Versos del 1 al 4
Anteriormente, el Rey de Siria prometió el regresar ciertas ciudades a Israel (1 Reyes 20, 34) en intercambio por lenidad después de la derrota en la batalla.
Aparentemente esta era una ciudad que Ben-Hadad nunca le regresó a Israel y estaba en una importante localización estratégica.
El Rey Ajab de Israel, le preguntó al Rey Josafat de Judá, que le ayudara en su disputa en contra de Siria. Esto tenía algo de sentido, porque Ramot de Galaad estaba solamente a 64,4 Km. de Jerusalén.
Versos del 5 al 9
Considerando la genérica relación contraria, entre Ajab y los profetas de YEHOVAH DIOS, esta era una propuesta audaz de Josafat hacia Ajab. No era de sorprenderse que Ajab, escogiera profetas que le dijeran lo que querían oír.
Cuando Ajab reunió a los profetas, ellos no eran profetas fieles de YEHOVAH DIOS. Estos eran profetas de Baal, felices con agradar a sus Reyes y decirle lo que querían escuchar.
Josafat aún quería escuchar a un profeta de YEHOVAH DIOS, el Señor “¿Hay aún aquí algún profeta de YEHOVAH DIOS, por el cual consultemos?”.
Ajab odiaba al mensajero debido al mensaje. Su verdadero conflicto era con YEHOVAH DIOS, pero él enfocaba su odio en contra de Miqueas.
Pero él aún, estaba dispuesto a escuchar al rey de Judá, cuando aconsejó que Ajab debía de escuchar al Profeta Miqueas.
Versos del 10 al 12
La narrativa, ilustra la antigua costumbre de su corte y el de realizar decisiones a las puertas de la ciudad.
Aún había tronos para oficiales de alto mando, se sentaban a las puertas de la ciudad de Samaria.
Estos profetas infieles, tales como Sedecías profetizaban en el nombre de YEHOVAH DIOS, pero no profetizaban con fidelidad. Eran profetas paganos, representantes de Baal, Astarot, de otros dioses o diosas paganas.
Sin embargo, aún ellos claramente profetizaban en el nombre de YEHOVAH DIOS.
Sedecías, utilizó una herramienta familiar de los antiguos profetas, la lección objetiva, utilizó cuernos de hierro para ilustrar la confianza de dos fuerzas poderosas, Israel y Judá, ejércitos que rodearían a los Sirios.
Él tenía el acuerdo de otros cuatrocientos (400) profetas “todos los profetas profetizaban de la misma manera”.
Versos del 13 al 16
Los asistentes del Rey Ajab, intentaron persuadir a Miqueas, que hablara de acuerdo con los otros cuatrocientos (400) profetas.
Miqueas les aseguró, que él simplemente repetiría lo que YEHOVAH DIOS le dijera.
Cuando Miqueas les dijo esto, su tono de voz era burlesco o sarcástico. Él dijo palabras similares que los cuatrocientos (400) profetas infieles, pero entregó un mensaje completamente diferente.
El Rey Ajab, reconoció el tono sarcástico de la profecía de Miqueas y sabía que contradecía el mensaje de los cuatrocientos (400) profetas.
Él demandó, que Miqueas dijera solo la verdad, la cual Ajab creía y esperaba fuera el mensaje de los otros cuatrocientos (400) profetas.
Versos del 17 al 18
Miqueas fue retado a decir la verdad y ahora él cambió su tono de la burla a la seriedad. Él dijo que no solamente Israel sería derrotado, sino también que su líder pastor, perecería.
El Rey Ajab dijo que él quería la verdad, pero no pudo soportarla. Lo que no consideró fue, que aunque Miqueas profetizó el mal hacia Ajab, profetizó la verdad.
Versos del 19 al 23
Miqueas revela la inspiración detrás de los cuatrocientos (400) profetas. El Rey Ajab y otros en su corte, hallaron difícil de explicar el cómo un profeta podría tener razón y los otros cuatrocientos (400) profetas estar equivocados.
Aquí Miqueas explicó el mensaje de los cuatrocientos (400) profetas. Es posible que esto solamente fuera una parábola, pero es más probable, que Miqueas tuviera un destello profético hacia el drama celestial detrás de estos eventos.
Ya que la derecha era el lugar de favor, esto indica que YEHOVAH DIOS, habló hacia el ejército de los cielos combinado, tanto seres angelicales fieles como infieles.
Algunas personas olvidan que Satanás y sus compañeros ángeles caídos tienen acceso al cielo (Job 1, 6; Apocalipsis 12, 10).
Existe una bien intencionada, pero errada enseñanza de que YEHOVAH DIOS, no puede permitir maldad en Su presencia, lo que significa que Satanás u otros ángeles caídos no puedan estar en Su presencia.
Estos pasajes muestran que YEHOVAH DIOS, puede permitir maldad en Su presencia, aunque ÉL no puede tener comunión con el mal y un día todo el mal será quitado de Su presencia (Apocalipsis 20, 14-15).
YEHOVAH DIOS quería traer juicio en contra de Ajab, así que ÉL pidió a este grupo de ejército de los cielos, por un voluntario que dirigiera a Ajab hacia la batalla.
Aparentemente, uno de los ángeles caídos fue voluntario para dicha tarea. Ya que Ajab quería ser engañado, YEHOVAH DIOS le daría lo que quería, usando a un ángel caído voluntario quien obró a través de los dispuestos profetas infieles.
Es más bien, un espíritu de profecía personificada (Zacarías 13, 2; 1 Juan 4, 6), pues aún los profetas falsos, pueden ser gobernados por fuerzas sobrenaturales o espirituales, en lugar de una mera razón humana.
Esto representa el poder de una mentira, en la boca de alguien opuesto a la verdad y hablando para sus propios propósitos.
Versos del 24 al 28
Sedecías respondió de la manera, que muchos hacen cuando son derrotados en un argumento, él respondió con violencia.
El Rey Ajab respondió de la manera, que muchos tiranos hacen cuando son confrontados con la verdad.
Ajab quería que Miqueas estuviera preso y desprovisto con pan de angustia y con agua de aflicción.
La frase “pan de angustia y agua de aflicción”, puede ser traducido a “pan y agua de escasa medida”.
El profeta Miqueas, hizo una declaración final y definitiva, estaba dispuesto a ser juzgado dependiendo si su profecía fuera a ocurrir o no.
Versos del 29 al 30
Es fácil el entender, por qué el Rey Ajab de Israel fuera a la batalla, no quería creer que la profecía de Miqueas fuera cierta y quería valientemente oponerse a ello.
Es menos fácil el entender porque el rey Josafat de Judá fue a esta batalla con Ajab.
Él debió de haber creído en la profecía de Miqueas y saber que la batalla terminaría en desastre y en la muerte, al menos de Ajab.
Versos del 31 al 36
La misericordia anterior de Ajab hacia Ben-Hadad, no ganó ningún favor duradero con los gobernantes de Siria. Esta estrategia del ejército Sirio, hizo que la contramedida de Ajab de disfrazarse a sí mismo fuera vista como sabia.
Al hallarse como el único rey identificable en la batalla, Josafat se halló rápidamente en peligro, gritó hacia YEHOVAH DIOS y fue rescatado cuando se apartaron de él.
2 Crónicas 18, 31 pone en claro que YEHOVAH DIOS escuchó el clamor de Josafat y le rescató.
Tras el escape en Ramot de Galaad, Josafat se dedicó a si mismo hacia la reforma espiritual de Judá, salía al pueblo, desde Beerseba hasta el monte de Efraín y los conducía hacia YEHOVAH el DIOS de sus padres (2 Crónicas 19, 4).
Esto pareció ser mera coincidencia. Era un hombre, y disparó su arco a la ventura, pero golpeó como si fuera un misil que busca el pecado.
YEHOVAH DIOS orquestó las acciones involuntarias de un hombre, para que resultara en un ejercicio de su juicio.
Ajab enfrentó el final de su vida valientemente, muriendo estando en su carro para inspirar a sus tropas, cuando su muerte se hizo conocida, la batalla terminó.
Versos del 37 al 40
La palabra a través del Profeta Miqueas probó ser cierta. El Rey Ajab nunca regresó a Samaria o a Israel en paz.
Esta fue un casi cumplimiento de la Palabra de YEHOVAH DIOS a través de Elías en 1 Reyes 21, 19, donde profetizó que los perros lamerían la sangre de Ajab.
Esto probó ser cierto, pero no en el lugar que Elías dijo que sucedería. YEHOVAH DIOS cedió su juicio original anunciado en contra de Ajab 1 Reyes 21, pero debido al falso arrepentimiento de Ajab y a su pecado continuo, un juicio muy similar vino sobre él.
Había otra profecía que se cumplió en la muerte de Ajab. Fue la palabra del profeta anónimo de 1 Reyes 20, 42, que Ajab perdonó la vida de Ben-Hadad a expensas de su propia vida.
Por los estándares materialistas, el reinado de Ajab fue un éxito.
Él generalmente fue exitoso militarmente y disfrutó una economía generalmente próspera, pero espiritualmente su reinado fue un desastre, uno de los peores para Israel.
Versos del 41 al 51
Azá fue un buen rey y Josafat, su hijo, siguió sus pasos e hizo lo recto ante los ojos de YEHOVAH DIOS.
El escritor de 1 Reyes en realidad resumió muchos de los grandes logros de Josafat, quien fue uno de los mejores reyes de Judá, en 2 Crónicas aprendemos de muchos de los otros logros de Josafat.
1. Él envió maestros de la Palabra de YEHOVAH DIOS hacia todo su reino (2 Crónicas 17, 7-9).
2. Él estableció una guarnición militar permanente por toda la frontera norte (2 Crónicas 17, 1-2.12).
3. Él entrenó y equipó a un ejército considerable (2 Crónicas 17, 14-19) que fue capaz de reprimir una invasión Transjordania (2 Crónicas 20, 1-30).
4. Él colocó a Edom bajo el control Judío, controlando una importante ruta de caravanas hacia el sur (2 Reyes 3, 8-27; 2 Crónicas 20, 36).
5. YEHOVAH DIOS bendijo tanto su reinado, que el temor de YEHOVAH DIOS llegó hacia las naciones vecinas, de manera que no hicieron guerra en contra de Josafat (2 Crónicas 17, 10).
6. Josafat también fue un administrador capaz, implementando reformas judiciales (2 Crónicas 19, 5-11) y reformas religiosas (2 Crónicas 17, 3-9).
7. Josafat también fue el rey conectado, con el famoso incidente cuando el ejército de Judá vio una gran victoria ganada mientras los Levitas dirigían la batalla con alabanza (2 Crónicas 20, 15-23).
Josafat, no hizo todo lo que debió hacer como rey. Pero él reformó Israel de una manera más profunda que Azá, barrió también de la tierra el resto de los sodomitas, que había quedado en el tiempo de su padre Azá.
En 2 Crónicas 17, 6 está expresamente dicho que él quitó los lugares altos. Al permitir que el texto esté en lo correcto en 2 Crónicas, los dos lugares podrían ser fácilmente identificados.
Había dos tipos de lugares altos en la tierra:
1. Aquellos utilizados para propósitos idólatras.
2. Aquellos que estaban consagrados para YEHOVAH DIOS y eran usados antes de que fuera construido el templo.
Lo primero él lo quitó, lo último no.
Después de una aventura de barco desastrosa, Josafat fue tentado a hacer una alianza con Israel, pero al final no quiso.
Esto fue para su crédito, aprendió la lección de no entrar en comunión con los impíos.
2 Crónicas 20, 35-37 nos habla más sobre esta aventura de barco con Israel. Nos dice que Josafat si hizo una alianza con Ocozías y que terminó en desastre.
YEHOVAH DIOS le dijo a Josafat el porque “Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, YEHOVAH DIOS destruirá tus obras” (2 Crónicas 20, 37).
Fue después de esta Palabra de YEHOVAH DIOS que Josafat, deshizo la oferta de continuar una alianza con el Rey Ocozías de Israel.
Josafat dio a su hijo Joram a Atalía, la hija de Ajab y Jezabel (2 Crónicas 18, 1).
Este fue un error serio, debido a que el reino de Ocozías era un desastre espiritual y nacional para Judá, porque Joram anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Ajab, porque tenía por mujer a la hija de Ajab (2 Crónicas 21, 6).
Los efectos enfermizos de esto, fueron sentidos aún en la siguiente generación, porque Ocozías, el hijo de Joram, también fue un mal rey para Judá (2 Crónicas 22, 2-4).
Versos del 52 al 54
Ajab reinó por 22 años, pero su hijo solamente reinó dos años. Ajab se arrepintió después del anuncio de juicio en 1 Reyes 21, YEHOVAH DIOS se apiadó de traer el juicio inmediato y prometió el traer juicio en los días del hijo de Ajab.
El corto reinado de Ocozías, fue un cumplimiento de esta profecía en 1 Reyes 21, 29.
Al considerar los caminos pecaminosos de Jeroboam, Ajab y Jezabel, no existe algo difícilmente peor que podría ser dicho de un rey.
Con esto el Libro de 1 Reyes termina en una nota sombría.
Comenzó con la promesa del ocaso del rey más grande de Israel, David. Termina con el triste reinado de uno de los reyes más malvados sobre la nación dividida.
Gloria a YEHOVAH. Aprendí de este capítulo que YEHOVAH puede tolerar el mal en su presencia pero no puede tener comunión con él. El mal es la consecuencia de quien desobedece a YEHOVAH, y esto lo podemos ver en el triste final del rey Ajab.