Versos del 1 al 34
Transcurrieron varios años desde la experiencia de los amigos de Daniel en el capítulo anterior y el sueño de Nabucodonosor que ahora vamos a considerar.
Todo indica que el rey había consolidado su hegemonía política y militar, había edificado ciudades, palacios y engrandecido a Babilonia.
Se trataba, por lo tanto, de un período de tranquilidad en el que Nabucodonosor se sentía tranquilo y satisfecho por todo lo que había conseguido.
Teniendo en cuenta que este monarca tuvo un reinado bastante largo, 43 años (605 al 562 a.C.), y que la locura descrita en este pasaje duró siete años.
Después de los cuales todavía disfrutó de algunos años más en el trono, es razonable situar estos acontecimientos a partir del año 33 de su reinado.
Los grandes éxitos conseguidos por Nabucodonosor, le habían llevado a estar confiado en su trono, lo que parece lógico.
Pero al mismo tiempo, también se había llenado de orgullo y altivez contra YEHOVAH DIOS.
El hecho de construir una enorme estatua y obligar a todos a postrarse ante ella para adorarla, ya sirvió para mostrarnos a un hombre lleno de orgullo y sin respeto hacia YEHOVAH DIOS.
Visión del árbol. Segundo sueño de Nabucodonosor.
Este capítulo se puede dividir en tres secciones:
1. El rey relata el sueño (vs 7b-15).
El árbol en el sueño de Nabucodonosor era notable por su tamaño, fuerza, prominencia, belleza, frutos, y refugio, un ángel explicó el destino de este árbol.
Él hizo saber que el árbol sería derribado, y que perdería su tamaño, fuerza, prominencia, belleza, frutos y refugio.
También dijo que el árbol representaba a un hombre que sería cambiado y se le daría un corazón de bestia.
2. Daniel lo interpreta (vs 16-24).
Cuando Daniel le explicó a Nabucodonosor, el rey probablemente no podía adivinar que tan literal sería.
El propósito intencionado de YEHOVAH DIOS para Nabucodonosor, era que el rey podía haber evitado este destino humillante si se hubiera humillado asimismo de una manera genuina.
3. Cumplimiento del sueño (25-34).
YEHOVAH DIOS le dio a Nabucodonosor doce meses para arrepentirse y él probablemente se olvidó del sueño en todo ese tiempo, pero YEHOVAH no lo olvidó.
Antes de la narración del sueño por parte del mismo rey, se reconoce que el único Dueño de cielos y tierra es el YEHOVAH DIOS de Daniel.
YEHOVAH DIOS de Israel, quien actúa por medio de sus fieles judíos, para quienes la sabiduría es muy diferente a la de los sabios y adivinos paganos.
De nuevo, se quiere subrayar la única y absoluta soberanía de YEHOVAH DIOS sobre reyes, reinos y naciones.