Versos del 1 al 18
Vs 1 Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Lo que está viendo Juan es una señal en el cielo. El enemigo, por supuesto, toma lo que el Eterno creó y lo tuerce, para provocar que perdamos de vista lo que significan las señales de los cielos. Las señales en el cielo hablan de lo que Dios hace, lo dice:
Salmo 19,2-4: 2 Los cielos cuentan la gloria del Señor, proclama el firmamento la obra de sus manos. 3 Un día al siguiente le pasa el mensaje y una noche a la otra se lo hace saber. 4 No hay discursos ni palabras ni voces que se escuchen.
Tú no puedes escuchar una voz audible en el lenguaje de los cielos, pero los cielos cuentan la Gloria de Dios y anuncian la obra de sus manos. Hay una proclamación celestial, desde:
Génesis 1,14 Dijo Dios: Haya luceros en el cielo que separen el día de la noche, que sirvan para señalar las fiestas, los días y los años.
Las estrellas sirven como:
1. SEÑALES: La palabra hebrea para “señal” se pronuncia “OT” y también puede traducirse como “bandera” o “evidencia”. En hebreo, se escribe de derecha a izquierda: “Álef” (א), cuyo pictograma es un toro. “Vav” (ו), cuyo pictograma es una estaca. “Tav” (ת), cuyo pictograma es una cruz.
Esta secuencia se interpreta como la imagen de un toro con su yugo en la espalda, utilizado para arar la tierra. Los hombres, en la antigüedad, colocaban señales o marcas al otro lado del campo para arar en línea recta. Por lo tanto, el significado pictográfico de la palabra “OT” es: “ir detrás de la marca”
2. LAS FIESTAS, LOS DÍAS Y LOS AÑOS o lo que en hebreo se conoce como MOED (o MOEDIM en plural), pueden traducirse como “testimonio,” “solemnidades,” “tiempo,” “hora señalada,” “lugar,” o “reunión.”
Yahováh puso una señal en el cielo para que pudiéramos entender Sus Fiestas, Sus citas divinas.
Vs 2 Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz.
Esta mujer, estando encinta, clamaba con dolores de parto. El nacimiento de Israel fue un proceso doloroso, iniciado en medio de la esclavitud en el desierto.
Israel pasó 40 años en el desierto con buenos y malos jueces, y luego 400 años sufriendo invasiones de imperios y destierros debido a su pecado. Después de eso, vino la persecución.
El nacimiento del pueblo de Dios ha sido doloroso desde el principio, como lo expresa:
Isaías 26, 16 Yehovah, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba.17 Como la mujer sufre al dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores, así estuvimos ante ti, Yehovah.
La palabra hebrea “betulah” (Betula) además significa “novia”. La primera mujer virgen a la que se hace referencia en la Biblia es Rebeca, a quien Eliezer, el siervo de Abraham, encontró como esposa para Isaac.
“Eliezer” en hebreo significa “Dios es ayuda”, y este es el mismo nombre que Yeshúa le dio al Espíritu Santo: el Ruaj Hakodesh, el Paracleto o el Ayudador, o el Consolador. Es el mismo nombre de Eliezer.
Verso 3 Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete coronas;
En estos versos, Juan está observando una alineación de estrellas y planetas en el cielo, específicamente con la aparición de la constelación de la Virgen, la constelación de Leo, y del otro lado, la constelación de Draco o el dragón.
Este dragón representa al enemigo de nuestras almas, el adversario de toda la humanidad. De acuerdo con el versículo 9, es conocido como “el dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás”, el mismo que engañó a Eva y Adán.
Este dragón tiene siete cabezas. En la profecía bíblica, el concepto de cabeza se refiere a imperios. En la historia de Daniel 7,6 se describe a una bestia de cuatro cabezas, porque representa el periodo de Daniel hasta la venida del Mesías, incluyendo los imperios de: Babilonia, al Medo-Persa, al Griego y al Romano.
Sin embargo, la profecía de Apocalipsis amplía esta visión presentandonos a un dragón con siete cabezas. ¿Quiénes son estos imperios? Son todos aquellos que han perseguido a la mujer. Esta mujer, a su vez, representa a Israel, quien dio a luz al Mesías.
1.-Egipto: esclavizó a Israel y luego le persiguió.
2.- Asirios: llevó cautiva y esparció a las diez tribus del Norte.
3.- Babilonia: lleva a las dos tribus del Sur Judá y Benjamín cautivas.
4.- Medo-Persas: conquistan a Babilonia y a Israel con ellos.
5.- Griegos: invade Israel en el periodo de los Macabeos, el periodo en el que el Señor guarda silencio por 400 años.
6.-Roma: se dividió en dos piernas: Bizantino y el Otomano. Y el ultimo imperio, que en la profecía de Daniel son los “dedos de los pies”. Este está compuesto por una mezcla de hierro de Roma con barro (que representa al pueblo o al hombre). Esto no es otra cosa que los gobiernos humanos que ahora llamamos democracias, y que será conocido como El
7.- Nuevo Orden Mundial: siendo el evangelio que predica la bestia. En inglés es el “New World Order”.
Verso 4 con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz para devorar a su hijo en cuanto naciera
No hay duda de quién es la mujer y quién es el hijo. La mujer representa a Israel, de donde viene nuestro Mesías. El dragón persiguió a nuestro Mesías, intentó devorarlo y matarlo, pero fue vencido.
Porque Nuestro Mesías, aunque murió en la cruz, resucitó al tercer día, fue llevado al Trono de Dios, se sentó a la diestra del Padre. Allí está esperando para ser enviado por el Padre de vuelta por su novia.
Entonces, esta parte de la visión nos recuerda que Satán se rebeló contra el Todopoderoso y convenció a la tercera parte de los ángeles de Dios para que lo siguieran.
Esta no es historia futura, sino una historia del pasado, al igual que el nacimiento de Israel.
Isaías 14, 12-14: 12 ¿Cómo caíste desde el cielo, estrella brillante, hijo de la Aurora? ¿Cómo tú, el vencedor de las naciones, has sido derribado por tierra? 13 En tu corazón decías: “Subiré hasta el cielo y levantaré mi trono encima de las estrellas de Dios, me sentaré en la montaña donde se reúnen los dioses, allá donde el norte se termina; 14 subiré a la cumbre de las nubes, seré igual al Altísimo”, y también lo menciona Ezequiel 28, 16-17.
Vs 5 Y la mujer dio a luz un hijo varón, que ha de gobernar a todas las naciones con vara de hierro; pero su hijo fue arrebatado y llevado ante Dios y su trono
El profeta Isaías anunció el nacimiento de Yeshúa de una virgen.
Isaías 7, 4 El Señor, pues, les dará esta señal: La joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre de Emmanuel, es decir: Dios-con-nosotros.
El Mesías nacería cuando tuviéramos la señal de la Virgen en el cielo, Betulia. ¿Y esto cuándo sucede? Entre septiembre y octubre.
¿Y qué ocurre en este período? La Fiesta de Tabernáculos, momento en que Nuestro Mesías hizo tabernáculo entre nosotros. La Fiesta de Sucot representa al Eterno Haciendo tabernáculo entre nosotros.
Vs 6 mientras la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar que Dios le ha preparado. Allí la alimentarán durante mil doscientos sesenta días.
Como el dragón no pudo destruir al hijo, comenzó a perseguir al resto de la descendencia de la mujer. Esto incluye a todos los que son parte del pueblo de Dios: israelitas y gentiles injertados en el olivo, en el pueblo de Dios.
La mujer, que representa a Israel, huira al desierto al final de los tiempos. El texto nos da una cifra específica: 1,260 días, que equivalen a tres años y medio. Estos son los eventos precederán a la segunda venida del Mesías.
Israel, el pueblo de Dios (los nacidos naturales e injertados, como dice Romanos 11), será perseguido por este último imperio mundial, que tendrá diez príncipes como lideres.
Sin embargo, este imperio sigue siendo parte de la misma bestia que, a lo largo de las edades, ha intentado destruir al pueblo de Dios. Israel, va a luchar para escapar al desierto, pero no solamente físicamente, sino también espiritualmente.
En Daniel 7, 25 Insultará al Altísimo, perseguirá a los santos del Altísimo, tratará de cambiar el calendario y la Ley; los santos quedarán sometidos a su poder por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.
Vs 7-9: 7 Entonces se desató una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, 8 pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. 9 El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.
Lo que se observa en Daniel 10 es que no es la primera vez que hay una lucha física y espiritual.
Mientras el plan de Dios se lleva a cabo, una victoria espiritual siempre precede a una victoria física.
Esto prueba que Dios vence al enemigo, quien una y otra vez intenta destruir al pueblo de Dios que el Eterno formó para traer luz a las naciones.
Pero el texto dice que fue lanzado fuera este dragón, esta serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás. Y la palabra “Satán” en hebreo significa “adversario”. Es nuestro enemigo, el que se opone al Eterno, a los planes de Dios y a nosotros. El es quien engaña al mundo entero, y fue arrojado a la Tierra con sus ángeles.
Esta serpiente antigua serpientes es arrojada del Cielo, así como Adán fue arrojado del Edén. Sabemos que todavía Satanás se presenta como el acusador, pero un día ya no podrá más presentarse y será arrojado a la Tierra para acortar su tiempo y que llegue su final.
En el cielo también podemos ver esta señal: la constelación que los antiguos griegos llamaban Draco o el dragón.
Verso 10 Oí entonces una fuerte voz en el cielo que decía: Por fin ha llegado la SALVACIÓN, el poder y el reinado de nuestro Dios, y la soberanía de su Ungido. Pues echaron al acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche ante nuestro Dios.
¿Te acuerdas cómo se dice salvación en hebreo? Se dice Yeshúa. Ahora ha venido Ahora ha venido YESHÚA el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de Su Cristo, de Su Mashíaj, de Su Ungido.
Porque ha sido lanzado fuera, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Como leemos en la historia, por ejemplo, de Job. Ahora viene nuestro Yeshúa de parte de Dios, y Satanás no puede más acusar al pueblo de Dios.
Verso 11 Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero, con su palabra y con su testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte. Este es el centro del capítulo.
Tenemos la Fiesta de Pesaj, una sombra de la redención. La única manera de vencer al enemigo es experimentando la misma redención que experimentó Israel cuando salieron de Egipto.
Solo aquellos que confiaron en la sangre del cordero pudieron salir ilesos de la última plaga. El pueblo de Dios es aquel que confía en la sangre del Cordero, quienes vencen por medio del testimonio de la palabra.
Si venciste por la sangre del cordero, tu vida da testimonio de que la Palabra de Dios es Verdad, porque vives en ella, no porque te la sabes, sino porque la obedeces y la practicas.
Y porque no amas más tu vida, confías en las promesas de la era por venir. Esperas el Reino de los cielos, tienes la mente del Reino, tu pasión es el establecimiento del Reino, y por eso tu comportamiento lo manifiestas prefiriendo morir antes de negar a Cristo.
Romano 10, 9 Porque te salvarás si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos.
Verso 12 Por eso, alégrense, cielos y los que habitan en ellos. Pero ¡ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha bajado donde ustedes y grande es su furor, al saber que le queda poco tiempo.
Existe un claro contraste entre dos tipos de personas: aquellas que confían en Dios y aquellas que tienen su corazón puesto en las cosas de este mundo.
La exclamación “¡Ay!” es una expresión de dolor. Lo que sigue es esta batalla en el cielo. Entiendes lo que significa “habitantes de la Tierra”, pero ¿te has preguntado quiénes habitan en el mar? El mar es una expresión simbólica, y cuando una frase se documenta en un libro, es para enseñar algo.
El mar, desde el punto de vista profético, representa a las naciones. Los hombres son como peces en el mar.
Habacuc 1, 14 Tú tratas a los hombres como a los peces del mar, como a los reptiles que no pertenecen a nadie. Está haciendo una comparación entre hombres con peces del mar.
Leviatán es la serpiente antigua, entonces si el dragón es Satanás, ¿dónde vive, según Isaías? En el mar. Satanás, el dragón, la bestia, vive en el mar. El mar representa naciones, tribus y lenguas, y el mar, además, representa caos e inestabilidad.
El reino de Dios es pacífico; cuando se establece el Reino de Dios, lo que viene es una absoluta paz, shalom, a la Tierra. No nos falta nada; hasta los animales salvajes empezarán a comer pastos, todos serán herbívoros, no necesitarán comerse unos a otros; no habrá más miedo entre los animales.
¿Qué es lo que estamos observando en este pasaje? Estamos observando señales en el cielo que apuntaban a la llegada del Mesías, que apuntaban a la historia de redención.
La esencia del estudio de hoy está en el Verso 11 Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero, con su palabra y con su testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte.
Esto nos ayuda a entender que, a pesar de la persecución, nacer de nuevo como parte del pueblo de Dios, también produce dolores de parto.
Cuesta trabajo, no es fácil dejar la vida vieja. Implica un esfuerzo. No tenemos nada que ver en nuestra justificación; la justificación de Dios solamente la hace Dios. Pero si tiene que ver con nuestra santificación. Y eso es una carrera.
Filipenses 3, 12 No creo haber conseguido ya la meta ni me considero un “perfecto”, sino que prosigo mi carrera para conquistarla, como ya he sido conquistado por Cristo.
Verso 13 Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, se puso a perseguir a la mujer que había dado a luz al varón.
La persecución de Satanás no es algo que comenzará al final de los tiempos; es algo que se inició desde que se le anunció a la mujer que iba a dar a luz un hijo que aplastaría la cabeza de Satanás, como se profetiza en Genesis 3,15.
Hemos visto esta persecución a lo largo de la historia:
- Desde el tiempo de Noé: el diluvio fue el resultado de una rebelión para mezclar la simiente del hombre con la de los ángeles, buscando evitar el juicio sobre los ángeles caídos.
- En el tiempo de Babel, luego en Sodoma y Gomorra: se manifestaron juicios divinos
- En Egipto: Faraón intentó destruir a los varones hebreos para eliminar la simiente de Israel.
- En tiempos de Herodes: El rey Herodes, al enterarse del nacimiento del Rey de los judíos, ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores, buscando eliminar al Mesías recién nacido.
- En la tierra prometida: una y otra vez, Israel será perseguido.
Verso 14 Pero se le dieron a la mujer las dos alas del águila grande para que volara al desierto, a su lugar; allí será mantenida lejos del dragón por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.
Esta es la misma frase que utiliza Daniel y se refiere a los 1260 días. La mujer es llevada, “en las alas del águila” al desierto, donde será protegida y sustentada por tres años y medio.
“Las alas del águila” es la misma frase usada cuando Israel salió de Egipto en Éxodo 19, 4 Ustedes han visto lo que hice a los egipcios y cómo a ustedes los llevé en alas del águila para traerlos hacia mí. Apocalipsis no es otra cosa que la revelación de cómo Dios rescata nuevamente a su pueblo, de la misma manera en que sacó a Israel de Egipto con la sangre del cordero y llevó a su novia al desierto.
Siendo una figura literaria, porque Dios no sacó a Israel de Egipto volando, sino caminando hacia el desierto. De la misma manera, como Apocalipsis lo relata, sucederá al final de los tiempos. Además, los profetas dicen que el pueblo de Dios espera un segundo Éxodo.
Verso 15 Entonces la serpiente vomitó de su boca como un río de agua detrás de la mujer para que la arrastrara
Lo que viene es persecución inevitable. Esta agua que la serpiente arroja representa caos o turbulencia. La persecución se manifiesta como una poderosa corriente de un río, simbolizando. guerra, gobiernos perversos y desorden.
Isaías 8, 6-7: 6 Porque este pueblo rehúsa las aguas de Siloé, que corren mansamente, y desfallece ante Resín y el hijo de Remalías, 7 por eso, el Señor hace subir contra ellos las aguas torrenciales y caudalosas del Río –el rey de Asiria con toda su gloria–. El rebasará todos sus cauces, desbordará por todas sus orillas,
Con esta conexión de Isaías 8, podemos asumir que cuando habla de la persecución sobre la mujer “como ríos”, es de la misma manera como Asiria, cual río impetuoso, llevó cautivas a las diez tribus del Norte.
Así la persecución viene ahora sobre las ovejas perdidas de la casa de Israel entre todas las naciones.
Isaías 43, 2 Si cruzas por las aguas, yo estaré contigo, y los ríos no te anegarán; si caminas por el fuego, no te quemarás, y las llamas no te abrasarán. Esto clarifica la imagen o metáfora de la persecución que viene sobre la mujer, el pueblo de Dios, Israel.
Versos 16 pero la tierra vino en ayuda de la mujer. Abrió la tierra su boca y se tragó el río que el dragón había vomitado.
La mujer va a ser protegida milagrosamente, y lo que ayudará a preservar la vida de Israel es la tierra. No se refiere a la tierra en general, sino a la tierra que Dios apartó para su pueblo: la Tierra Prometida. Esta heredad es clave al final de los tiempos.
¿Qué está haciendo el Señor? Va a traer a su pueblo de las cuatro esquinas de la tierra y nos va a llevar como en las alas del águila, es cíclico, de la misma manera como llevó a Israel de Egipto a través del desierto para conducirlos a la Tierra Prometida. Durante un periodo de tres años y medio, Yehováh protegerá a su pueblo al final de los tiempos.
Podemos ver cómo se entrelaza el capítulo 11 con el capítulo 12. Al mismo tiempo que ocurre esta persecución y huida al desierto, los dos testigos están profetizando durante este mismo periodo de 1260 días.
El capítulo 11 nos decía que estos dos testigos son los dos olivos que representan la casa de Judá (el reino del sur, dos tribus) y el reino del Norte (diez tribus esparcidas entre las naciones).
Allí están los testigos del Señor entre las naciones, aquellos que están dispuestos a dar su vida por Él. Así como Yeshúa murió y resucitó lo hacen los dos testigos.
Verso 17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, es decir, a los que observan los mandamientos de Dios y guardan las declaraciones de Jesús.
Primero va contra la mujer antes de que dé a luz, al dar a luz busca su simiente que va a herir su cabeza. Es cíclico, ocurrió en el desierto, en el nacimiento de Yeshúa, en la cruz y va a suceder después.
Aquellos que no pueden creer que Israel es la Ekklesía, te dirán que nosotros ya no estamos aquí, que esta persecución no es para nosotros. Pero, lo que el texto dice es que aquellos que tienen el testimonio de Jesucristo, también guardan sus mandamientos.
El pueblo de Dios hace ambas cosas, no observa una y desecha la otra. La circuncisión es del corazón, no nos salvamos por título.
La guerra al final de los tiempos será contra el resto de la descendencia de la mujer. Al resto de sus hijos: La palabra griega aquí es SPERMA “descendencia”.
La serpiente hará guerra con el resto de la SPERMA de la mujer. ¿Qué te viene a la mente? Este pasaje :
Gálatas 3,6-7.29: 7 Reconozcan, entonces, que los verdaderos hijos de Abraham son los que tienen fe.8 La Escritura, previendo que Dios justificaría a los paganos por la fe, anticipó esta buena noticia a Abraham, prometiéndole: “En ti serán bendecidas todas las naciones”. 29 Y si ustedes pertenecen a Cristo, entonces son descendientes de Abraham, herederos en virtud de la promesa.
Nosotros, como descendientes de Abraham, haremos lo que el padre Abraham hizo: seremos fieles al pacto, guardaremos las instrucciones de nuestro Dios, porque el Eterno es fiel a su pacto. Nosotros también queremos ser fieles a Él y mostrarle nuestro amor a través de nuestra obediencia.
La persecución final, entonces, será una prueba final, una prueba de fuego que separará el trigo de la cizaña, las ovejas y los cabritos. Que cuando veamos la señal del Hijo del Hombre, nos encuentre amándolo a Él y no a nuestras vidas.
18 Y se quedó a orillas del mar.
A lo largo del capítulo 12, vemos la frustración del dragón por no poder destruir al Mesías. Después de que el Hijo es ascendido, el dragón se enfurece y persigue a la mujer, que huye al desierto para ser protegida por Dios durante un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo (tres años y medio).
El dragón intenta arrastrarla con una inundación de “agua” (símbolo de persecución, caos, turbulencia, ejércitos perversos), pero la tierra la ayuda al “tragarse” el río.
Al no poder destruir a la mujer directamente, el dragón se detiene, observa y se prepara para desatar un nuevo ataque a través de las fuerzas terrenales representadas por las bestias, intensificando así la persecución contra el resto de la descendencia de la mujer en los últimos tiempos, anuncia la aparición de los poderes que ejercerán la autoridad del dragón.