Versos del 1 al 9
Segundo oráculo. De nuevo y a pesar de la noticia de Ageo 1, 12-15 que se habían emprendido las obras, el profeta apela a los dirigentes del pueblo para animarlos en la empresa de reconstrucción.
Hay una garantía por parte de YEHOVAH, ÉL, que los acompañó desde la salida de Egipto, aún está con ellos (vs 5).
No ha cambiado de parecer y, sobre todo, nunca lo han derrotado.
Para muchos creyentes, el Altísimo había sido derrotado y humillado por los babilonios, de ahí la explicación de Ageo.
ÉL continúa ejerciendo Su Señorío universal, que se podrá ver de modo patente cuando todos los pueblos vengan a Jerusalén a postrarse ante YEHOVAH portando sus bienes y riquezas (vs 6-8).
El objetivo final es la paz que YEHOVAH otorgará desde su lugar santo (vs 9).
Versos del 10 al 19
Tercer oráculo. Seguramente, las obras no avanzaban al ritmo que el profeta quería, nada de lo dicho se cumplía.
Ante el desánimo, la negligencia y la apatía, el profeta arremete con otro oráculo, todo está quedando impuro a causa del pueblo.
Desde que iniciaron la obra había comenzado a operar la bendición (vs 19), así que no hay que desanimarse.
Versos del 20 al 23
Cuarto oráculo. Promesa dirigida expresamente a Zorobabel, descendiente davídico sobre quien estaban puestas las esperanzas de restauración de la dinastía davídica y, sobre todo, de restablecer los principios de las esperanzas mesiánicas.
Los signos cósmicos de impacto universal, preanuncian el avance seguro de YEHOVAH DIOS Todopoderoso que tomará posesión de nuevo de su Templo y gobernará a través de Zorobabel.
Recordemos que nuestro profeta Ageo está ejerciendo su ministerio en una época en que ya no hay monarquía, pero en la que aún se piensa en el descendiente davídico.
En su caso muy a la mano, Zorobabel, su presencia y parentesco con David mantienen viva la esperanza del restablecimiento de una monarquía “corregida”.
Pero, por el momento, se hace más necesaria la recuperación de la otra institución imprescindible para Israel, el Templo.
Por más que la realidad vivida haga pensar en YEHOVAH vencido, sometido y derrotado, los profetas del período postexílico se esforzarán al máximo por vencer tal idea.
Todavía se puede contar con el mismo YEHOVAH que los sacó de Egipto, sus intenciones y el compromiso con su pueblo siguen vigentes.
Ageo no encuentra un camino más adecuado para el ejercicio de su ministerio, que la coyuntura de la necesaria reconstrucción del templo y rodea su restauración con una serie de ventajas y beneficios puestos en boca de YEHOVAH.
Mas no por eso puede dejar a un lado su opción por los empobrecidos, él mismo reconoce que son ellos, los desposeídos, los que arrimarán el hombro a la tarea.
Por este medio también hará ver la importancia teológica del “resto”, en definitiva, de lo mínimo e irrisorio, el nuevo Templo, aunque pequeño y modesto, será aún más glorioso que el anterior.
Ésta será también la imagen para aplicar al mismo pueblo, aunque pobre y desposeído será, ahora sí, glorioso, pues ya se está inaugurando una nueva época.