Versos del1 al 5
El reinado de Ozías se caracterizó en gran parte por el bien que hizo ante los ojos de YEHOVAH DIOS. Su consagración fue recompensada con un largo reinado de 52 años.
Ozías llegó al trono en una época difícil, después de los trágicos eventos que llevaron al final del reinado de Amasías.
Jerusalén estaba en desorden, una parte importante de su muro protector destruido, su Templo, palacios despojados de sus tesoros y algunos de sus habitantes llevados a Israel como rehenes.
Esta evaluación generalmente mixta sobre el reinado de Ozías también se indica en 2 de Reyes 15, 1-4, el cual nos dice que Ozías (también llamado Azarías en 2 de Reyes) no eliminó los lugares altos, lugares tradicionales de sacrificios al Altísimo y algunas veces puertas hacia la idolatría.
Versos del 6 al 15
Ozías fue activo en oponerse a los antiguos enemigos israelitas. Los filisteos también pudieron haber estado activos contra Judá en un pasado no muy lejano, tal vez incluso estuvieron entre los que llegaron con los árabes y masacraron a la familia real de David (2 de Crónicas 22, 1).
Con este corazón de hacer guerra contra enemigos antiguos, no es de sorprenderse que YEHOVAH DIOS le dio ayuda contra los filisteos.
Los filisteos perdieron dos de sus ciudades principales, Gat y Asdod así como Jabnia. Esta última fue Jabneel de Judá (Josué 15, 11) y después se convirtió en Jabnia, donde el sanedrín fue re-formado después de la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C.
Este otro ejemplo de la fortaleza del reinado de Ozías. Él demandó presentes de los amonitas, lo que era como un impuesto que reconocía su lugar inferior debajo de Judá.
Ozías fue un rey notable, que tuvo un amplio interés en la mejora de su pueblo. Debido a sus muchos logros, fue natural que se divulgara su fama entre otras naciones.
Hay cierto debate e incluso controversia en cuanto a si se trataba de inventos defensivos u ofensivos.
Si se describe la invención de las catapultas, es algo notable que Ozías y sus hombres inventaran tales cosas más de doscientos años antes de lo que la evidencia arqueológica sugiere.
Al final de esta extensa sección que alaba y promueve la bondad del reinado de Ozías, leemos esta ominosa palabra.
En algún punto de su éxito, comenzó a dejar de depender de la ayuda de YEHOVAH DIOS y comenzó a confiar en su propia fuerza.
Verso 16
Ozías es un ejemplo prominente de un hombre que manejó mejor la adversidad que el éxito.
La historia de los hombres es testigo persistente de los sutiles peligros que son creados por la prosperidad. Más hombres son arrasados por ella que por la adversidad.
La prosperidad siempre pone al alma en peligro de orgullo, de un corazón altanero y el orgullo siempre va antes de la destrucción y un espíritu altivo antes de la caída.
Ozías violó lo que se había convertido en un principio general en el trato de YEHOVAH DIOS con Israel.
Ningún rey debía ser también un sacerdote, y que los oficios de profeta, sacerdote y rey no debían ser combinados en un hombre, hasta el Mesías, que cumplió con los tres oficios.
Versos del 17 al 21
Se requiere de valor para enfrentar a un rey, un heredero del rey David, un comandante de los ejércitos de Judá.
Sin embargo, Azarías el sacerdote sabía que el crimen del rey Ozías era tan grande que justificaba esta confrontación.
Azarías simplemente llamó a Ozías a reconocer este antiguo principio. YEHOVAH DIOS claramente declaró que solo los descendientes de Aarón podían acercarse a ÉL como sacerdotes, con excepción del Sacerdocio de Melquisedec, a cuyo sacerdocio pertenecía Jesús.
Con su cabeza llena de furia y orgullo Ozías comenzó a ver como la lepra brotaba sobre su cabeza. Sin duda, vio primero el problema en los rostros de los horrorizados sacerdotes que vieron la lepra cuando recién apareció en su rostro.
Ozías no quiso escuchar los mandamientos Bíblicos y las costumbres que le prohibían entrar al Templo y ofrecer incienso.
No quiso escuchar la reprensión y la advertencia de los sacerdotes. Sin embargo, sí escuchó el juicio de YEHOVAH DIOS en su contra y finalmente se dio prisa a salir.
Ozías llegó al Templo como un rey arrogante y se fue como un leproso humilde, se quedó así por el resto de su vida.
Ni siquiera podía entrar a los patios exteriores del templo que alguna vez estuvieron abiertos para él así como para otros adoradores, fue excluido de la casa de YEHOVAH DIOS.
Al sobrepasar este límite, encontró su libertad más restringida que nunca.
Versos del 22 al 23
Esta conexión entre Isaías y Ozías se observa en Isaías 6, 1, cuando la muerte del rey contribuyó al llamado del profeta: “En el año que murió el rey Ozías vi yo al Señor sentado sobre un trono” (Isaías 6, 1).
Es importante considerar el reinado de Ozías en su totalidad:
· Comenzó su reinado a los 16 años de edad.
· Reinó 52 años.
· En general, fue un rey bueno y fuerte que llevó a Israel a muchas victorias militares y que fue un constructor y planificador enérgico.
· A pesar de todo esto, Ozías tuvo un final trágico.
Esta es una síntesis triste y algo desafortunada de un gran rey de Judá, sin embargo, muestra el gran costo y la tragedia de no terminar bien y que los últimos errores y escándalos pueden definir toda una vida o carrera.