Versos 1 al 4
Definitivamente, el estado moral de la cabeza como sacerdote del hogar, define el estado del cuerpo. La ceguera en las Escrituras son un signo físico producto de haberse obstinado en ir contra la voluntad de YEHOVAH DIOS.
Observemos que indiferentemente de la conducta desviada de Esaú, Isaac insistió en otorgarle la primogenitura antes de morir, le valía nada, atender a los criterios de YEHOVAH DIOS referente a la santidad de la simiente.
Simplemente Esaú era su favorito, aunque se mezclase tomando como esposas mujeres cananeas, fuese indiferente ante la vida de Obediencia y de Piedad vendiendo su primogenitura por un plato de lenteja, además, no hay que olvidar que Rebeca recibió una revelación antes de que los gemelos nacieran.
Versos 5 al 13
Por otra parte, Rebeca en lugar de confiar en que el Altísimo cumpliría su Promesa, quiso hacer lo correcto impulsada por su carne, las buenas intenciones no justifican el actuar en la carne.
¿Será que el engaño es la solución a la ceguera espiritual de Isaac? un mal no borra otro mal, sólo lo multiplica actuando incorrectamente, aunque “tuviera la razón”, ella estaba también cegada por su preferencia por Jacob.
Rebeca debió apelar, Orar, Interceder, no “darse por vencida”, pero prefirió tomar el asunto en sus propias manos como si YEHOVAH DIOS no pudiera abrir y cerrar puertas, tocar corazones y abrir ojos.
Versos 14 al 20
Significativamente, cada uno de los protagonistas de este testimonio Bíblico, nos muestran que se encuentran dirigidos por su carnalidad y que no están siendo controlados por el espíritu. Incluso, Esaú hizo caso omiso a su promesa anterior de permitir a Jacob que tuviera la primogenitura.
Versos 21 al 27
Puede causar impacto ver a los “héroes de la Biblia” con tales faltas y serios errores. La Biblia no es un cuento de hadas, sino la historia real del pueblo de YEHOVAH DIOS.
Ésta muestra a los patriarcas tal como eran, con sus virtudes y defectos. Esa es la maravillosa realidad; no hay nadie perfecto, más que YEHOVAH DIOS. Al leerla podemos identificarnos con los personajes y aprender de ellos.
Versos 28 al 29
Estas diez (10) bendiciones corresponden con el atributo de justicia de YEHOVAH DIOS. Solamente cuando los descendientes de Isaac practiquen la Justicia, podrán recibir todas estas Bendiciones. Si cometen injusticias serán maldecidos, como muestra Levítico 26 y Deuteronomio 28.
Versos 30 al 40
La reacción de Isaac fue extraordinariamente pasiva, aunque le desagradó constatar el engaño hasta el punto de estremecerse, no clamó a YEHOVAH DIOS para revertir la Bendición, por el contrario, confirmó la Bendición sobre Jacob delante de Esaú.
Sin embargo, al final, Isaac insertó una cláusula bajo la cual él podría librarse del dominio del hermano. Esaú estaría bajo Jacob, pero no para siempre.
La promesa también era a Esaú “…cuando así lo quieras quitarás su yugo de tu cuello…” Esto aconteció en tiempos del rey Joram, de Judá (aproximadamente en el año 890 a.C.) (2 Crónicas 21, 5-10).
Versos 41 al 46
Desde el día en que Jacob fue Bendecido con la primogenitura, el resentimiento se instaló en el corazón de Esaú contra su hermano Jacob, que desencadenó en un gran odio, hasta llegar al punto de desear la muerte de su propio hermano, al mejor estilo de Caín (Hebreos 12, 15-17).
Rebeca quien fungió como autora intelectual y en parte material del engaño, y quien claramente ejercía el matriarcado, como cabeza de la familia, tomó previsiones, sabiendo que Esaú quería matar a Jacob.
Hizo la solicitud a Isaac que enviará a su predilecto, a casa de Laban, con el pretexto de privarlo del error, de casarse con una cananea y menos habiendo recibido la Bendición del primogénito.
Él “por algún tiempo” que Jacob iba a quedarse con Labán y la familia de Rebeca en Harán, se convertirían en más de veinte (20) años. Sin embargo, YEHOVAH DIOS ejercería su Voluntad en todo esto.
“La victoria diplomática de Rebeca fue completa, pero el costo por ello fue, que nunca volvería a ver a su hijo predilecto”.