguir lo que desea, en sus manos recae la responsabilidad de una familia muy desintegrada (su suegra), su Fe es transparente y simple.
Noemí, planea una estrategia, lo bastante buena como para asegurarse un buen futuro, una descendencia y una estabilidad para su suegra, puede decirse en palabras coloquiales de estos tiempos, que Noemí es cabeza de Rut es entonces, el grillete con el cual Yehovah entrelaza a Nomeí con su pueblo y por supuesto con el Mesías, pues Dios, la usó como medio de gracia, Rut era descendiente de Moab, quien a su vez descendía de Lot, y por ende de Abraham; Rut es la bisabuela de David, es decir, que esta hace parte de la línea directa que antecede al Mesías, Rut 4, 13-17.
5. Reina Ester
Otro personaje que cumplió un papel importante en el Antiguo Testamento, que de hecho es la última mujer que se nombra en el Antiguo Testamento y que es incluida en la narrativa veterotestamentaria (Antiguo Testamento), es la reina Ester, quien ejecuta acciones fundamentales en la historia de los israelitas, pues siendo reina hebrea de Persia salva a su pueblo, en tierra extranjera, de una destrucción segura, Ester 2, 8-9. 19-20; 5, 3-9.
Algunas características del sacerdocio de Ester, sumisión en todo tiempo con su obediencia a Mardoqueo, como se observa en Ester 2, 20; dejarse guiar por una autoridad del rey en este caso Hegué en Ester 2, 15; respeto y alta estima al rey como su esposa Ester 5, 8; a pesar de vivir en un tiempo de gran letargo espiritual, mantuvo convicciones firmes en cuanto a su Fe, siendo ejemplo de liderazgo en obras de piedad, Ester 4, 16; cuando denunció a Amán, lo hizo bajo la protección de su esposo, no se le ocurrió una estrategia que no tomara en cuenta su lugar en el reino y en su matrimonio, Ester 7, 1-10.
Lograr sobrevivir en el cautiverio diaspórico, después de vencer la inminente liquidación producida por un sentimiento de odio de Amán, lograr salvación gracias al valiente actuar de un individuo, en este caso una mujer (Ester), trajo como consecuencia poder continuar viviendo con su Fe, aun en un medio foráneo e incompatible, es ese el aporte de Ester a la narrativa bíblica y a la historia hebrea de la Salvación.
Ester demuestra unas características muy importantes, y desempeña un papel que no vuelve a verse a lo largo de la narrativa bíblica; la reina Ester, quien goza de poder, es una mujer inteligente y decide hacer uso de su sabiduría para decir todas las cosas que desea, además es paciente y prudente, que espera el momento oportuno para actuar, y finalmente, es valiente, aguerrida, capaz de perderlo todo por quienes ama.
Conclusión
Tanto varón o mujer son instrumentos seleccionados por Yehovah desde los inicios, ambos para someter la tierra y señorear animales, también para poblar la tierra, hubo mujeres, que tuvieron actitudes valerosas que denotan por su obediencia al llamado.
Actitudes y acciones tan importantes que valió la pena plasmarlas en la narrativa bíblica, porque aportaron a la salvación del pueblo ya elegido por Yehovah, o porque perpetúan la vida de algún elegido de Yehovah para cumplir algún propósito.
Las mujeres antes descritas cumplieron con un liderazgo, ellas demuestran que la valentía, la fuerza, la Fe, la Sabiduría, la Toma de Decisiones y hasta la estrategia militar, no son características y prácticas del género masculino, sino que son acciones que el ser humano puede lograr a cabalidad caminando en el Temor de Yehovah.