Mosqueteros de Yehovah

Apocalipsis Capítulo 5

Versos del 1 al 14

El Cordero y el libro. Yehovah Dios toma la iniciativa en la historia de la salvación.

Del trono de Yehovah Dios surge una mano (único detalle antropomórfico del que está sentado en el trono), la todopoderosa mano de Yehovah Dios ofrecida para sus Hijos que se traduce en Vida Eterna.

En la mano hay un libro escrito por fuera y por dentro; todo él es elocuente pero permanece cerrado con siete sellos. El libro contiene el designio de la historia, el misterio de la salvación, la vida de la Palabra de Yehovah Dios.

Nadie es capaz de leerlo ni de interpretarlo. A la sorpresa inicial sucede la turbación.

Por eso la humanidad errática, llora amargamente porque no haya un sentido a su vida, ni encuentra a alguien que oriente sus pasos perdidos, por la desobediencia a quien es su Dueño y Señor.

El llanto de Juan cesa cuando un anciano le consuela con una velada mención a Yeshúa Ha Mashiaj.

Yeshúa Ha Mashiaj cumple las profecías antiguas. Sólo Él, muerto y resucitado, victorioso, será capaz de leer e interpretar el libro de la vida.

En esta nueva visión aparece Yeshúa Ha Mashiaj, el Cordero con dignidad divina (en medio del trono), muerto (sacrificado), resucitado (de pie), dotado de la plenitud del poderío mesiánico (siete cuernos) y poseedor y dador al mismo tiempo del Ruaj Hakodesh (siete ojos que son los siete espíritus de Yehovah Dios).

Es Yeshúa Ha Mashiaj quien, mediante su Misterio Pascual de muerte y resurrección, es investido con toda la autoridad divina y derrama sobre la tierra el don personal de su Espíritu, quien es íntimamente descrito bajo el símbolo de sus siete ojos, como la mirada resplandeciente de su amor.

Nuestro Señor es entronizado. Recibe el poder y la gloria divina. Su entronización regia desencadena una verdadera cascada de alabanzas.

Los veinticuatro ancianos presentan a Yehovah Dios las oraciones de los “santos”.

Se refiere a las oraciones de la Ekklesia, pues los santos en términos del Nuevo Testamento son los que se han apartado del mundo, carne y demonio para adorar, obedecer y servir a su cabeza Yeshúa Ha Mashiaj.

La oración es para Yehovah Dios, alabanza, fragancia digna de ser aceptada.

Se resalta aquí la universalidad de la redención. A manera de coros concéntricos, la alabanza a Yehovah Dios y al Cordero asume dimensiones cósmicas.

Nadie está excluido de la participación en el Temor a Yehovah Dios. La adoración de toda la creación se dirige hacia el trono (que es el elemento central del capítulo 4) y el Cordero (personaje central del capítulo 5).

De esta manera estratégica ambos capítulos logran su unidad: Yehovah Dios y el Cordero, ambos enaltecidos en el mismo ámbito de la divinidad compartida.

Difunde la Palabra de Yehovah No Contaminada

Deja un comentario